Los ocho mejores videojuegos para sentirte un auténtico motero

La película ‘Bikeriders’ ha vuelto a poner de moda las motos, una temática que la industria ha sabido explotar.
Los ocho mejores videojuegos para sentirte un auténtico motero
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Los videojuegos de moteros han conquistado a los jugadores por ser la mezcla perfecta de libertad, velocidad y peligro que ofrecen. Títulos como Days Gone y Grand Theft Auto IV: The Lost and Damned destacan por sus tramas y la sensación de aventura que proporcionan al recorrer vastos paisajes sobre una moto. Algunos de estos juegos no solo permiten experimentar la emoción de la carretera, sino también la camaradería y la rivalidad que definen la cultura motera.

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Aprovechando el estreno esta semana de Bikeriders. La ley del asfalto, en esta ocasión repasamos un buen puñado de videojuegos con los que continuar flipando con las chaquetas de cuero, el olor a carburante y el asfalto.

Days Gone (2019)

Days Gone comienza de manera sencilla: el jugador asume el papel de un motero en un mundo post-apocalíptico lleno de infectados, buscando respuestas sobre su esposa fallecida y enfrentándose a enemigos con armas contundentes y de fuego. Sí, es trampa, no puedes formar tu propio club de moteros al uso pero muchos de los valores, la estética y el propio protagonista es 100% ‘accurate’. Deacon St. John es un tipo duro pero con un carácter dulce y encantador, bien interpretado por Sam Witwer. Su moto es una compañera constante, ofreciendo una experiencia de conducción satisfactoria, especialmente después de varias mejoras que puedes conseguir.

A pesar de la buena actuación de Deacon y la mecánica sólida de la propuesta, la narrativa del juego no es para todo el mundo, con flashbacks recurrentes que puede hacer que más de uno desconecte un poco. La primera mitad del juego mantiene una motivación emocional consistente para el protagonista, más allá de simplemente sobrevivir, pero la trama pierde su dirección en la segunda mitad, introduciendo nuevos personajes y relaciones cambiantes que confunden al jugador.

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Las batallas contra hordas de Engendros, los "zombis" del juego, son, junto con los viajes en moto, el punto fuerte del juego. Estas requieren estrategia y familiarizarse con el entorno, creando encuentros frenéticos y llenos de tensión. No obstante, si no lo jugáis en un equipo potente o en consola, pueden agregarse a las hordas problemas de rendimiento.

El mundo de Days Gone es visualmente atractivo pero puede considerarse un poco monótono. A pesar de la abundancia de recursos y misiones opcionales, se pueden acabar haciendo repetitivas y carentes de variedad. La moto de Deacon, aunque crucial para la exploración, puede sufrir daños que tendremos que reparar, así que es recomendable no ir a lo loco chocando por ahí con todo.

Grand Theft Autor IV: The Lost and Damned (2009)

Todos hicimos el gesto del meme de DiCaprio apuntando a la tele cuando vimos a Johnny Klebitz aparecer en una cinemática de GTA V, porque este personaje sacó el rebelde que llevamos dentro en su propio DLC (o en su mitad) de GTA IV: The Lost And Damned. Este DLC, perteneciente al pack titulado Episodes from Liberty City ofrece una campaña de lo mejorcito para un solo jugador, mas de 50 nuevos temazos en la radio, entre los que se encuentran "Call From the Grave" de Bathory, "Wanted Dead or Alive" de Bon Jovi y "Run to the Hills" de Iron Maiden, 20 vehículos adicionales, nuevas armas, misiones secundarias, programas de televisión y modos multijugador.

La narrativa de esta expansión se desarrolla paralelamente a la historia de Niko Bellic del juego base, es más, tanto Niko como el protagonista de The Ballad of Gay Tony (el otro DLC del título) aparecen en alguna cinemática de fondo, sembrando lo que en un futuro no muy lejano sería la historia entrelazada de GTA V, compartiendo personajes y ubicaciones, pero manteniéndose como mundos separados.

