Análisis de Angry Birds 2 (iPhone, Android)
Angry Birds es el epítome de una época nueva en el mundo de los videojuegos. Hace unos años, el mercado de los juegos en móviles era una parte marginal dentro de la industria del ocio electrónico, pero con la llegada de las nuevas plataformas como la App Store y la irrupción del iPhone y los terminales táctiles, la tendencia cambió. Angry Birds no fue el primer juego en tener éxito en iOS -y posteriormente en Android- pero quizás si fue el primero en ser un verdadero fenómeno de descargas y ventas, traspasando la barrera entre juegos y cultura popular. Con el paso de los años, Rovio empezó a sacar secuelas, variantes y adaptaciones a tutiplén, algunas veces coqueteando con otros géneros que poco o nada que ver tenían con los rompecabezas de habilidad del primer Angry Birds.
Varios años después, y con un retahíla de títulos enorme detrás, Angry Birds 2 llega cambiando, de nuevo, las reglas del juego. Angry Birds 2 es un juego conservador en gran medida, que ofrece lo mismo que hemos visto en varias ocasiones, pero ampliado, y sobre todo, refinado. Esta segunda parte bebe también de las nuevas tendencias de monetización: Angry Birds 2 deja de ser una aplicación de pago en iOS y Android para pasar a los terrenos free-to-play.
Los pájaros rabiosos: segunda parte
Angry Birds 2, vaya por delante, es un título coherente y heredero de las principales características que consiguieron que nos enamorásemos en esto de lanzar pájaros coléricos desde un tirachinas gigante. La app, de descarga gratuita, comienza de la misma manera que otros tantos títulos de la saga: enseñándonos su mecánica de juego. Angry Birds 2 mantiene intacto el núcleo de control y posibilidades de siempre, permitiéndonos destrozar con libertad las estructuras, fuertes y castillos de los sibilinos y cleptómanos cerdos verdosos.
Rovio sabe que el gran atractivo de sus juegos, es que eran capaces de atrapar al jugador a las primeras de cambio. Su estilo de juego, pensado para las pantallas táctiles -aunque el juego dio el salto a otras consolas y máquinas al poco tiempo-, conseguía encandilar al usuario a una espiral de lanzamientos sin final contra los cerdos, manteniéndolo enganchado al teléfono o tablet. Es decir, como esperábamos, volveremos a coger, arrastrar y apuntar en orden de buscar el punto débil de las estructuras. Rovio quiere mantener más o menos intacta el motivo de su saga principal, dejando los experimentos para Angry Birds Space o títulos del corte.
Lo que sí ha cambiado es la estructura. Antes teníamos un nivel único, con varios intentos en forma de pájaros. Al adaptarse al free-to-play, Rovio ha decidido cambiar y añadir un poco de complejidad a su desarrollo. Ahora tenemos una cantidad de pájaros para cada a nivel pudiendo escoger aquellos que más nos interesen como si de un título de cartas se tratase. Elegir entre una mano de pájaros es cuestión de gustos y de aquellas habilidades que más se adapten a nuestro estilo de juego, aunque Angry Birds 2 nos guiará siempre para evaluar el poder de destrucción de nuestra escuadra de aves. Los poderes especiales, antes anecdóticos y limitados a los spin-off, hacen acto de aparición, permitiéndonos pasar en un abrir y cerrar de ojos los niveles más complejos y movidos -efecto secundario de la introducción de las gemas como moneda básica del juego, como hablaremos más adelante-.
Angry Birds 2 también modifica su desarrollo. Si antes teníamos un nivel estanco, con un único tirachinas, ahora tendremos que pensarnos muy bien las acciones a tomar, pues cada fase tiene varias estancias y construcciones, y un uso limitado de pájaros. La inclusión de jefes finales , que aparecerán cada cierto tiempo -cada cinco fases tenemos uno y tienen además su propia barra de vida-, añaden también un reto extra a un juego que podía pecar de fácil y repetitivo tras tantos años. Tiempo extra de jugabilidad que viene aderezado con un modo Arena, que tiene marcadores, desafíos y logros propios.
Rovio conoce muy bien aquello que funciona en su licencia, y ha aprovechado para ajustar algunos aspectos que parecían estancados tras el paso de los años. Los escenarios, por ejemplo, beben de otros juegos ajenos a la serie principal, e incorporan nuevos elementos interactivos, como plantas carnívoras o cohetes, que añadirán destrucción extra y más efectos mariposa a la fórmula explosiva de la app. ¿Funcionan entonces estas novedades? Sí. En esencia, Angry Birds 2 es el mismo juego, con ligeros retoques y una estructura con gemas, vidas, compras in-app y retos propios de los estándares de las apps de puzles a día de hoy.
Al contrario que otros juegos de la saga de Angry Birds, la dificultad parece haberse reducido. Podemos llegar sin comerlo ni beberlo a conseguir puntuaciones muy altas, avanzando rápidamente en la app en pocos minutos -tenemos cinco intentos o vidas por sesión, y la verdad, es muy complicado perderlos-. En cierta manera, creemos que es otro de los efectos de la casualización de la franquicia, que intenta abrirse a un público todavía más amplio bajando las exigencias de sus puzles. En estas lindes, nos encontramos con una paradoja. ¿Es un juego molesto como free-to-play? No lo creemos, pero sí es verdad que incita al jugador incauto a utilizar el recurso de las gemas como moneda de cambio a la hora de utilizar hechizos o similares, y por lo tanto, de acabar pasando por caja, rompiendo el equilibrio que había tenido el juego original tan bien estudiado.
Angry Birds 2 tiene uno de los mejores apartados audiovisuales de la saga -quizás el más redondeado y cuidado de todos-, muy cerca al estilo de la serie de animación que ha dado la vuelta al mundo. Los pájaros -Red, Chuck, Silver o Estela, por citar algunos- tienen mayor personalidad y presencia, contando los escenarios y los niveles con una profundidad única en la franquicia. Angry Birds 2 siempre tiene un detalle, un movimiento, una animación o un secreto por descubrir en cada nivel y puzles al que hacemos frente destacando especialmente las explosiones, que ahora saltan -literalmente- a la pantalla. La banda sonora, que es ahora más movida, rápida y frenética, casa perfectamente con el nuevo estilo y presentación del juego, que adquiere un aspecto de, como os relatábamos más arriba, producto refinado. Angry Birds 2 es compatible con Game Center en el caso de iOS, y cuenta con traducción al castellano.
Conclusiones finales
Angry Birds 2 ofrece todo lo que una secuela, en principio, debería ofrecer, manteniendo la esencia del original y ampliándola en varios aspectos. Pero el problema de Angry Birds 2 es que llega, en nuestra opinión, un poco tarde. La segunda parte de Angry Birds ha desembarcado en las plataformas digitales de Apple y Google de una forma un tanto tardía, decenas de entregas después y bajo la apariencia de un free-to-play, algo que no será del agrado de muchos jugadores. Pero si se ama la saga, y se disfruta o se ha disfrutado de una serie de títulos que han encandilado a millones de usuarios de todo el globo, Angry Birds 2 ofrece contenido y elementos más que suficientes como para entretenernos durante días.