Microsoft y Bungie, un estudio con una enorme trayectoria que hemos repasado en Vandal, dieron con la tecla del éxito con Halo. Hablamos de una saga de videojuegos de acción en primera persona que rompió moldes en consola, cambió para siempre el destino de Xbox y que se transformó en una licencia transmedia capaz de inundar con su universo de ciencia ficción, alienígenas y soldados mejorados genéticamente los más diversos medios. Tras los videojuegos llegaron las novelas, los cómics, los juegos de mesa y otros productos con la efigie del Jefe Maestro.
El salto al cine -y la televisión- era cuestión de tiempo. Si bien el salto a la pequeña pantalla se ha cumplido -tras varias webseries, miniseries e intentos previos-, con una megaproducción auspiciada por Paramount que se ha estrenado con gran éxito, la gran pantalla se ha resistido a las aventuras de Cortana y la lucha de la humanidad contra el Pacto. ¿Qué ocurrió con la película? ¿Por qué no se llegó a ver? ¿Cuántas versiones y guiones ha tenido? ¿Es cierto que Peter Jackson, Neill Blomkamp o incluso Steven Spielberg estuvieron involucrados? Os lo contamos.
Bungie, Microsoft y Hollywood: la película de Halo da los primeros pasos
El universo de Halo es ideal para una película. Esta space opera, que bebe de los trabajos de Robert A. Heinlein, Larry Niven, Orson Scott Card o Arthur C. Clarke, atesora los más variados elementos de las habituales luchas futuristas de la humanidad contra civilizaciones extraterrestres. En 2004, en plena promoción de Halo 2, Bungie confirmó que la adaptación de su juego estaba en marcha. Movidos por Peter Schlessel, productor de cine, un grupo de varios actores, vestidos de Jefe Maestro, llegaron a distintos estudios con una copia del guion de Alex Garland, guionista y director de cine responsable de cintas como 28 Días después (2002) Ex Machina (2014) o Aniquilación (2018), que suponía una aproximación madura y realista del mito del ocio electrónico, con los Flood como principales antagonistas por encima de los miembros del Pacto y su conglomerado de alienígenas.
La anécdota se sigue recordando en muchas de las oficinas de Hollywood. Los actores disfrazados como el Jefe Maestro y como otros soldados Spartan, permanecieron inmóviles en las salas de las principales empresas cinematográficas, en perfecto silencio, mientras los ejecutivos leían y decidían si darle el sí al proyecto de Microsoft y Bungie. 20th Century Fox y Universal Pictures, con un trato que garantizaría la producción y los derechos de distribución para dos de las majors más importantes, se sintieron atraídas y cerraron un principio de acuerdo. Pero mientras la tercera entrega de Halo entraba en desarrollo y Microsoft preparaba su Xbox 360, el filme pasó a un lugar secundario en los objetivos prioritarios.
En octubre de 2005, ambos estudios decidieron ir con más calma, y la cinta se paralizó de forma indefinida. En Microsoft fueron agresivos en primera instancia, había que capitalizar el poder de la licencia, pero se encontraron con un muro. ¿Invertir más de 75 millones de dólares de presupuesto en una adaptación de un videojuego? En el pasado, este tipo de películas no habían funcionado en taquilla, y los fracasos se sucedían uno tras otro. El proyecto se quedó guardado en un cajón, pese a que en Redmond incluso intentaron persuadir al otrora gigante del medio, Harvey Weinstein, algo que tampoco salió del todo bien. La gran mayoría de estudios pensaban que no tenía potencial. Microsoft comprendió que la negociación sería difícil y que los soldados de élite y sus armaduras de alta tecnología no serían suficientes.
Cuando Neill Blomkamp y Peter Jackson casi hacen Halo
Como si fuese el mismísimo Gandalf, llegando exactamente cuando se lo propone, Peter Jackson y su productora Wingnut Films, responsable de la saga de El Señor de los Anillos y el remake de King Kong -producido por Universal-, entraron en juego. Se confirmó que Halo tendría su ansiada película, con el apoyo del laureado director y productor neozelandés. Si bien Jackson era una puerta de entrada para que todo fuese por el buen camino, sobre todo tras triunfar en la taquilla con sus adaptaciones de la Tierra Media, decidió no sentarse en la silla de director. Jackson quería que su protegido, Neill Blomkamp, se encargarse de llevar la historia de John 117 al cine en base a un guion que uno de los autores de Juego de tronos, D.B. Weiss, había desarrollado previamente en base al borrador de Alex Garland. En Microsoft no gustó la idea, pero aceptó el trato.
Microsoft siempre quiso un nombre grande en el cartel imaginado para su película, y Neill Blomkamp no era más que una promesa. El cineasta sudafricano había triunfado con varios anuncios de Nike e incluso había desarrollado una serie de clips virales, Alive in Joborg, el germen de lo que a posteriori sería Distrito 9. El propio Blomkamp reconocería que, de una forma u otra, el asunto le quedaba grande, si bien amaba la saga, la licencia y el potencial que existía en las aventuras del Jefe Maestro, declarando jugar bastante los títulos publicados hasta la fecha en la consola.
Weta Workshop, la empresa encargada de los efectos prácticos y visuales de Richard Taylor -galardonada por su rol en El Señor de los Anillos-, diseñó versiones y replicas de los trajes, armas y vehículos de Halo, mostrando incluso un espectacular Warthog completamente funcional. Microsoft quedaría contenta con el trabajo previo, tanto, que durante la promoción de Halo 3 usaría muchos de estos materiales en los cortos Landfall, que acabarían conquistando al público y los jugadores transformándose en uno de los primeros fenómenos virales promocionales del medio en los albores de YouTube. Muchos describen este material, que acompaña a estas líneas, como el legado de Blomkamp en Halo y su fallida película.
