Sucker Punch se inspira para su nueva aventura, por primera vez desde su fundación hace 23 años, en un marco histórico real. Ghost of Tsushima ha sido comparado en algunas ocasiones con un Assassin's Creed japonés y si bien los aspectos jugables apuntan en otra dirección –sobre todo en la vertiente del combate con estilo samurái-, sí es cierto que el estudio de PlayStation Studios tiene intención de tomar una base realista para crear su propia versión de las invasiones mongolas en Japón a finales del siglo XIII. Una superproducción que no necesita elementos fantásticos, porque a veces la historia es apasionante por sí misma.
Kublai Khan se fija en Japón
Entre 1274 y 1281 Kublai Khan puso su atención –y fuerzas militares- en el archipiélago japonés.
El quinto gran Khan del Imperio Mongol estableció la dinastía Yuan en 1271 y para entonces se convirtió en el primer emperador en conquistar toda China, pero esto no era suficiente y, pese a la oposición de sus consejeros, comenzó a expandir sus dominios con costosas invasiones navales por Vietnam, Java, Birmania y Japón.
En 1266 Kublai Khan envió emisarios a Japón con una carta al "rey de Japón", un ofrecimiento que también era una amenaza muy directa: someterse al Imperio mongol –rendir tributo- o sufrir las consecuencias de un conflicto, la invasión. Estos emisarios regresaron sin respuesta, pero eso no frenaría las intenciones de Kublai, que envió nuevos emisarios en 1268. El resultado fue el mismo: tras meditarlo mucho, el Shikken Hōjō Tokimune dejó sin respuesta a estos emisarios. Los contactos continuarían en años sucesivos por varios medios, incluyendo emisarios coreanos y embajadores mongoles.
Japón comenzó a preparar sus fuerzas militares en Kyūshū, punto más probable para el comienzo de una invasión por su cercanía con la península coreana. Esta invasión se retrasaría más tiempo del previsto, pues en 1268 los coreanos no podían aportar suficientes recursos al Khan –sobre todo en las fuerzas marinas que se requerían-, además de sufrir contratiempos por la gran cantidad de caballos y el pasto que requerían estos animales. No importa, la maquinaria de guerra ya había comenzado a girar.
1274: la invasión de Tsushima y la historia del juego
La primera de las invasiones –y la que realmente nos interesa para el contexto de Ghost of Tsushima-, tiene lugar en 1274, cuando el Imperio Mongol zarpó el 2 de noviembre con 15.000 guerreros mongoles y chinos, además de 8.000 coreanos. Las cifras de barcos tampoco eran pequeñas: 300 grandes barcos acompañados de casi 500 embarcaciones más pequeñas. Dos días más tarde llegaron a la playa de Komodahama, en Tsushima, y aquello fue una masacre: el gobernador de la isla, Sō Sukekuni, lideró una unidad de caballería con 80 miembros para intentar defender su tierra, pero la fuerza abrumadora de los mongoles acabó con la resistencia. El 13 de noviembre estos invasores atacaron Iki que corrió la misma suerte.
La historia de las invasiones -o al menos los intentos- no hizo más que comenzar, pero es este el momento en elegido por Ghost of Tsushima para su inicio. Jin Sakai es una de estas víctimas en Tsushima y su clan es prácticamente aniquilado. Los mongoles aprovechan la isla para saquear todos los recursos que les sean útiles en la guerra durante la expansión por otros territorios y aterrorizan a la población. Jin logrará sobrevivir al ataque y presentará batalla, pero sabiendo que su entrenamiento de samurái ya no es del todo efectivo contra un ejército que utiliza tácticas novedosas y nuevas armas; el combate honorable ya no es efectivo contra un enemigo que se encuentra en cada rincón de la isla.
Ghost of Tsushima hace un pequeño cambio a esta historia real, y es la de convertir a Kublai Khan en Khotun Khan, quizás con la intención de dar más libertad a la historia del juego y hacer que este antagonista cobre más peso en los acontecimientos de Tsushima. Jin "está decidido a hacer lo que sea necesario y a cualquier precio para proteger a su gente y recuperar su hogar", una tarea que exigirá reinventarse con el camino del Fantasma, algo que tiene implicaciones en su jugabilidad tal y como os contamos en nuestro último avance: sigilo, trampas, asesinatos por la espalda frente a los duelos cara a cara de un samurái. Al menos esta es la teoría, en el videojuego podrás jugar como desees, e incluso superar la aventura sin las técnicas fantasma.
"La cosa que nos hace únicos es que no hay otro juego de exploración en mundo abierto que te permita jugar con un samurái en el Japón feudal", responde Jason Connell, director creativo y de arte sobre las diferencias de Ghost of Tsushima y otros títulos. "Quizás hace tiempo había uno así, pero actualmente, con el nivel de cómo hacemos juegos ahora, no hay algo que de este tipo de libertad en una experiencia de mundo abierto". Desarrollos nipones como Yakuza Kenzan! y Yakuza Ishin han intentado explorar la vida cotidiana y los combates con espada, pero ninguno alcanzaba la ambición de todo un mundo como este. Otros juegos más arcade únicamente han tomado aspectos de la historia japonesa pero combinado con demonios –saga Onimusha- o la jugabilidad más irreal –los musou, que nos enfrentan a centenares de enemigos en pantalla-. Ghost of Tsushima aspira a ofrecer combates donde un corte preciso de la katana acaba con uno de los contendientes, sea el enemigo o el propio Jin.
