Análisis de Shaun White Snowboarding (PS3, PS2, PC, Xbox 360)
Los deportes de nieve siempre han sido una constante en el catalogo de las videoconsolas, desde títulos que apuestan por las carreras más directas y arcade posibles – como la franquicia SSX, de Electronic Arts-, pasando por un aspecto mucho más desenfadado y divertido – Snowboard Kids – y terminando con títulos como el que hoy nos ocupa: Shaun White Snowboarding, de una de las desarrolladoras más importantes de Europa: Ubisoft.
Para aquellos que lo desconozcan, Shaun White es uno de los deportistas más notorios dentro del emblema del Snowboard, contando con más de cinco medallas de oro en los X Games (un certamen donde se reúnen diversos deportistas de riesgo) de invierno y consiguiendo, en 2006, una medalla de oro en las olimpiadas de Turín. Y ahora, tal y como ocurrió en su día con Tony Hawk o Kelly Slater, el californiano de pelo naranja presta su imagen y voz para presentar uno de los juegos donde la nieve es la principal protagonista.
Al frente de esta obra se encuentra la desarrolladora francesa Ubi Soft, que nos deleitó el año pasado con Assassin's Creed y que en breve presentará al mundo el inicio de una nueva trilogía basada en el universo del príncipe de Persia.
Adictos a la nieve
El desarrollo de Shaun White Snowboarding se desmarca completamente de los juegos del género al ofrecer un entorno totalmente abierto, dejando a un lado la típica estructura de carreras prefijadas y demostrando que la nieve puede dar mucho de qué hablar en la nueva generación, tanto para bien como para mal.
Primero de todo tendremos que crearnos un personaje, pues no encarnaremos al propio Shaun, sino que éste será nuestro tutor y maestro a la hora de enseñarnos las nociones básicas -y no tan básicas- del deporte. Podremos seleccionar sexo, distintos tipos de caras prefijadas -adiós a los complicados editores-, tabla y distinto tipo de indumentaria escogida para la ocasión. A medida que vayamos avanzando en el juego y obteniendo dinero podremos acceder a nuevas vestimentas y tablas, cada una con sus pros y sus contras. Acabada nuestra sesión de maquillaje y una vez en plena montaña nos daremos cuenta de que somos más bien pésimos encima de una tabla, pues un gran impacto contra la nieve hará que Shaun alabe nuestras agallas y, por consiguiente, que empiece nuestra aventura.
El objetivo de nuestra aventura es conseguir hacernos un hueco dentro del hall de la fama del deporte, objetivo realmente duro si tenemos en cuenta la dificultad del título para abrirnos paso entre los distintos niveles del juego, así como el duro control que Ubisoft ha propuesto para las consolas de nueva generación, aunque luego hablaremos con más profundidad sobre esto.
Nuestra contacto con helicóptero, Alex -compañera de Shaun-, será la encargada de transportarnos entre las cinco montañas que hay en el videojuego: City Park, Alaska, Europa, Japón y Target, cada una de ellas con tres zonas diferenciadas: zona alta, media y baja. Para avanzar en el juego y conseguir respeto en el mundo del snow tendremos que reunir doce euros que hay repartidos por las diferentes montañas, así como realizar los multitudes retos que hay distribuidos por los senderos de la nieve. Si nuestra intención es realizar un evento determinado tendremos que hacer uso del mapa -o el utilísimo radar- para conocer su ubicación, y llegar hasta él, ya sea con telesilla -del que podremos saltar en cualquier momento con tan solo pulsar un botón- o en helicóptero.
Velocidad y control, ¿combo imposible?
Los retos propuestos por Ubisoft en los distintos picos del juego nos mantendrán pegados a la consola durante bastante tiempo, aunque por desgracia (y esto es algo que irónicamente también ocurría en la superproducción Assassin's Creed) la monotonía se hace plausible al haber poca variedad de situaciones.
Contaremos, pues, con los típicos retos de conseguir el mayor número de puntos posible grindando por las distintas plataformas deslizantes, realizando movimientos determinados, compitiendo en el modo online o realizando una carrera con varios jugadores controlados por la inteligencia artificial de la consola entre otros. Al completar estas misiones ganaremos dinero e iremos alzando a nuestro personaje a la fama mundial, incluso desbloquearemos habilidades especiales como impulsos de velocidad y placajes mortales. Para acceder a los eventos disponibles tan solo tendremos que acercarnos e interactuar con ellos, pasando automáticamente a la misión correspondiente.
Bajar de la montaña es tarea fácil siempre y cuando tengamos unas nociones básicas del deporte en nuestra cabeza, para ello, nuestro maestro nos irá aconsejando -en forma de paneles- de cómo hacer diversos trucos y acrobacias empleando los distintos botones del pad. Por desgracia, uno de los elementos más frustrantes del juego es el control, que si a priori parece complicado, una vez que llevemos horas jugando nos daremos cuenta de que no mejora en absoluto.