Entre 2006 y 2007, tanto Peter Jackson como Fran Walsh, demostrarían estar más que contentos con el rumbo de la idea, apoyando a Blomkamp en su labor y explicando que tanto Fox como Universal, así como Microsoft, estaban felices del camino que estaba tomando el proyecto cinematográfico tan largamente deseado. Del guion -o los guiones- que se trabajaron poco o nada se sabe. Sí se dice que sería una aproximación realista, en la que el Pacto sería el enemigo principal, dejando a los Flood, el organismo parasitario, como un rival para futuras secuelas. Estamos en 2009, y el proyecto de Halo pasó de apenas 75 millones de dólares, a convertirse en una gigantesca producción de más de 120 millones de dólares. Pese a la inyección de dinero, y los momentos felices de la preproducción, se acabaron generando muchas fricciones entre Fox y el sudafricano, que el propio director recordaría como insoportables en declaraciones posteriores.
Más allá del tema monetario, Blomkamp explicó a posteriori que la major intentó sobreponerse a sus designios en el plano creativo. Tras varios encontronazos, y pese a que Universal llegó a gastar más de 12 millones en diseños preliminares, Blomkamp abandonaría cansado y con una prótesis en su oreja luego de que uno de los efectos pirotécnicos de los cortos que dirigió con Bungie, saliera mal. De una forma u otra, Blomkamp se dejó la piel en el proyecto. Las dos principales impulsoras del trato original, Fox y la citada Universal, decidirían retirarse para siempre luego de problemas con los royalties, el dinero gastado y los honorarios de los implicados en un proyecto anquilosado.
Un nuevo punto de vista: Stuart Beattie y Steven Spielberg entran en juego
Stuart Beattie quizás no suene demasiado, no al menos como los grandes nombres en el ámbito de los guionistas cinematoráficos, pero hablamos de un autor que ha trabajado en películas como Piratas del caribe: La maldición de la Perla Negra (2003) y la saga G.I Joe, siendo Collateral (2004) con Tom Cruise y Jamie Foxx bajo la dirección de Michael Mann, su trabajo más reconocido y notable. En 2008, y de forma paralela al trabajo -en gran parte paralizado- de Peter Jackson y Blomkamp, Beattie confirmaría que había escrito hasta tres guiones para una trilogía basada en Halo. La primera se titularía Halo: Fall of Reach, la segunda Halo: The Rise of the Flood y la tercera, Halo: The Battle of Earth, adaptando eventos clave de la trilogía de videojuegos de Bungie y manteniéndose muy fiel al universo. Muchos creyeron que se trataba de una broma -la noticia se dio el día 1 de abril, día de los inocentes anglosajón o April Fools Day-, pero era cierto. Microsoft había encargado estos guiones para seguir explorando una licencia multimillonaria. Los artes del proyecto, que podéis más abajo, se filtraron a través del sitio web LatinoReview.
Un director, conocido como Steven Spielberg, acabaría interesado en el proyecto de Halo. El autor de algunas de las obras maestras cinematográficas más influyentes de todos los tiempos, como La lista Schindler o Munich, leyó el trabajo y el pitch de Beattie y quedó encandilado. Los rumores hablan de que Spielberg se aproximó de forma personal a Microsoft a través de DreamWorks, intentando construir una licencia propia en el ámbito del Séptimo Arte luego de haber cedido los derechos de Transformers a Paramount Pictures. En aquellos días de 2009, los de Redmond afirmaron que únicamente tenían ojos para Halo 3: ODST y Halo: Reach y que el cine tendría que esperar. No querían distraerse con algo que tantos quebraderos de cabeza les había dado en el pasado.
Frank O’Connor, miembro de Bungie por aquel entonces y actual responsable de desarrollo de Halo en 343 Industries, afirmó que en aquellos meses tan convulsos, Microsoft comenzó a darse cuenta de lo importante que era escoger a un socio estable de cara a producir una película de Halo. En 2010, con el lanzamiento de Halo Legends y Halo: Reach, que contó con unos cortos live action dirigidos por Noam Murro -Remember Reach-, el interés por el filme se volvió a despertar, y DreamWorks y Microsoft llegaron a un acuerdo, buscando un estreno en cines para 2014. Lógicamente, no llegó.
Microsoft comenzó a trabajar en la sucesora de Xbox 360, Xbox One, y el foco cinematográfico pasó a un segundo plano. Los últimos compases de Don Mattrick estaban claros: Xbox es una marca de entretenimiento global y el hardware y el software debían darse la mano. La televisión, el streaming y las producciones bajo el sello Xbox Entertainment Studios tenían prioridad en todos los tratos, y durante la presentación de la consola, en mayo de 2013, se confirmó que Steven Spielberg se encargaría de supervisar esta nueva serie como productor ejecutivo con Rupert Wyatt (El origen del planeta de los simios) fichado como director.
El cineasta de Parque jurásico cumpliría su sueño tras largas negociaciones y fracasos previos. Pero tampoco tuvo toda la suerte que cabría esperar. El proyecto llegaría tarde, aún daría muchas vueltas, y con el tiempo se iría transformando en algo completamente diferente de lo previsto en un principio, siendo el germen de la actual producción de Paramount y CBS. En 2014, fecha de estreno de la supuesta película de Halo con Dreamworks, sí se estrenó Halo: Nightfall, una miniserie de acción real producida por Ridley Scott con el creador de Prison Break como showrunner, y la cual unía los argumentos de Halo 4 y Halo 5: Guardians, y que junto a la producción televisiva Halo: Forward Unto Dawn de 2012, serían un pequeño atisbo de una película que jamás llegó.
