Esta semana tenemos el lanzamiento de Resident Evil Zero HD Remaster, el regreso de una de las últimas entregas clásicas de dicha saga, y por si fuese poco 2016 es el año en el que se cumplen los 20 años de la creación de aquella icónica primera entrega que se atrevió a colocarle la etiqueta al mismo subgénero terrorífico que levantó, el de los survival horror.
Así que aunque todavía no ha llegado el mes apropiado para celebrar, vamos a aprovechar la llegada de esta esperada remasterización para hablar de su apartado sonoro, sin duda una de las herramientas fundamentales cuando se trata de generar tensión en el jugador. Gestionad la munición y las hierbas medicinales… ¡la lectura se presenta perturbadora!
24 de julio, 1998. La noche comienza
Cuando a mediados de los años 90 un desconocido Shinji Mikami recibe el encargo de realizar un remake de aquel genial RPG de terror para Famicom titulado Sweet Home, la maquinaria que se pone en funcionamiento no solo formaría lo que se terminó llamando Biohazard en Japón, sino que también juntó un pequeño equipo de desarrolladores que años más tarde se conocerían de manera interna como el Capcom Production Studio 4.
Quizás os suene el nombre por los créditos de algún Dino Crisis, pero de momento nos centraremos en los músicos que han dado forma al ambiente de la primera mitad de la saga Resident Evil, empezando por Makoto Tomozawa, Koichi Hiroki y aquel que sería la piedra central de la trilogía en los 32-bits y las obras de Hideki Kamiya: Masami Ueda.
Así empezaba la noche en las montañas Arklay, una introducción inolvidable –ahora puede parecer desfasada, pero sus toques gore fueron censurados y ni eso impidió que provocara pesadillas en su época- que tras mostrarnos el trágico destino del equipo Bravo de S.T.A.R.S. desembocaba en un cast dirigido por guitarras y una fuerte presencia del slap ejecutado con el bajo eléctrico. ¿No debería provocar terror? ¿Se habían equivocado?
No lo creo. Aunque el resto del juego siguiese más cerca el guión del miedo, buscando las notas incómodas de la escala, este "Terror (Darkness Lives)" –así como "Plant 42" o "Still Dawn", el tema que cierra el juego y de los mejores- estaba definiendo el verdadero espíritu de Resident Evil, que era el de revestir con unas gotas de chulería y desenfado los horrores mutagénicos que escondía. Ese punto intermedio entre guardar la compostura y no tomarse demasiado en serio lo hemos visto cientos de veces en el cine zombi y de acción, de los que bebe bastante, pero dejando suficiente espacio a su propia identidad.
Y si apreciamos eso, tenemos que muchas de las grandes bandas sonoras del género se han escrito con el rock electrónico en mente. Desde los maestros Goblin hasta los brillantes pasajes de Fabio Frizzi en L’Aldilà (1981) o el inmenso John Harrison de Day of the Dead (1985), utilizando pianos y sintetizadores a la par que enchufando los instrumentos de cuerda al amplificador. Resident Evil no seguiría siempre esa línea, pero aquella primera toma de contacto nos había dejado ya una pista sobre sus intenciones.
"The Night Begins" (1ªplanta), "Wandering About" (2ªplanta) o "Narrow and Close" (Sótano) aportaban la receta misteriosa, conformando la otra cara de la atmósfera. Pero las zonas de auténtico protagonismo fueron las salas de guardado, en "Peace of Mind" y "Sigh of Relief", Koichi Hiroki creó un contraste acertadísimo que se convirtió en patrón para la saga.
La edición Director’s Cut Dual Shock Ver. no es tan recomendable, pues reemplazó la música por una mucho más pobre de Takashi Niigaki, aquel músico fantasma que hizo los trabajos de Mamoru Samuragochi, el falso compositor de Onimusha que decía ser sordo.
Tras muchas vueltas en el proceso, Hideki Kamiya nos entregó Resident Evil 2, que esta vez tendría a Masami Ueda como compositor principal –en el primero hizo tres temas- y dos rostros nuevos que le ayudarían a acabarlo: Shusaku Uchiyama y Syun Nishigaki. El resultado, probablemente la mejor BSO de toda la saga y una de las mejores de los survival horror. El guiso del original se potenció a fuego lento, dibujando la estructura que seguirían los siguientes episodios de los virus de Umbrella. Consiguieron una inmersiva introducción titulada "The Beginning of Story" y cortes ambientales de la talla de "The Library", "The First Floor" o la sempiterna "The Front Hall", auténticas masterclass de atmósfera, con esa aleación de efectos sonoros, teclas escurridizas y graves cavernosos.
