Análisis de Harry Potter: Hogwarts Mystery (Android, iPhone)
Hay pocas licencias tan desaprovechadas en el mundo de los videojuegos como Harry Potter. Mientras la saga alcanzaba su madurez literaria y cinematográfica, EA dio luz verde a una serie de títulos de calidad diversa, que si bien tenían su encanto, jamás llegaron a explotar el potencial que residía en el universo mágico de la saga de J.K. Rowling. Años después, y con el resurgir de la mitología gracias al estreno de los spin-off de Animales Fantásticos, Harry Potter y los suyos viven una segunda mitología que parece tendrá más tirón del que imaginamos gracias a la tutela de Warner Bros Interactive.
Pero, ¿cómo se podría sacar partida un mundo tan rico como el de Harry Potter? ¿Con un título de gestión? ¿Con un juego de aventuras? ¿Con un videojuego de rol? Jam City y Portkey Games han juntado como buenos alquimistas un poco de cada, y han parido un título para móviles completamente original basado en el llamado Potterverse, adaptándolo a las pantallas táctiles y presentándonos una historia que sirve a modo de precuela para los eventos que desencadenarán en la batalla entre Voldemort y las fuerzas del bien.
Nuestra propia aventura en Hogwarts
Harry Potter: Hogwarts Mystery llega a iOS y Android como una aplicación completamente gratuita, que promete algo que muchos jugadores llevan esperando durante años y que no es otro que el mero hecho de tener la posibilidad de vivir una aventura original, alejada de las habituales historias de Harry Potter, en el famoso colegio de Hogwarts. Ambientándose en los años ochenta, la app nos invitará a crearnos nuestro propio personaje, editar su aspecto, y vivir una particular novela interactiva con fuerte énfasis en la exploración, los minijuegos y la narrativa a través de diálogos y secuencias de vídeo. Sin contar demasiado de la historia, lo cierto es que Harry Potter: Hogwarts Mystery parte del pretexto de la habitual llegada de nuevos alumnos al curso escolar de la Escuela de Magia y Hechicería de Albus Dumbledore, contándonos y desvelándonos de forma paulatina el misterio que arrastra el apellido de nuestra familia en el mundo de la magia, contándonos las desventuras de nuestro díscolo hermano, que acabó siendo expulsado de Hogwarts.
No esperéis demasiado de la historia, sirve como estructura a seguir para que avancemos en el juego, pero la verdad es que ni los personajes secundarios, ni los profesores, ni siquiera nuestra mejor amiga, llegan a ser interesantes. Los diálogos son en su mayoría algo aburridos -incluso para los verdaderos aficionados a la saga y el Potterverse-, y costará bastante que nos interesemos por lo que ocurre en pantalla hasta llegados un cierto punto muy avanzado en la trama.
Sí, tendremos a nuestra antagonista -que nos pondrá las cosas difíciles-, y algún que otro momento movido en el que deberemos tomar decisiones que nos afecten a nosotros y al destino de nuestra casa, pero el videojuego no permite que nos impliquemos demasiado, pues está excesivamente guiado.
No hay una exploración libre, no podemos ir de un lado a otro por el castillo y sus alrededores, y aunque no esperábamos un título de mundo abierto, Harry Potter: Hogwarts Mystery acaba por cortarnos las alas demasiado pronto. Es una pena, pues teniendo en cuenta lo carismáticos que son estos escenarios y lo bien recreados que están en el videojuego, cercenar de tal manera la libertad del jugador nos parece un error de bulto. Al fin y al cabo, Harry Potter: Hogwarts Mystery se reduce a ir a clase, aprender hechizos, establecer buenas relaciones con nuestros compañeros e ir siguiendo la historia. No hay demasiado más, y nos limitaremos a ir acumulando puntos para nuestra casa -o perdiéndolos, si somos torpes o metemos la pata- y mejorando los atributos de nuestro personaje, en lo que supone un agradable cariz de rol. De esta manera, con los atributos de Coraje, Empatía y Conocimiento, iremos moldeando a nuestro personaje, sirviéndonos a la hora de resolver situaciones o decidir en el juego.
