Análisis de Naruto: Clash of Ninja (GameCube)
Durante los últimos años, el mercado japonés ha recibido hasta cuatro entregas para GameCube de esta serie de juegos de lucha basados en la serie de éxito Naruto, que ha empezado su andadura televisiva en España hace poco. Eso no ha impedido que en todo el mundo, y en nuestro país en particular, haya legión de seguidores de las aventuras del ninja adolescente Naruto y su grupo de amigos, gracias a la difusión rapidísima a través de Internet de los mangas (tebeos japoneses) y la serie de animación. El que nos ocupa, que llega en el final del ciclo vital de esta consola de Nintendo, al igual que con Twilight Princess (aunque con lanzamiento dual, también en Wii), se corresponde con la segunda entrega japonesa, conocida como Naruto: Gekitou Ninja Taisen 2, y que en Europa ha sido bautizado como Naruto: Clash of Ninja.
Los más seguidores de la serie es posible que hayan adquirido ya el videojuego por sus canales de importación habituales, pero lo cierto es que el grueso de los consumidores no pueden acceder a ellos con naturalidad o, bien, no pueden permitirse los precios tradicionalmente elevados de esos medios de importación, por lo que se trata de un producto destinado al nutrido grupo de seguidores de la serie que no había tenido opción de disfrutar de estos juegos antes. Por suerte, descubriremos que el juego esconde más cosas en su interior que toda una serie de contenidos autocomplacientes para fans, aunque sí deja patente su intención de cumplir también con ellos: incluye las voces del doblaje original japonés, es decir, la de los actores originales de la serie de televisión (y, claro, textos de pantalla convenientemente localizados.)
Naruto: Clash of Ninja se suma a la creciente cantidad de juegos que optan por el estilo gráfico cel-shading, es decir, un diseño gráfico que busca emular el aspecto de los dibujos animados, y que con gran éxito han integrado títulos tan dispares como Okami (PS2), Wind Waker (GCN), o las últimas entregas de Dragon Ball Z: Budokai (PS2, PSP, GCN), títulos en los que quedó claro que su aplicación en juegos basados en series de animación o tebeos conforman un nivel de inmersión y recreación del espíritu original indiscutibles.
En este sentido, el juego que nos ocupa ofrece unos diseños muy fieles a los del manga en el que se inspira, y un colorido espectacular. Todo ello se complementa con una línea argumental que cubre la saga del Chunin Exam, con multitud de personajes extraídos de esa parte de la serie.
Hay que reconocer que el juego llega en un momento bastante dulce para la franquicia en el mercado europeo, aunque un tanto agrio para la consola que alberga el título. Por suerte, tiene más valores que una cara conocida en la portada para hacerse valer y justificar la compra por los usuarios fieles a GameCube o, también, por qué no, a quienes decidan usar la retrocompatibilidad total de Wii para disfrutarlo en su nueva consola. Y es que, ante todo, Naruto. Clash of Ninja es un juego de lucha que permite combates para hasta cuatro personas de forma simultánea, contando con un plantel de jugadores bastante amplio y un sistema de combate nutrido, con un método de combos complejo que le otorga bastante jugo a sus mecánicas de juego y que hará las delicias de los jugadores experimentados, todo ello con un nivel de dificultad que muestra una progresión palpable pero suave para que poco a poco nos vayamos haciendo con su control.
En este sentido, la elección de lanzar la segunda entrega original sin pasar por la primera es acertada, aunque poco comprometida. Por un lado, es la entrega que asentó definitivamente el estilo de juego, dando un gran salto con respecto a la primera entrega, y, por tanto, la evolución desde ésta hasta la cuarta parte es leve, centrándose casi por completo en la inclusión de nuevas técnicas y más personajes. Puesto que la serie es conocida sólo a un nivel tan avanzado por los seguidores más apasionados, aquellos que procuran seguirla al ritmo japonés, tampoco hubiese sido muy honesto lanzar la más reciente (aunque superior) entrega para el público que se esté enganchando a la serie al ritmo español (europeo), pero, por otro, los jugadores hubiesen agradecido, sin duda alguna, la versión más evolucionada y refinada. Sacar la segunda es tirar por el camino de en medio, una opción sencilla, quizás la mejor, pero que no complacerá a todos los usuarios.
