Lo que para el propietario de una finca en Esporles (Mallorca) debía de ser “poner la casa a su gusto” ha terminado convertido en un caso de manual sobre lo que no se puede hacer en suelo rústico protegido. En una parcela catalogada como Área Rural de Interés Paisajístico (ARIP) y, además, en zona inundable por la proximidad del torrente de Esporles, se han levantado sin licencia una plaza de toros improvisada, un helipuerto y varias estructuras anexas que ya han encendido todas las alarmas en el Ayuntamiento y en el Consell de Mallorca.
El alcalde del municipio, Josep Ferrà (Més), ha pedido a la Agencia de Defensa del Territori (ADT) que actúe “lo más rápido posible” y ordene la paralización total de las obras. Lo que más le sorprende, según ha explicado, no es solo el tamaño del proyecto, sino que se haya ejecutado con varias cuadrillas de distintas empresas trabajando a la vez, sin que conste ni una sola solicitud de permiso urbanístico. En plena zona rústica y con riesgo de inundación, la escena resulta difícil de justificar, según recoge el Diario de Mallorca.
Una plaza de toros y un helipuerto en el punto de mira
El expediente sancionador que tramita la ADT detalla un catálogo de actuaciones hechas al margen de la ley que va mucho más allá del mero “capricho” estético. En la finca se ha construido un edificio revestido de piedra, una fosa séptica, una pista circular de arena de unos 700 metros cuadrados que funcionaría como ruedo, un cercado para animales, muros de piedra seca, una estructura soterrada aún en ejecución, una pista ecuestre de 2.500 metros cuadrados y una losa de hormigón circular de unos 10 metros de diámetro, que se interpreta como helipuerto.
Multa millonaria y un modelo de urbanismo bajo sospecha
Por ese conjunto de obras, la propiedad se expone a una sanción que puede alcanzar los 381.314 euros. La cuantía se calcula en función del impacto sobre el territorio y de la naturaleza del suelo, especialmente protegido por su valor paisajístico y por su vulnerabilidad ante avenidas de agua.