Las estrategias de los mongoles
El ejército mongol no sólo aplastaba a sus enemigos mediante la fuerza bruta de sus tropas, que según los estudios superaban los 100.000 miembros a principios de 1200, sino que destacaban por su efectividad. Eran famosos por la habilidad de sus arqueros a lomos de caballos, y en tierra disponían de guerreros hábiles con las lanzas. Con tantos reinos conquistados, los mongoles podían reclutar a los mejores luchadores y estrategas de Asia, más los conocimientos en explosivos e ingeniería de China. La escala era completamente distinta a la mentalidad que se tenía, por ejemplo, en Japón, y no sólo a nivel cultural. Los mongoles disponían de catapultas y fundíbulos con los que asediar fortificaciones a distancia sin que los castillos pudiesen devolver el ataque con flechas. Los mongoles no necesitaban ni trasladar estas pesadas armas: las construían con los recursos de cada zona.
Su infantería estaba entrenada como ninguna y sus armaduras favorecían la movilidad; eran más rápidos que la mayoría de enemigos a los que se enfrentaban, mientras que las armaduras de los samurái podían ser muy elegantes, pero resultaban un inconveniente contra enemigos tan ágiles. La organización era perfecta, cada mongol disponía de varios caballos para cambiar cuando una montura se cansaba y los líderes de cada grupo mantenían una comunicación fluida con mensajeros. Por si fuera poco, los mongoles eran grandes caminantes y se adaptaban a muchos climas, incluso el frío extremo, cruzaban grandes ríos y como hemos visto, no se limitaron a las invasiones por tierra.
En su enfrentamiento contra los japoneses, los nipones quedaron completamente sorprendidos por estas tácticas que eran desconocidas en su país. Los mongoles desembarcaron protegidos por escudos, evadiendo las lluvias de flechas, mientras que en el cuerpo a cuerpo apenas dejaban espacio para que los japoneses pudieran luchar con comodidad. Con explosivos asustaban a los guerreros menos experimentados y a los caballos nipones, provocando estampidas y la caída de muchos guerreros que morían incluso antes de bajar de la montura.
Basta poner unos ejemplos de las diferencias que había en la manera de entender la guerra entre japoneses y mongoles: estos últimos se burlaban de los japoneses cuando los comandantes lanzaban una flecha para anunciar ceremoniosamente el inicio de la batalla; para los mongoles, la guerra ya había comenzado desde que zarparon hacia Japón. Según las crónicas japonesas, los mongoles no siguieron la tradición que indicaba enfrentar en duelo a guerreros de ambos ejércitos, pues se lanzaron como una oleada hacia el combate. Maneras distintas de entender la lucha.
Después de Ghost of Tsushima
No sabemos hasta dónde abarcará el juego de Sucker Punch, aunque lo previsible es que concluya con la expulsión de los mongoles. Lo que nos dice la historia es que los invasores consiguieron hacer retroceder a las fuerzas japonesas, pero uno de los comandantes de las fuerzas Yuan fue herido en batalla y los capitanes de navíos coreanos y mongoles temieron enfrentarse a ejércitos japoneses más numerosos, así que decidieron retirarse y volver a Corea. En su viaje se encontraron con fuertes tormentas y se cree que se perdieron 200 barcos.
Si Ghost of Tsushima consigue el suficiente éxito, Sucker Punch tiene material suficiente para sus secuelas sin ir muy lejos en el tiempo. Después de este primer ataque, los japoneses comenzaron a prepararse para el previsible regreso de los mongoles. Se construyeron más fuertes, muros de piedra y estructuras defensivas en los lugares más probables de su desembarco, se organizó mejor a los samurái de Kyūshū y se puso vigilancia costera. En 1275 Kublai Khan volvería a enviar emisarios, que esta vez fueron decapitados. Se repetiría la acción en 1279.
En 1280 Kublai comunicó sus planes para una segunda invasión de Japón, esta vez fortalecido por la conquista de la dinastía Song, lo que le permitía lanzar dos ataques más prolongados que incluían entre sus filas a criminales y sentenciados a muerte; aunque no se puede asegurar el dato y probablemente las cifras estén exageradas, se requisaron 1000 barcos con 40.000 tropas de Corea y 100.000 de China. En 1281 comenzó la segunda invasión y de nuevo los objetivos fueron Tsushima y la isla Iki. Las fuerzas japonesas lograrían de nuevo superar esta invasión, en parte gracias a los tifones de la zona, pero este tema pertenece a acontecimientos que debería tratar una segunda parte.
Lo realmente interesante es cómo estas invasiones obligaron a que los samurái se adaptasen a tácticas de guerras que eran completamente desconocidas en Japón. Nunca antes se habían enfrentado a ejércitos que se comunicaban con sonidos de tambores, campanas y gritos de guerra, el lanzamiento de flechas en masa –en lugar del tiro certero- e incluso obligó a cambiar el diseño de las espadas niponas, que no podían cortar las armaduras de cuero de los mongoles. En definitiva, al igual que hace Jin en Ghost of Tsushima, los samurái comenzaron a evolucionar para hacer frente a unos enemigos más preparados para la guerra. Las batallas en Tsushima y el resto del país tuvieron una gran importancia en aspectos militares de Japón y demostraron que los mongoles no eran tan exitosos en sus invasiones navales.
Ghost of Tsushima se lanza el 17 de julio en PS4. Podéis conocer más sobre su jugabilidad en nuestro último avance, donde se repasa el sistema de combate, la exploración libre y la personalización de nuestro protagonista. ¿Sacrificarás todo por tu hogar?