El juego, sobra decirlo, narra las aventuras de Naruto, que quiere ser un Hokage, es decir, un maestro ninja, de su aldea. Sin embargo, en su interior, se esconde una fuerza a la que él mismo tendrá que dominar y enfrentarse: el poder mágico del zorro de nueve colas, que casi destruyó a toda la civilización tiempo atrás.
Naruto, en compañía de sus amigos, como Sasuke, se enfrentará a los enemigos que le van surgiendo para hacer que prevalezca el bien. La historia es, por tanto, lo suficientemente sencilla a la par que interesante, como para captar la atención en el juego de incluso los que son completamente profanos en la materia (como quien firma estas líneas, completo desconocedor del manga y de la serie de animación en la que se inspira hasta su acercamiento a este videojuego.) A lo largo del juego iremos descubriendo a los más de 20 personajes extraídos de la serie, como Rock Lee, Sakura, Sasuke, Zabuza y el mismo Naruto. Según progresemos en el juego iremos desbloqueando más y más personajes, partiendo de un repertorio base un tanto reducido, que podrán usarse en los demás modos de juego. Este plantel incluirá a los buenos, los malos, personajes especiales, y formas alternativas de otros personajes.
El sistema de combates nos permite enfrentarnos en batallas de hasta cuatro personajes simultáneos, algo que se refleja también en el modo historia, de manera que podemos, como Naruto, enfrentarnos a combates contra varios enemigos simultáneos como desarrollo de los retos que se nos plantean, ya sea en un uno contra todos, o dos contra dos. De esta manera, el modo historia se convierte en una apuesta mucho más variada que la tradicional propuesta de juegos mucho más convencionales, resultando fresco durante su desarrollo. Además, según avanzamos en la historia iremos desbloqueando, también, fichas de personajes, galerías de imágenes, grabaciones sonoras, etc. Todo un lujo para los apasionados por la serie en la que se inspira.
Algo que distingue a Naruto: Clash of Ninja dentro de la tónica que han mostrado algunos juegos basados en series de animación, o no, dentro del género de la lucha, es que cada personaje es diferente. Sus movimientos, estilo de lucha, armas, combos, etc., están diferenciados, de manera que no estamos ante el mismo perro con distinto collar una y otra vez. Es algo que vale la pena decir, pues si bien parece lógico y esperable, parece ser que estas cosas básicas no siempre son como debieran.
En esas diferencias nace el equilibrio existente entre todos los personajes, de manera que los puntos flacos de uno se ven compensados con mejores resultados en otros aspectos. Todos los personajes realizan ataques aéreos, todos tienen combos mortales, un buen surtido de ataques especiales, y, por tanto, dominar a cada personaje requerirá tiempo y esfuerzo a los jugadores. Algunos personajes combinan técnicas de varios, y otros las toman directamente prestadas, es cierto, pero tampoco podía esperarse otra cosa teniendo en cuenta que estamos ante más de veinte luchadores incluidos.
El título cuenta con gráficos muy buenos y coloridos, inspirados, por descontado, en la serie, incluyendo algunas escenas que, por desgracia, no aparecen a pantalla completa, estropeando un poco la presentación general de Naruto: Clash of Ninja. Sea como fuere, están extraídas de la serie y ayudan a narrar los hechos del modo historia, y es un buen detalle. Las animaciones de los personajes son muy suaves, notablemente superiores a las de la primera entrega (como ya hemos dicho, inédita en Europa), y lo mismo puede decirse de las voces, efectos especiales y composiciones musicales, que componen un conjunto técnico muy destacable, aunque con pequeñas carencias y que, con todo, debemos recordarlo, ya se ha visto superado en las dos entregas posteriores. Y es que, aunque el juego nos llegue ahora, hay que recordar que en Japón salió a la venta a finales de 2003, hace ya tres años, y el tiempo no pasa en balde. Eso sí, no ha envejecido nada mal.