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El protagonista, Johnny "The Jew" Klebitz, es el vicepresidente de la banda de moteros, The Lost. La historia comienza con la liberación del presidente de la banda, Billy, y su regreso a la actividad, lo que genera tensiones internas ya que Billy quiere sumergirse en el tráfico de drogas mientras Johnny prefiere un enfoque más prudente. Esta dinámica crea un conflicto central en la trama, aunque la campaña, que dura entre 8 y 10 horas, se puede engordar con actividades secundarias o simplemente echando horas muertas acumulando estrellas y huyendo de la policía, marca característica de la casa.

Klebitz, a diferencia de Niko, no es un personaje carismático ni simpático. Su carácter antipático y las acciones moralmente cuestionables que realiza a lo largo del juego supone un contraste atractivo para los que quieran justificar hacer el cafre y castigar a la banda rival sin piedad. Aunque inicialmente se sugiere que Johnny busca redimirse, los eventos posteriores lo muestran como un criminal sin redención, lo que contrasta con la historia de Niko, un inmigrante en busca de un propósito y conexión en una ciudad extraña.

En términos de jugabilidad, The Lost and Damned introduce mejoras significativas, especialmente en el manejo de motos. Estos vehículos en esta expansión son mucho más fáciles de manejar y menos propensas a causar caídas, lo que mejora considerablemente la experiencia de conducción. Además, se añaden nuevas armas que hacen que los enfrentamientos sean más dinámicos y entretenidos. Johnny también cuenta con el respaldo de su banda, cuyos miembros ganan experiencia y habilidades en combate, lo que añade una capa estratégica al juego al incentivar la protección y el apoyo mutuo durante los tiroteos.

El apartado técnico de la expansión también merece mención. Aunque Rockstar introdujo un filtro de grano para diferenciar visualmente esta expansión de GTA IV, este efecto puede hacer que Liberty City se vea opaca y difícil de visualizar en ciertas condiciones. Afortunadamente, este puede desactivarse, lo que permite disfrutar de la belleza de la ciudad sin distracciones.

Road Redemption (2017)

En la era de los reinicios y remasterizaciones, es sorprendente que clásicos de 16 bits de EA como Road Rash no hayan recibido el tratamiento moderno que muchos otros juegos han tenido. Sin embargo, en 2014, Road Redemption, desarrollado por Ian Fisch tras una campaña en Kickstarter, logró resucitar el espíritu de este clásico con éxito. Después de un lanzamiento inicial en PC, el juego ahora también está disponible en Switch e incluso para Android, ofreciendo una pizca de nostalgia y nuevas mecánicas para atraer tanto a los antiguos fans como a nuevos jugadores.

Este título mantiene su mecánica básica de carreras de motos combinada con combates cuerpo a cuerpo, concepto que también utiliza The Lost And Damned en sus carreras (cómo hilamos en Vandal). Sin embargo, este sucesor espiritual agrega una variedad de características roguelite y otras ideas innovadoras. Ambientado en un futuro distópico, el juego presenta una trama donde el jugador, como miembro de la banda de moteros Jackal, compite por una recompensa de 15 millones de dólares por capturar a un asesino enmascarado. Aunque la historia no es el punto fuerte del juego, sirve como excusa para introducir una serie de modos de juego que mantienen la experiencia fresca y variada.

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El juego se divide en cinco tipos principales de etapas: carreras estándar, pruebas contrarreloj, derribos, supervivencia y batallas contra jefes. Fallar en estas misiones no necesariamente termina el juego, pero sí afecta la salud del jugador y reduce las recompensas. Este sistema permite una jugabilidad desafiante y rejugable, donde cada carrera ofrece diferentes obstáculos y enemigos, asegurando que los jugadores se mantengan enganchados mientras mejoran sus habilidades y arsenal.