Tras nuestras primeras clases de pociones, hechizos y similares, pronto nos daremos cuenta que no hay más allá de tocar la pantalla en los objetos marcados, contestar a los diálogos y estar pendientes de los minijuegos que nos asaltarán de vez en cuando. Y sí, hay algunos muy divertidos, como aquellos de pulsar en el momento justo, encontrar el equilibrio encima de nuestra escoba o trazar una línea o movimiento con nuestra varita mágica. Pero cuidado, pese a lo accesible y entretenido de estos, existe un pequeño contrapunto: se trata de un videojuego que tiene un obtuso muro de pago que echa a perder mucho la experiencia si no nos andamos con ojo.
Hogwarts: educación a un alto coste
Hogwarts es un colegio de matrícula y mensualidades muy altas. O al menos, así lo han querido mostrar con Harry Potter: Hogwarts Mystery. El título oculta uno de los sistemas de microtransacciones y economía interna más severos y descarados de los últimos años, atrapándote en bucles muy poco saludables o dejándote en la estacada, sin poder avanzar, durante horas. Sí, comenzamos con muchísima energía, e incluso tendremos la sensación de que iremos avanzando los cuatro o cinco primeros capítulos con una velocidad inusitada. Pero pronto el índice de ganancias y premios se verá reducido drásticamente, apareciendo ante nosotros un muro de pago bastante incómodo. El juego tiene un sistema que mezcla monedas, gemas y puntos de energía, con sus propios valores dentro del título, que se van obteniendo en el propio desarrollo o que se pueden adquirir con dinero real.
Son ahorradores de tiempo, sí, pero también sirven para que los jugadores puedan personalizar sus propios personajes, comprándoles desde estilos de peinados más modernos y agresivos a ropajes, accesorios y similares. Y no, no son precisamente baratos. Si no nos andamos con un ojo extra podemos quedarnos atascados, y creednos, la energía se gasta en este videojuego de tal forma que llegaremos a pensar que nuestra varita mágica tiene una fuga.
Unos cuidados valores de producción
Pese a que el videojuego puede parecer simple o excesivamente dirigido, la verdad es que supone todo un lujo a nivel visual para los aficionados de Harry Potter. Es uno de los títulos con mejor aspecto en teléfonos móviles del momento, con una excelente definición, buenas texturas y haciendo gala de fidelidad loable en términos de diseños y representación. Aunque puede parecer casi un cliché, el título se parece a una suerte de versión de Los Sims en Hogwarts, con animaciones algo simples y caricaturescas, pero muy funcionales. Nosotros hemos analizado el juego en un iPhone X y en un iPad Mini de cuarta generación, y en ambos dispositivos, podemos decir que se ha comportado de manera notoria.
Las pantallas de carga no son desesperantes, no consume excesiva batería -eso sí, ojo con los brillos muy altos y jugar con conexiones 3G y 4G- y funciona bien incluso en dispositivos menos capaces o algo más veteranos. Más allá de la traducción al español -que es muy buena, salvo algún error puntual-, el título tiene una gran sonorización, con melodías extraídas de las películas, grandes efectos de sonido y algunos diálogos doblados por los propios actores y actrices originales dignos de atención, contando con la presencia de Dame Maggie Smith, Michael Gambon y Warwick Davis, entre otros.
Conclusiones finales
Harry Potter: Hogwarts Mystery es un videojuego que entusiasmará a los aficionados de Harry Potter de primeras, pero que puede pecar de ser excesivamente simple, guiado y un tanto abusivo en sus micropagos. El título retiene en su interior buenas fórmulas, y llega a ser incluso divertido, pero no termina de despegar ni cuajar del todo. Pese a su grandiosa presentación, sus accesibles mecánicas y su atrayente propuesta, acaba mostrándose al jugador como un contenedor de microtransacciones poco saludable. Un hechizo a medio hacer.
Hemos analizado el juego descargándolo de forma gratuita de la App Store y con un código de compras in-app especiales facilitado por Warner.