Análisis de Warhammer 40.000: Carnage (Android, iPhone)

A día de hoy, el mundo del hobby de Games Workshop -compuesto por varios juegos de especialista y miniaturas, aunque centrado en Warhammer y Warhammer 40.000, así como, en menor medida en El Hobbit y El Señor de los Anillos- mantiene a toda una legión de jugadores y aficionados al pintado, montaje y modelismo de soldados de plástico, y ahora, resina. La empresa inglesa ha ido cimentando un universo rico, lleno de mitología y personajes memorables, y al mismo tiempo, haciéndolo tan entretenido como adictivo. Si alguna vez os habéis pasado por algunas de sus tiendas, o habéis jugado a cualquiera de sus juegos de mesa y estrategia, sabréis de lo que hablo.

En los últimos años, Games Workshop ha sabido diversificar su licencia, lanzando productos digitales y llevando la guerra del Emperador a otras plataformas y medios mediante novelas, libros, cómics y títulos de rol. Entre las nuevas vías de entretenimiento por las que apuesta Games Workshop, destacan los videojuegos. Enfocados casi en exclusividad en plataformas como iOS y Android, la licencia Warhammer 40.000 ha ido encontrándose en una posición cómoda en los móviles y tablets de Google y Apple, siendo este Carnage, la última entrega de las aventuras y cruzadas de los Marines Espaciales en las plataformas móviles que hoy nos atañen.
Futuro en guerra
En Warhammer 40.000: Carnage, asistimos a una situación delicada. La humanidad ha ido expandiéndose a través de diferentes colonias, sistemas y planetas, arrasando y conquistando bajo su fe y firme pulso militar a multitud de razas y rebeldes. Pero toda raza encuentra la horma de su zapato, y aunque los hombres han ido teniendo sus más y sus menos con el Caos y todo lo que lo rodea, los Orkos siempre han sido su enemigo más fiero y empecinado. En Warhammer 40.000: Carnage, combatiremos en el olvidado planeta de Mithra como líderes y soldados novatos de dos de los capítulos más conocidos del juego de miniaturas, mientras nos enfrentaremos a legiones enteras de brutales pieles verdes. Ya sea con la fuerza de un Ultramarine o con la intensidad de un Ángel Sangriento -que desbloquearemos más adelante en el juego-, nos inmiscuiremos en un sangriento combate nivel tras nivel.
Warhammer 40.000: Carnage es un juego sencillo, en el que la mayoría de su desarrollo se resume en avanzar -sin poder retroceder- arrasando todo lo que nos encontremos a nuestro paso, sesgando cabezas, gastando toneladas de munición, y recopilando la experiencia que nos regalen los cadáveres de nuestros enemigos Orkos, para invertirlo todo en una mayor o una mejor armadura o arma. No hay mucho que explicar en la mecánica de juego, salvo que es sorprendentemente adictiva. En cierta manera, recuerda a los viejos tiempos del género de aventuras y acción con plataformas en 2D, aquellos en los que la única cosa que había que hacer era avanzar sin perecer en el intento.

En estas lindes, Warhammer 40.000: Carnage, se revela como una aplicación muy efectiva y entretenida, ya que no nos exige demasiada concentración. Su control es bastante fácil de asimilar y aprender, y las rutinas de ataque -tanto las de disparo simple, como la del combate a cuerpo a cuerpo, cada una con su opción secundaria- son muy básicas, y combinarlas, algo sencillo por lo que no pasarán demasiados minutos hasta que seamos una verdadera máquina de picar carne verde. Carnage es un juego francamente intuitivo a la par que frenético, con lo que habrá momentos en los que creamos que estamos jugando a un endless runner y no a un título de melee o hack and slash -como parece ser en primera instancia-.

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