Una de las mayores fortalezas de Road Redemption es su jugabilidad que combina el calor del asfalto durante la carrera con el calor de los mamporros propinados por una amplia gama de armas que incluyen desde objetos contundentes hasta explosivos. Los jugadores deben adaptar sus estrategias según las situaciones, utilizando diferentes armas y tácticas para superar a los enemigos. Aunque puede ser un poco abrumador al principio por tener que estar pendiente de otra cosa mientras conducimos, por lo menos no tenemos que leer conversaciones subtituladas y el sistema de combate es accesible y se vuelve increíblemente satisfactorio una vez que se domina.

Su modo multijugador, tanto en línea como local en pantalla dividida, añade un valor significativo, permitiendo a los jugadores apalear a sus amigos de forma segura y entre risas.

Ride to Hell: Retribution (2013)

Ride to Hell: Retribution se presenta como una amalgama de géneros y mecánicas que, en teoría, podría haber sido un éxito. Sin embargo, desde los primeros segundos del juego, nos encontramos con una experiencia incoherente, grotesca y plagada de errores. El inicio es caótico, la cámara se desplaza sin ningún sentido y los fallos técnicos son evidentes, lo que establece una dinámica negativa que persiste a lo largo del juego. La falta de contexto y las transiciones bruscas entre escenas confunden al jugador y hacen que incluso las misiones más simples se vuelvan frustrantes y poco intuitivas. Esta clase de problemas le han valido en Metacritic un 19 por parte de los críticos y un 1,4 por los jugadores.

A pesar de la variedad de mecánicas que incluye el título, como combate cuerpo a cuerpo, secciones de conducción, peleas contra jefes y tiroteos, ninguna de ellas está bien implementada ni están pulidas. Los controles de conducción son torpes e imprecisos, lo que es especialmente problemático en un juego centrado en moteros. Los combates cuerpo a cuerpo son básicos y se ven obstaculizados por animaciones toscas y una cámara que no ayuda nada. Los tiroteos, por su parte, están plagados de problemas de precisión y una IA enemiga que deja mucho que desear, resultando en una experiencia de juego frustrante y que no está a la altura de la época en la que se publicó.

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El guión y la actuación de voz no logran redimir el juego, ni mucho menos, siendo solo un clavo más en su ataud. La historia, que sigue a Jake Conway en su búsqueda de venganza tras la muerte de su hermano a manos de la banda Devil’s Hand, carece de profundidad y coherencia. Las escenas cinemáticas están mal ejecutadas, con texturas que no se cargan correctamente y personajes que se comportan de manera inexplicable. Además, la narrativa se ve entorpecida por misiones y objetivos mal diseñados, lo que contribuye a la sensación general de que el juego salió a toda prisa y sin estar acabado. Todos estos fallos y problemas, obviamente en su momento, no hacían ninguna gracia, pero con el tiempo muchos usuarios lo ven como una comedia involuntaria, recordando por qué no siempre hay que fiarse de las portadas llameantes, con motos y calaveras.

Sons of Anarchy: The Prospect

Sons of Anarchy: The Prospect es un juego episódico lanzado por Orpheus Interactive, basado en la popular serie de televisión homónima Sons of Anarchy. Aunque la serie concluyó antes del estreno del videojuego, esta adaptación mantiene viva la historia a través de un nuevo elenco de personajes en el capítulo de Lincoln, Oregón, del violento y famoso club de moteros. Los jugadores asumen el papel de Clint Lancet, un joven que ha tratado de mantenerse alejado del negocio familiar, pero se ve atrapado en una serie de eventos que cambiarán su vida para siempre.

El diseño del título quiere asemejarse a las series episódicas de Telltale Games, como The Walking Dead y Juego de tronos. Sigue la historia desde la perspectiva en primera persona de Clint, alternando entre escenas cinemáticas y momentos interactivos donde se deben tomar decisiones cruciales que afectan el desarrollo de la historia. Los jugadores también participan en combates cuerpo a cuerpo y, obviamente, en la conducción de motos, que para eso estamos aquí.