Y es que en realidad, lo que tendría que haber sido un control directo y fácil para el jugador en el pad tradicional (hay que remarcar que la versión de la consola de Nintendo tiene compatibilidad con la Wii Balance Board) se ha convertido en un conjunto de combinaciones que no pega nada bien con la imagen del snowboard profesional que conocemos. El problema reside, en parte, por la disposición de botones encabezada por los dos gatillos (que se usan para saltar y nivelar la tabla) y los sticks analógicos (control y agarre), empleando los botones frontales para lanzar bolas de nieve o para cambiar la cámara, poco más. Por desgracia la cosa no queda ahí, y es que en numerosas ocasiones nos daremos cuenta de que la sensación de velocidad que ofrece Shaun White Snowboarding es nula en algunos aspectos, sobre todo si hacemos un cambio de cámara rápida.
Otro de los aspectos que hay que remarcar del título es la inclusión de un menú rápido sin necesidad de pausar el juego y restarle dinamismo. Dicho menú se controla con la cruceta direccional del mando, y podremos controlar el juego online -crear partidas, desconectarte, expulsar a jugadores, etc.-, buscar una canción determinada de nuestro MP3, habilitar el chat y colocar marcadores rápidos. Estos últimos servirán para transportarnos al lugar determinado en un santiamén desde el mapa, donde también podremos seleccionar los diferentes telesillas -e incluso el helicóptero- para subir montaña arriba.
¿Nieve de nueva generación?
De todos es sabido que Ubisoft no escatima nunca esfuerzos en cuanto a materia gráfica se refiere, ofreciendo títulos como el ya comentado Assassin's Creed o el próximo Prince of Persia que son una delicia audiovisual para nuestros sentidos. Sin embargo, la experiencia Shaun White se ve mermada por la mala adaptación del motor de Altair en terreno frío. La nieve luce bien si vamos cuesta abajo, aunque existe un continuo efecto clipping -traspasar objetos- que empeora la puesta en escena del juego.
Asimismo el modelado de los personajes es más que correcto, con una fiel adaptación de la estrella del juego que no tardarán en reconocer los seguidores más fieles de este deporte; aunque uno de los detalles imperdonables y sin justificación es la ausencia clara de nieve en los cuerpos de los deportistas cuando sufren una caída, detalle que sin embargo ya estaba presente en el galardonado 1080º Avalanche de Nintendo GameCube. Aparte de eso y de un par de errores puntuales en los que la física del juego parece estar tomada a cachondeo -nuestro personaje puede rebotar más alto que realizando un salto si nos topamos con el bug- el juego presenta un motor gráfico bastante sólido, unos tiempos de carga en los que podremos practicar en un half pipe y unas vistas –sobre todo en lo más alto de la montaña- realmente espectaculares.
Hablar del apartado sonoro de Shaun White Snowboarding es hablar de música en estado puro, con grupos tan conocidos como Audioslave, Anti-Flag, Three Days Grace o Bob Dylan, en un repertorio de más de 30 pistas. Los sonidos FX también cuentan con una gran calidad -mención especial a las avalanchas producidas por nuestras tablas en plena montaña-, por lo que podemos afirmar que el apartado sonoro del título es uno de los puntos álgidos del mismo, y, siguiendo con la tónica habitual de la editora, tanto los textos como el doblaje estarán en perfecto castellano, imposibilitando perdernos dentro del juego más allá del nombre raro de alguna pirueta.
Multijugador exclusivo en línea
Al tratarse de un juego abierto y olvidar las carreras convencionales el desarrollo del juego se ha visto reducido a un único jugador por lo que si nuestra intención era correr con varios amigos la única manera posible es con el modo online, al que entraremos con tan solo pulsar un botón en la cruceta direccional de nuestro mando. Y es que el modo online de Shaun White Snowboard nos pone al frente de hasta 15 corredores más compitiendo por el oro, en pruebas que van desde las típicas carreras, pruebas de puntuación, piruetas, etc.
Si hacemos un salto bien, una carrera rápida, o si simplemente nos pegamos un buen golpe contra la nieve y queremos guardarlo para la posteridad siempre podremos hacer uso de la cámara de video, que nos permitirá grabar lo que queramos, así como compartirlo con otros jugadores subiéndolo a Internet y modificarlo a nuestro antojo.
Se nos acaba el tiempo en pista
Desde luego no estamos ante el título definitivo de Snowboard que presenta la nueva generación, sin embargo, es un buen comienzo al tratar de adaptar el concepto de mundo abierto dentro del universo del snowboard, y, aunque en esta ocasión no haya cuajado del todo por culpa de varios aspectos, estamos seguros de que Shaun White Snowboarding servirá como punto de partida para los demás títulos venideros. No obstante estamos ante un juego entretenido, que divertirá a todos los fans del género y a aquellos quienes no sean muy exigentes con los problemas que tiene el juego.