A principios de los años noventa todo estaba cambiando. La televisión empezaba a tener más y más canales y muchos estábamos pasando la adolescencia con normalidad. Los arcades en aquel entonces eran el escaparate para todos los aficionados a los videojuegos.
Muchos sólo jugaban en estos centros, ya que no todos tenían videoconsola en casa, y muchos de los que la teníamos alucinábamos con lo que los arcades nos ofrecían. Cierto es que también estábamos a las puertas de la era poligonal, pero no es menos cierto que el videojuego de hoy es uno de esos pequeños oasis en el que muchos nos refugiamos.
Los juegos arcade con pistola de luz estaban en auge, así que Konami, con ojo avizor, vio que era el momento justo de lanzar un videojuego en el que se buscarían el "hiper realismo" con gráficos digitalizados. Era un campo en el que se habían visto apenas unos cuantos exponentes, pero Konami se lo quiso tomar muy en serio.
Lethal Enforcers vino a decir a todos los videojuegos que usaban una pistola de luz que se podían hacer videojuegos de temática seria con resultados espectaculares. De aquella habíamos jugado a muchos juegos en los que la pistola nos servía para disparar a patos, contra dianas o un sinfín de minijuegos de puntería. Más tarde llegarían Virtua Cop en 1994 o Time Crisis en el 95, pero Lethal Enforcers, sin la fama de estos, nos convirtió en defensores de la ley en 1992.
Realidad en baja resolución
Como vemos en la propia publicidad del juego, se usaron actores reales y no el arte de algún dibujante. Esto va en consonancia directa con el juego: Lethal Enforcers entraba por el ojo gracias a sus gráficos digitalizados usando escenarios y actores reales. Grabando las animaciones fotograma a fotograma y oyendo la cantidad de voces y gritos que contiene el juego nos damos cuenta claramente como Konami apuesta por intentar acercarnos a las experiencias de un policía en su trabajo.
El hardware en el que fue programado no era un portento, pero sí lo suficientemente potente para mover la gran cantidad de sprites en pantalla. Cada misión la podremos completar solos o con la ayuda de nuestra compañera. La primera escena, por ejemplo, es un robo a un banco y se nos presentará la oportunidad de acabar con los ladrones cuando se muestren, el problema empieza cuando los civiles empiezan a asomar la cabeza para ver qué está pasando: si somos de gatillo fácil, el pobre civil que estaba allí por la mañana para hacer un pequeño ingreso acabará con toda probabilidad con una bala entre ceja y ceja.
Si antes habíamos jugado con juegos en los que nuestro mayor enemigo era un perro burlón, notaremos que en éste se han puesto las cosas muy serias, ya que los geniales gráficos digitalizados junto a los escenarios hiperrealistas nos hicieron sentir, quizás por primera ver, una de las experiencias más cercanas a la realidad, recordando que estamos en 1992.
Los gráficos eran espectaculares para la época. Y la jugabilidad que imprimió Konami hizo que de una vez por todas cogiéramos nuestro arma de una manera diferente a todas las anteriores.
A medida que avancemos en los niveles los problemas irán creciendo, ya que habrá más enemigos, nos atacarán con mayor velocidad y será más difícil apuntarlos al estar más lejos. La curva de aprendizaje era buena, aunque como era ajustable en la configuración de la máquina, digamos que estaba donde quisiera el dueño del mueble. El autor del artículo recuerda la pequeña curiosidad de tener dos muebles en la misma zona, y notarse esta dificultad.
Pero como esto es algo intrínseco en la historia de nuestros arcades, terminaremos hablando de cómo fue un juego de tremendo éxito gracias a una fórmula ganadora para el jugador: Gráficos hiperrealistas, efectos de sonido reales y genial jugabilidad y cantidad de armas a recoger, como parte mala podemos destacar la música chiptune del arcade que suena mucho mejor en posteriores conversiones.
Conversiones buenas, malas y feas
Así se podrían definir las escasas conversiones de las que pudimos disfrutar: Mega Drive, Super Nintendo, Sega Mega CD y PlayStation. Las diferencias entre las versiones son destacables, ya que fue una de esas veces en las que se notaba la diferencia de resolución entre Mega Drive y Super Nintendo, y se alcanzó la gloria en Mega CD al dotarle de una nueva banda sonora mucho menos machacona que la del arcade y más agradable y apropiada incluso.
Mega Drive
Super Nintendo
Mega CD
PlayStation
Como vemos, la resolución de cada sistema, y sobre todo su paleta de colores ponen al descubierto lo ambicioso de cada una de las conversiones a un sistema menos avanzado. Pero de esta manera también nos dejaron las sobresalientes versiones de Mega CD, y el recopilatorio para PlayStation. ¿A cual jugaste tú?
Este juego hizo que algo despertase en las oficinas de Sega y Namco, que fructificaría en Virtua Cop y Time Crisis. ¿No es acaso suficiente motivo cómo para reconocer la gloria que envolvió a Letal Enforcers?
