La posibilidad de hablar con una inteligencia artificial que emula a un ser querido ya no es un concepto de ciencia ficción. El periodista David Kushner lo ha vivido en primera persona al crear una versión digital de su madre con ayuda de la empresa Eternos, especializada en desarrollar "gemelos virtuales".
En un reportaje para Business Insider, Kushner relata cómo diseñó esta IA entrenada no solo para reproducir la voz de su madre, sino también su personalidad, respuestas emocionales y recuerdos, generando una experiencia tan inquietante como reveladora. La experiencia parte de un proceso cuidadosamente estructurado. Según explica la compañía, se requiere que la persona a emular grabe frases seleccionadas que permitan capturar con precisión su tono, timbre y expresividad vocal.
La ingeniería del recuerdo
A continuación, el sistema recopila datos personales: anécdotas, opiniones, recuerdos familiares y hábitos cotidianos. Con todo este material, la IA construye un modelo conversacional que imita los patrones verbales del ser humano original, ofreciendo una simulación de interacción que va más allá de lo puramente informativo.
Kushner reconoce que el resultado tiene limitaciones técnicas: cierta rigidez en las frases y respuestas que delatan su origen algorítmico. Sin embargo, destaca un componente que escapa a los estándares de precisión: la emoción. “Hablar con ella es como jugar al Pong en 1972: una visión primitiva de un futuro alucinante”, reflexiona. Lo relevante no es solo la calidad de las respuestas, sino la ilusión de continuidad emocional con alguien que, en el futuro, podría incluso ya no estar.
El precio de un consuelo digital
El servicio de Eternos parte de una suscripción mensual de 25 dólares, un coste que ha reavivado el debate sobre la mercantilización del duelo. Por ahora, no se permite crear réplicas de personas fallecidas —una restricción basada en criterios éticos y legales—, aunque el propio Kushner advierte que el sistema plantea una cuestión de fondo: ¿qué ocurre cuando los recuerdos se transforman en datos interactivos? ¿Estamos ante una forma de consuelo o frente a una ilusión emocional con posibles consecuencias psicológicas aún desconocidas?
Más allá del caso personal, la historia anticipa un desafío colectivo. Los modelos generativos aplicados a voz y personalidad insinúan un futuro en el que reconstruir vínculos con IAs será tan común como reproducir una nota de voz o mirar una fotografía antigua.
