Análisis de Shaun White Snowboarding (PSP)
Deslízate con tu tabla por las mejores pendientes del mundo de la mano de Shaun White Snowboarding.
Fernando Fontanet-Bel ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7
SONIDO
6
NOTA
7.5
DIVERSIÓN
8
JUGABILIDAD
8
Análisis de versión PSP.
Otros análisis: NDS y PS3 y Xbox 360
Llega a nuestras portátiles Shaun White Snowboarding. De la mano del snowboarder más popular de los últimos tiempos, en la cima de esta modalidad con sólo 15 años, tendremos que lidiar con diferentes pendientes y realizar los saltos más espectaculares aliñados con una música acorde con la acción y unos gráficos que no dejaran de sorprendernos.
El juego presenta diferentes pantallas en las que para ganar no sólo tendremos que acabar la carrera, sino que será necesario realizar una serie de acciones y llegar a una puntuación determinada para desbloquear el resto de países disponibles. En los diferentes circuitos podremos disfrutar de la gran cantidad de saltos que incluye el juego con sus correspondientes combinaciones que iremos aprendiendo a lo largo de todo el juego. Para la primera toma de contacto, realizaremos las combinaciones más sencillas que después dominaremos a placer. En los primeros compases, la realización de algunos trucos sin disponer de las tablas o las habilidades más potenciadas serán mucho más difíciles.
En un primer momento el juego parece fácil y la pantalla de Estados Unidos se pasa sin más preocupaciones que las de repetir un par de veces algún circuito. El avance a través del juego nos llevará a escenarios más complicados donde las pruebas técnicas serán más difíciles y obligarán al jugador a esmerarse no solo en saltar –que es a lo que normalmente se asocia este tipo de juegos- sino a grindar raíles cual monopatín en una barandilla o realizar los complicados carvings –derrapadas enlazadas a izquierda y derecha con la tabla- sin terminar empotrados contra un árbol o pruebas de velocidad que harán que el jugador haga una inmersión total en el juego.
Los gráficos, más próximos a la animación y el dibujo acompañarán en un clima donde la música, muy bien escogida por los desarrolladores, colabora en la creación de un buen ambiente de juego.
La única pega que el jugador encontrará en el juego es la falta de rivales con los que competir. En este sentido, el juego dispone de un modo multijugador que podría ser mucho más de lo que es. En algunos casos, el juego en dos PSP distintas vía Wifi es complicado debido a que la carrera empieza antes en una que en otra. Por otra parte, el estudio ha optado por enfrentarnos en la misma pendiente sin visualizar al rival. Así, la competición es menos amena e igual que si realizáramos el descenso de modo individual.
Shaun White no aporta muchas novedades al género y sigue la estela de los SSX o 1080 que ya marcaron época en las nuestras consolas en los últimos 10 años y se desarrolla hasta el punto que éste deporte y la pequeña de Sony permite: tablas, saltos, pendientes y mucha diversión.
Saltos espectaculares
El apartado gráfico del juego podría ser más completo aunque la temática tampoco necesita más. La fotografía, muy cuidada en toda la producción, cambia según el país en el que competimos. En el caso de Japón son espectaculares las vistas del monte Fuji mientras nos tiramos, de noche, por una pendiente muy pronunciada o en otra carrera en la que corremos durante el ocaso con un cielo amarillento y una luz muy especial que contrasta a la perfección con la soledad del snowboarder.
El inicio del juego se nos presenta con la elección de nuestro corredor, que al igual que todo el juego está caracterizado con mucho colorido siguiendo el estilo de las pantallas de carga que muestran imágenes de la carrera que vamos a correr.
Los efectos gráficos durante las diferentes acciones –salto, carving, grindadas o velocidad- están muy cuidados llegando a provocar la sensación en el jugador de lo que está realizando en pantalla. En el caso de la velocidad, Shaun White consigue un gran efecto utilizando el desenfoque en los puntos en que usamos esta habilidad. El salto, otra de las opciones, produce un gran efecto visual en el que el movimiento del corredor sobre la tabla es natural y no forzado, lo que le da un punto de calidad, en el caso de las grindadas o el carving, más de lo mismo, efectos donde el levantamiento de la nieve y los diferentes juegos de color ayudarán a fusionar al jugador con el corredor sobre la tabla.
Como hemos dicho antes, la gran variedad de saltos se agradece a nivel gráfico y visual dada la espectacularidad de algunos de ellos. Cuando el jugador llegue al tercer nivel de juego, puede llegar a dominar muchos de ellos aunque probablemente no podrá usarlos a voluntad debido a los objetivos que es necesario cumplir para desbloquear nuevas pantallas.