La comisaría de R.P.D. recibió también los primeros elementos operísticos de la saga, bien claros en esa pieza para William Birkin llamada "The Third Malformation of G". Además, en los créditos finales Masami Ueda mantuvo la esencia rockera del original intacta con "Credit Line of Whole Staff", el mejor broche final posible para esta aventura, a pesar de que el escenario A -el juego venía en 2 CD con los escenarios A / B de Leon y Claire- ya nos dejaban una esperanzadora partitura de piano como "Credit Line" a secas.
Y lo que iba a ser un spin-off mientras se gestaba la siguiente entrega principal, se acabó convirtiendo en lo que hoy conocemos como Resident Evil 3 Nemesis -Last Escape en Japón-, el cierre canónico de la odisea de Raccoon City. Esta vez Masami Ueda, que estaba ante su última BSO de Resident Evil (pasó a hacer Devil May Cry, Okami y Viewtiful Joe), repartió la tarea musical con la señorita Saori Maeda. Lo que salió fue una muy buena continuación sonora de la segunda parte, manteniendo la línea compositiva.
Empezando por la intro "The City of Ruin" y pasando por "The Beginning of Nightmare", uno de los que suena en las calles, "The Clock Tower" o el siempre inquietante "Nemesis’ Theme" que nos acompañará en sus distintas variantes durante todo el juego. Unos pocos temas de la comisaría de R.P.D. se reutilizaron.
La otra gran baza son las nuevas piezas para los momentos de calma, pues nos dejaron algunas de las más notables, en especial "Free From Fear" y "No Rest for the Wicked", estilo en la onda del Angelo Badalamenti de Twin Peaks, muy presente en las anteriores. El epílogo lo conforma la dupla "Unfortunate Event – Staff & Credits", que cambiaría el enfoque de los créditos previos por uno más dramático y melancólico que encaja perfecto.
128-bits de horror. El virus se extiende
La siguiente parada, ya en Dreamcast, sería Resident Evil Code Veronica, que empezó a adoptar elementos en 3D para los fondos. El equipo encargado del apartado sonoro lo formaron Takeshi Miura –que repitió en Resident Evil: The Darkside Chronicles-, Sanae Kasahara y la compositora de anime Hijiri Anze. Su compenetración fue excelente y eso se reflejó en la banda sonora, que es también muy destacable en la franquicia de Capcom.
Sin dejar atrás los elementos comunes, esta entrega se aventuró por un terreno más lírico, más orquestal y con más secciones pianísticas, adaptándose al propio espíritu clasicista del juego. Pocos habrán olvidado la canción de cuna o berceuse de los Ashford, también llamada "Alexia’s Lullaby", que se manifiesta en forma de canto, bagatela y caja de música, la más presente en la partida. Tampoco es fácil olvidar el tremendo "A Moment of Relief" que nos acompaña mientras grabamos partida en la máquina de escribir o el tema de amor –algo sin duda inesperado en Resident Evil- que se recoge con el título "Love?".
"The Palace of Insane" de Takeshi Miura para la mansión, "The Suspended Doll" en la residencia privada, "A State of Emergency" y toda una colección de grandes piezas que se cierra con otro de los grandes "End Credits", un tema que lamentablemente en las versiones con el título Code Veronica X cambiaron por una suite mezclando composiciones del juego.
Y terminamos con los dos ejemplares que han sido restaurados en HD recientemente: el remake de Resident Evil en 2002 y Resident Evil Zero, el protagonista estos días. El primero cubrió parte de las composiciones ambientales originales, pero introdujo cambios y se deshizo del rock por una solución suave y formal que fuese acorde al nuevo tono sobrio, perdiendo su esencia única y memorable. De los músicos de 1996 solo Makoto Tomozawa estuvo implicado, seguido por quienes compondrían Resident Evil 4: Shusaku Uchiyama –el mismo de Resident Evil 2- y Misao Senbongi, coautora de Devil May Cry.
Por su parte, la precuela que lanza Capcom esta semana contó con la compositora Seiko Kobuchi, que luego trabajaría en Haunting Ground y la serie Mega Man X. La condición de oveja negra que ha sufrido este título –pocas ventas, declive del género…- llega hasta su banda sonora. No está a la altura de las anteriores, pero se siente como una auténtica BSO de Resident Evil, cosa que no podremos decir de muchas entregas posteriores.
Ahora se presenta la oportunidad de reivindicarlo, rescatar aquel estupendo "Rest" del guardado de partida, sus también geniales créditos finales o la impactante introducción que presenta a James Marcus con su particular aria "Lullaby" en una cinemática que dejo a modo de aperitivo para este Resident Evil Zero HD Remaster que nos disponemos a estrenar.
La recomendación de rigor: el CD Biohazard Orchestra Album, un gran registro interpretado por la New Japan Philarmonic. Todas las BSO del artículo las tenéis también tanto por separado como en la Biohazard SOUND CHRONICLE BEST TRACK BOX de Sony Music.
¡Pasad una buena y terrorífica semana!