Lanzamiento 23 de marzo

No ha tenido todo el reconocimiento que se merece, apenas aparece en las quinielas de los mejores juegos del año, y nos parece muy injusto, ya que pocos juegos tan trabajados, hechos con tanto mimo y cariño, y con el sello de la compañía marcado a fuego, nos ha ofrecido Nintendo en los últimos años. Es cierto que su sistema de control es muy discutible, y muchos jugadores no lo han tolerado, y que estamos ante un juego complicado, larguísimo, e incluso podríamos decir un poco friki, para un público muy específico.

Pero el nuevo trabajo de Masahiro Sakurai, responsable de la saga Super Smash Bros, es un nuevo ejemplo de la pasión por el detalle de su creador, de añadir mil y un extras, guiños y convirtiendo algo que parece tan simple y accesible como un juego de disparos, en algo complejo y profundo. Uno de los mejores usos del 3D de la consola, un carisma enorme, gracias a los elaborados y simpáticos diálogos de sus protagonistas, y una banda sonora de ensueño, con un dream team de compositores japoneses que pocas veces se volverá a repetir. Una joya en el catálogo de 3DS, que aunque no es apropiada para todos los paladares, hay que valorar en su justa medida, dado el enorme trabajo y cariño que esconde en sus entrañas. Una de esas obras que demuestran de lo que es capaz Nintendo.