Surfeando sobre la nieve
Uno de los atractivos del juego reside en la facilidad con la que el jugador se encontrará para guiar la tabla a través de las diferentes pantallas. El dominar los saltos y las diferentes disciplinas del juego ya es harina de otro costal. Shaun White Snowboarding presenta una lista de 27 saltos diferentes y cuatro habilidades distintas con el añadido de tener que cumplir varias de ellas en cada carrera para superarla. Según la tabla que montemos y la habilidad en cada práctica, el resultado será diferente y acumularemos más o menos conocimiento de ésta dependiendo del uso que hagamos durante la partida. Dicho conocimiento se convertirá en unidades que podremos destinar a comprar nuevo material o por el contrario dedicarlo a tener más conocimiento sobre una de las disciplinas.
Al comenzar a jugar nos encontramos un menú con un escenario posible, Estados Unidos en el que tendremos que disputar cuatro carreras. Cada carrera tendrá dos objetivos fijos –que se incrementaran en cada nuevo escenario- y tres variables que tendremos que cumplir si queremos ganar experiencia. En las pantallas posteriores, el cumplimiento de estos se convertirá en obligatoria y los objetivos fijos se irán incrementando hasta llegar a tener 4 objetivos obligatorios y varios secundarios para pasarnos el juego.
Dentro de la carrera, las diferentes indicaciones son sencillas y su distribución en la pantalla es lo bastante funcional como para que el jugador vea rápidamente el desarrollo de la prueba y los puntos que acumula. Los indicadores son unas barras que se van llenando al tiempo que realizamos aquella modalidad, en caso que interrumpamos la maniobra ésta se interrumpe al momento y se acumula a la puntuación, por el contrario, si ésta se ve interrumpida por un accidente o una colisión, se pierden los puntos acumulados, por lo que el jugador deberá decidir en cada momento cuando y cómo realizar cada acción y también saber el momento de parar la maniobra. Cuando estas se llenan al 100% se dan por completadas y el jugador puede dedicarse a cumplir las otras. A parte, también existe la posibilidad de realizar otras maniobras no obligatorias que nos darán puntos de experiencia que invertiremos posteriormente en la tienda.
En jugabilidad, también destaca el comando de concentración. La realización correcta de los diferentes ejercicios realizados provocará que la barra de concentración se llene e incremente nuestras habilidades por unos segundos pulsando el botón select.
La dificultad del juego aparecerá conforme vayamos avanzando a través de las montañas. Mientras Estados Unidos y Los Alpes presentan una dificultad baja, Canadá exigirá una dificultad media, cuando lleguemos a Japón y Chile, el nivel de exigencia subirá hasta pedirnos la realización de las cuatro habilidades en una sola carrera, algo muy difícil que hará que pasemos muchas horas intentando las posturas más increíbles y los saltos que aunque parezcan imposibles acabaremos realizando sin más dificultad.
En el apartado de sonido nada nuevo. Las típicas guitarras acompañarán al juego en un acertado pero repetitivo hilo musical. El tono simpático lo pone el corredor, que en cada carrera, antes de empezar se pondrá los cascos y activará su reproductor musical para posteriormente lanzarse a surfear los distintos obstáculos que encontrará.
Muchas horas de pendientes
Las conclusiones al acabar de jugar al juego son muy satisfactorias. Tanto la jugabilidad como la versatilidad del juego dan a Shaun White Snowboarding un gran atractivo a tener en cuenta. En la portátil de Sony, el juego se ha realizado con un gran cuidado tanto en gráficos como en la facilidad de manejo, lo que colabora en crear un gran ambiente de juego que permitirá al jugador introducirse de lleno en la pendiente por la que se está deslizando.
En cuanto a los gráficos, en formato dibujo, son buenos y se nota el mimo con el que el estudio ha tratado el juego en cuanto a colorido y diseño. Incluso en las representaciones dentro de los propios escenarios donde correremos tanto de día como de noche y con las condiciones temporales cambiantes: nevando o en un ocaso donde la luz del sol creará un efecto de lo más espectacular.
El juego, aunque logrado en muchas de sus facetas, tiene un claro punto negro…el del modo versus. Dispone del apartado multijugador donde podremos crear una partida y aprovechar el dispositivo inalámbrico de nuestra PSP para jugar con otra persona pero en el modo individual no existen enfrentamientos con otros jugadores. En esta edición, se ha primado la realización de pruebas individuales dejando de lado el gran atractivo de las carreras de velocidad con obstáculos o también algunas pruebas muy conocidas – y posiblemente muy divertidas para el jugador- como el medio tubo o el cuarto de tubo, además de las ya mentadas carreras entre cuatro jugadores. En el apartado técnico existe al menos un fallo de desarrollo en una pantalla donde el snowboarder se queda clavado en una rampa de salto. Errores como éste, aunque aislados, no se deberían producir en un juego que técnicamente deja muy buen sabor de boca al usuario.
Después de largas horas de juego, cabe definir a Shaun White como un digno sucesor de 1080 y SSX que nos proporcionará largas horas de juego en este deporte que empieza a tomar fuerza en nuestro país junto con otros deportes considerados de alto riesgo. Así, os dejamos con las pendientes de Shaun White para que probéis en primera persona las sensaciones que depara este fantástico juego.
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