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La jugabilidad comienza con un viaje junto a un grupo de tipos duros con reconocibles chalecos, enseñando a los jugadores a manejar la moto y explorar el entorno. En pocos minutos, se enfrentan a una decisión que podría cambiar el curso de la historia: ¿disparar o no disparar? La mayor parte del juego se desarrolla en un modo cinematográfico muy característico de las aventuras gráficas del estilo, donde los jugadores observan cómo se despliegan los eventos, pero también tienen oportunidades de interactuar, buscar objetos importantes y participar en peleas a puñetazo limpio mediante quick time events. Aunque este 'experimento' logra capturar en cierto modo la atmósfera y el estilo de la serie original e intentó ofrecer a los fans una forma de sumergirse nuevamente en el mundo de SAMCRO, o en este caso concreto SAMLIN, se canceló tras su primer episodio y no parece que haya planes de retomarla.

Full Throttle

De una aventura gráfica pasamos a otra con Full Throttle, esta vez de la mano de LucasArts lanzado en 1995 y dirigido por el aclamado Tim Schafer, que tuvo un remaster en 2017, es una joya del género que se distingue por su tono oscuro y su protagonista carismático, Ben Throttle. Su director, Schafer, conocido por su trabajo en clásicos como Monkey Island y Day of the Tentacle debutó como líder de proyecto en solitario con este título. La historia se desarrolla en un futuro cercano (para la época) y sigue a Ben, líder de la banda de moteros Polecats, en una trama de venganza y redención tras ser injustamente incriminado por el villano Adrian Ripburger (cuya voz fue prestada por el mismísimo Mark Hamill) en el asesinato del magnate Malcolm Corley, un dramón en toda regla.

Ben, un motociclista duro y habilidoso, maneja su burra a través de paisajes desérticos y carreteras solitarias. El juego incorpora secuencias de acción y combates en moto que se sienten auténticos y bien integrados en la narrativa, evitando la resolución de acertijos sin sentido que podría desentonar con el personaje de Ben. Este enfoque permite que la jugabilidad esté dictada por la personalidad del protagonista.

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Full Throttle se destaca no solo por su narrativa y diseño de personajes, sino también por su interfaz intuitiva y sus gráficos resultones para la época. La interfaz se simplifica con un sistema de acciones representadas por una mano, un pie, ojos y boca. Los gráficos, una curiosa mezcla de estilo gritty y cartoony, mantienen su atractivo visual incluso décadas después de su lanzamiento. La animación y la sincronización labial también fueron innovadoras, superando a sus predecesores en la calidad de producción.

El sonido es otro punto fuerte, con una banda sonora ambiental compuesta por Peter McConnell, compositor en otras sagas famosas de LucasArts y canciones interpretadas por la banda The Gone Jackals, junto a las voces de actores como Roy Conrad y el ya mencionado Mark Hamill le dan un toque muy creíble a la experiencia.

Saga Road Rash

Comenzamos con el Road Rash, original, lanzado en 1991 para Sega Megadrive, que revolucionó los juegos de carreras de motos al introducir el combate en su jugabilidad, añadiendo una dimensión de acción y violencia que encantó a los jugadores, y que sentó precedentes para algunos juegos ya mencionados en esta lista. Antes de su lanzamiento, los títulos de carreras de motos como Super Hang-On, eran divertidos, pero un poco monótonos, no pudiendo aliviar tu frustración debidamente cuando otro competidor te pasaba por el lado. La emoción de esquivar y enfrentarse a otros oponentes, junto con la necesidad de evitar obstáculos y el tráfico en sentido contrario, creó una experiencia de juego dinámica que sigue siendo recordada con cariño.

