Hace ya más de una década, Outlander aterrizó en televisión con una propuesta tan arriesgada como magnética: una mezcla de romance histórico, ciencia ficción y aventuras que no tardó en convertirse en una de las series más influyentes de su generación.
Desde su debut en 2014, el universo basado en las novelas de Diana Gabaldon no ha dejado de crecer, y mientras nos preparamos para el desenlace de la historia principal, ya se ha abierto una nueva puerta al pasado con una precuela que promete volver a enamorar a los fans en Movistar+ Plus.
La serie romántica más aclamada amplía su legado con una precuela épica que aterriza esta semana en Movistar Plus+
Pero para entender cómo hemos llegado hasta aquí, hay que volver a los años 90, cuando Gabaldon comenzó a publicar Outlander, una saga que combinaba con sorprendente soltura el rigor histórico con lo fantástico. Décadas más tarde, Sony Pictures Television apostó por adaptar la obra para Starz, y encargó el timón de la serie al veterano Ronald D. Moore (Battlestar Galactica). La jugada no pudo salir mejor.
Con un ritmo casi anual y temporadas que oscilaban entre los ocho y los 16 episodios, la serie ha ido adaptando de forma fiel cada uno de los libros de Gabaldon, alcanzando su séptima temporada en noviembre de 2024. Pero lo mejor (o lo más doloroso, según se mire) está aún por llegar: Outlander ha sido renovada para una octava y última temporada, que tomará como base la novela Cuenta a las abejas que me fui. El adiós definitivo llegará en algún momento de 2026, y promete ser tan emotivo como épico.
Mientras tanto, el universo de Outlander se expande con Sangre de mi sangre, una precuela que se estrena este 9 de agosto en Movistar Plus+ y que viene con el sello de calidad de sus creadores originales. Ronald D. Moore regresa como productor ejecutivo, y Matthew B. Roberts repite como responsable del guion y la visión narrativa. La propia Gabaldon también ha colaborado, garantizando que el ADN de la saga se mantenga intacto, aunque con un reparto completamente renovado.
La nueva serie entrelaza dos romances separados por siglos. Uno nos lleva a la Escocia del XVIII, donde conoceremos el origen de la historia de Ellen MacKenzie y Brian Fraser, los padres de Jamie Fraser. El otro nos sitúa en la Inglaterra de la Primera Guerra Mundial, donde florece el amor entre Julia Moriston y Henry Beauchamp, los futuros padres de Claire. Dos líneas temporales, dos historias cruzadas, un mismo legado emocional.
Y por si fuera poco, Sangre de mi sangre ya ha sido renovada para una segunda temporada antes siquiera de que se emita la primera. Está claro: aunque el final esté a la vista, aún queda mucho Outlander por vivir.















