Análisis de Dungeon Highway (Android, iPhone)
A estas alturas, puede que estamos hartos de ver cómo se nos vende una y otra vez el mismo género y el mismo tipo de juego, pero de vez en cuando, surge un rayo de luz que ofrece algo más dentro de unos mismos parámetros, o al menos, de una forma distinta. Dungeon Highway no es la panacea ni jugable ni técnica de los juegos de carrera infinita, pero sí nos ofrece un planteamiento diferente, y una clara honestidad que hacía tiempo que no veíamos en una app similar.
La mazmorra infinita
Dungeon Highway intenta ser, en cierta manera, una suerte de alegoría al género de rol y aventura más clásico y retro, con el consabido estilo técnico que lo caracterizaba. El juego es bastante simple, aunque en su simpleza, se oculta una dificultad enorme, que nos obligará a poner todos nuestros sentidos delante de la pantalla.
En Dungeon Highway encarnaremos el papel de un caballero con dotes para la magia, que intentará explorar las más diversas mazmorras. Al final, como no puede ser de otra manera, acabará corriendo por su vida -no olvidemos que es un endless runner de manual-, y enfrentándose a los más variados peligros y enemigos por el camino.
Puede que lo que más llame la atención de Dungeon Highway sea su portentosa mezcla de ideas e ingredientes jugables y visuales, que engarzan, casi a la perfección, en una algarabía retro de lo más atractiva gracias a los avances gráficos actuales. Así, lo que bien podría haber sido un juego de hace dos o tres décadas -en plena época de los 8-bits-, se acaba convirtiendo en todo un homenaje tridimensional al género de rol clásico y al propio, y considerablemente más novedoso, endless runner. El objetivo es exactamente el mismo de siempre: correr tanta distancia como podamos sin caer en el intento. Pero en esta ocasión, nuestro pequeño y experimentado mago, aparte de ir esquivando obstáculos, podrá ir disparando bolas de fuego y otros hechizos capaces de eliminar cualquier criatura que se nos interponga entre nosotros y el éxito.
Es este cambio jugable lo que lo convierte más en un juego shoot´em up que en un endless runner, aunque la fusión de ambos géneros es tan equilibrada, que es difusa y difícil de separar. Dungeon Highway nos tendrá en tensión desde el primer segundo, ya que, aunque estemos rodeados de columnas, pasajes estrechos y otros elementos en forma de pilares o rocas, siempre tendremos algún enemigo o monstruo que nos complique todavía más el avance.
Para quitarlos y borrarlos de nuestro camino, podemos ir lanzando diferentes hechizos -y cuando lo hagamos, nos veremos envueltos en una fiesta de píxeles rojos emulando a la sangre de lo más truculenta y divertida-. Así pues, en Dungeon Highway nos encontramos desde las citadas bolas de fuego rojas, que solo pueden destrozar a un enemigo a la vez a otras azules, que pueden dañar a múltiples enemigos al mismo tiempo. Y no solo eso, pues en Dungeon Highway ya que también existen otros power-ups que nos permiten ganar o disminuir tamaño, algo que nos ayudará o complicará un poco nuestro periplo, en función del nivel o el recorrido que nos haya tocado.
Su control es fácil de aprender, pues basa sus mieles en los acelerómetros y giroscopios de nuestro dispositivo iOS o Android, trasladando mediante el movimiento, la acción al juego. Para disparar, en cambio, simplemente tocaremos la pantalla. La combinación no puede ser más natural posible. Dungeon Highway es un juego, aunque parezca un tanto extraño, lo suficientemente variado como para no aburrirnos o cansarnos a las primeras de cambio. En la app encontramos tres modos de juego diferentes: Normal, Hardcore y Daily Challenge. El primer modo es el principal, y el más accesible, de Dungeon Highway.
La dificultad es alta, pero va en progresión, permitiéndonos al menos, esquivar algún que otro pilar o columna. El segundo modo, Hardcore, es una experiencia que se asemeja casi a una tortura en formato jugable, y el tercero es, si cabe el más interesante. Para darle más bombo a lo limitado -obviamente- de su núcleo jugable, Dungeon Highway siempre nos irá ofertando diferentes mazmorras y recorridos diarios en los que hacer nuestros pinitos, y desbloquear los distintos logros y retos. A efectos prácticos, lo que cambia entre ellos es la distribución de los citados pilares, alguna criatura o monstruo, y poco más.
¿Algún fallo? Dungeon Highway no tiene demasiadas fisuras, más allá de lo frustrante de su jugabilidad llegados a cierto punto. Puede hacerse artificialmente difícil avanzar más allá de una pared o muro en concreto, y exige mucho como app, para la poca recompensa que ofrece. A eso hay que sumarle que, la posibilidad de que, alguna vez que otra, nos encontremos dándonos de bruces con algún monstruo. Dungeon Highway es un juego estéticamente irreprochable, con una identidad visual única y sólida. Su mezcla de perspectiva, suavidad y diseño artístico se engarza a la perfección con su propuesta jugable, algo que no demasiadas veces sucede. Así pues, tenemos un personaje carismático, unas criaturas reconocibles -desde serpientes a esqueletos, pasando por fantasmas, montaraces, mago o demonios, por citar algunos ejemplos- y una banda sonora destacable. La app, en iOS, es compatible con Game Center y la pantalla del iPad.
Conclusiones finales
Dungeon Highway es una app que asume el rol que muchas otras, de más renombre, y del mismo género, deberían haber tomado e interpretado. Ofrece, de forma completamente gratuita, y sin ningún tipo de compra in-app, una sólida jugabilidad -que es todo un reto para hasta el más avezado- y un estilo artístico y visual que es todo un homenaje. Tanto en Android como en iOS, Dungeon Highway destaca con nombre propio. No se nos ocurre una alternativa mejor en el endless runner -carrera infinita- en ambos ecosistemas, algo que dice mucho -y para bien- del juego en cuestión.