Además su entorno de carreras interactivo, que incluía fauna, flora y otros vehículos, aumentaba la sensación de participar en una carrera ilegal. Ganar carreras permitía mejorar tu equipo para enfrentarte a retos más duros. El juego también presentaba escenas divertidas y cómicas, tanto al ganar como al perder, además de una banda sonora variada que incluía desde rock hasta blues y se lograba adaptar perfectamente a cada entorno. Aunque las versiones posteriores para otros equipos mejoraron los gráficos, la original de Megadrive sigue siendo la más querida y emblemática, demostrando el potencial de la máquina de Sega y la añoranza de sus fans.

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Road Rash II (1992), lanzado para Mega Drive, trajo algunos aspectos nuevos, como multijugador en pantalla dividida y "Mano a Mano". Mapas basados en diversos estados de EE.UU. y la lista de motos se incrementó, con algunas ofreciendo óxido nitroso. Mientras que Road Rash (1994), disponible para plataformas basadas en CD como PlayStation y Sega Saturn, introdujo personajes seleccionables y sistemas de reputación, entre otros y secuencias de vídeo. Las carreras se desarrollaban en lugares emblemáticos de California, con caminos que incluían breves secciones divididas.

Por su parte, Road Rash 3 (1995), que fue la tercera entrega para Mega Drive, expandió las carreras y los mamporros a nivel mundial, introdujo 15 motos y ocho armas pudiendo acumularse entre carreras. También lanzaron Road Rash 3D (1998) para PlayStation y se basó en carreteras interconectadas, priorizando más las carreras que el combate, diferenciándose de sus predecesores con un enfoque mayor en la competencia de velocidad.

Road Rash 64 (1999), publicado para Nintendo 64, no fue diseñado ni publicado por Electronic Arts, ofreciendo una versión distinta del clásico original; mientras que Road Rash: Jailbreak (2000), lanzado para PlayStation y posteriormente para Game Boy Advance, introdujo nuevas características como un modo cooperativo con sidecar único en la serie hasta el momento. Por último, Road Rash (2009) fue una versión exclusiva de EA Mobile mantuvo viva la esencia de Road Rash en dispositivos móviles, adaptándose a nuevas plataformas y tecnologías.

Grand Theft Auto V: online 'Bikers' (2016)

Cabe mencionar de forma honorífica el peso que ha tenido la dinámica de los clubs de moteros en el modo Online de GTA V, donde se ofrece a los jugadores la posibilidad de formar y liderar su propia banda de tipas y tipos duros, añadiendo una dimensión social y organizativa al juego. Estos pueden asumir diferentes roles como presidente, vicepresidente o capitán de ruta, entre otras, cada uno con responsabilidades y privilegios específicos.
Las funciones del club incluyen la realización de misiones y negocios ilícitos como el tráfico de drogas, armas y falsificación de dinero, lo que permite a los jugadores ganar dinero y reputación. Otros jugadores también pueden participar en estas actividades de forma externa, organizando emboscadas y destruyendo sus activos.

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En el contexto del roleplay, los clubes de moteros permiten a los jugadores sumergirse en una narrativa más profunda, creando historias y dinámicas interpersonales que reflejan la cultura de los moteros de forma abierta y sin más límites que los del propio videojuego, que en el caso de GTA V, no son muchos. Los jugadores pueden desarrollar personajes complejos, establecer lealtades y rivalidades, además de participar en eventos comunitarios, lo que enriquece la experiencia de juego y que da lugar a muchas horas de contenido disfrutable para el público en caso de ser retransmitidas en plataformas de streaming.

Lo cierto los videojuegos de temática motera han sabido capturar la esencia de películas clásicas como Salvaje o Easy Rider. Desde el apocalipsis zombi de Days Gone hasta las complejas tramas criminales de Grand Theft Auto IV: The Lost and Damned, estos juegos no solo permiten a los jugadores disfrutar de la adrenalina de la carretera, sino también explorar la camaradería y rivalidad inherentes a la cultura motera. ¿Se te ocurren más juegos de esta temática? Déjalos en comentarios.

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