El mundo está en vilo. El Mar de China Meridional, ese tablero geopolítico cada vez más tenso, continúa siendo una de las zonas más calientes del planeta sin que —al menos por ahora— se haya cruzado la línea del conflicto abierto.
Las violaciones del espacio marítimo por parte de embarcaciones chinas, filipinas o vietnamitas son casi una constante mensual. Provocaciones medidas, ensayos de presión que rara vez escalan, pero que mantienen encendidas todas las alarmas.
En este escenario de tensión latente, algunos actores han decidido mover ficha. Los Estados Unidos de Donald Trump, que prueba nuevas armas, y que considera el Indo-Pacífico una región estratégica por su peso económico y militar, mantiene una presencia abrumadora en Japón: 120 bases y más de 57.000 efectivos repartidos en puntos clave del archipiélago. Un despliegue que ahora suma un nuevo capítulo.
Estados Unidos refuerza su músculo militar en Japón con nuevos escuadrones de F-35 ante el pulso en el Pacífico de China
En los últimos días, Washington ha reforzado su presencia aérea con el envío de un escuadrón de cazas furtivos F-35B a la isla de Okinawa, sede de la 1.ª Ala Aérea del Cuerpo de Marines. La unidad, con una historia que se remonta a 1940 y con participación en conflictos como la Segunda Guerra Mundial o Vietnam, forma parte del escudo militar estadounidense frente al creciente empuje chino en la región, con nuevas armas en fase de pruebas. El objetivo es claro: disuasión activa frente a una amenaza potencial.

Según revela Newsweek, Pekín no ha ofrecido declaraciones oficiales sobre este nuevo despliegue. Sin embargo, el movimiento es significativo: ya son cuatro los escuadrones de F-35 estacionados en Japón, enmarcados dentro de la estrategia de "primera cadena de islas", el cinturón defensivo que Washington ha tejido para contener la proyección naval y aérea de China en el Pacífico occidental.
La maniobra no es nueva, pero sí creciente. En marzo, el Cuerpo de Marines ya envió un número indeterminado de cazas F-35B a la Estación Aérea de Iwakuni, procedentes del Escuadrón de Cazas de Ataque 214 con base en Yuma, Arizona. Un paso más en la apuesta por convertir al Indo-Pacífico en un bastión de preparación y letalidad combinada. “Con cada escuadrón adicional de F-35 que se despliega en estos entornos disputados, nuestra capacidad de respuesta aumenta y la fuerza combinada se vuelve más letal”, declaró el general Marcus B. Annibale.
El Escuadrón 211, también procedente de Yuma, ha sido el último en llegar a Iwakuni bajo el marco del Programa de Despliegue de Unidades, diseñado para asegurar una rotación constante de fuerzas y maximizar su operatividad en escenarios reales.

Antes incluso de estas llegadas, la base japonesa ya contaba con dos escuadrones permanentes —el 242 y el 121—, todos ellos equipados con F-35B, una variante de despegue corto y aterrizaje vertical ideal para operaciones desde buques y bases con pistas limitadas. El resto de modelos —el F-35A y el F-35C— operan desde bases convencionales o portaaviones, completando un abanico de capacidades tácticas pensadas para escenarios cada vez más impredecibles. En el tablero del Indo-Pacífico, y mientras la Unión Europea prepara sus propias armas y herramientas tecnológicas, Estados Unidos no se limita a observar. Se despliega, se rearma y se posiciona. Y lo hace cada vez más cerca del frente.
El F35b es una bestia del cielo
El F-35B, versión de despegue corto y aterrizaje vertical del caza furtivo estadounidense F-35 Lightning II, representa un salto tecnológico clave en la aviación militar. Diseñado para operar desde portaaviones sin catapultas, incorpora un ventilador vertical y una tobera móvil que le permiten aterrizar como un helicóptero.
Su avanzado sistema de sensores y su perfil sigiloso lo convierten en un activo decisivo para los Marines de EE. UU., la Royal Navy británica y otras fuerzas aliadas. Sin embargo, su elevado coste de desarrollo y mantenimiento ha generado críticas, alimentando el debate sobre el equilibrio entre innovación, eficacia y sostenibilidad presupuestaria.