La reciente tormenta financiera desencadenada por los aranceles impuestos por Donald Trump ha dejado a los mercados globales al borde del abismo, con multitud de industrias tocadas. Si bien el apocalipsis bursátil de hoy no ha llegado a la magnitud del histórico Lunes Negro de 1929, la magnitud del colapso es igualmente devastadora.
En apenas dos días, más de 5 billones de dólares se esfumaron del valor de las acciones, arrastrando a los mercados internacionales a una espiral de pérdidas. El Nasdaq 100 entró en territorio bajista, los commodities, informan desde FT se desplomaron, y los bonos corporativos no encontraron refugio en un océano de incertidumbre. Según Bloomberg, la situación es dantesca.
El mercado colapsa: lo ocurrido en los últimos dos días en la bolsa no pasaba desde los peores momentos del siglo XX y es una señal de alarma
Con una táctica agresiva basada en aranceles de hasta el 50%, la estrategia comercial de Trump ha dejado un rastro de destrucción económica sin precedentes. Los mercados, que durante años se beneficiaron de la estabilidad que otorgaba el poder presidencial estadounidense, ahora enfrentan un choque monumental.
Trump, como explican en Xataka, lejos de suavizar su postura, celebró en redes sociales que los aranceles “traerán decenas de miles de millones al país”, sin percatarse de que, lejos de ser un remedio, esta "medicina" está creando un mal mucho más grande: una recesión global.
Los índices bursátiles se desplomaron sin piedad: el S&P 500 cayó un 2,8%, el Nasdaq un 3,1%, y en Hong Kong, el Hang Seng sufrió una caída histórica del 13%, la peor del siglo. Las cifras evocan recuerdos de las caídas más graves, pero esta crisis no proviene de un colapso financiero sistémico como en 2008, sino de una decisión política unipersonal. El ecosistema financiero, siempre interconectado y vulnerable a las decisiones de Washington, ahora atraviesa su mayor crisis de confianza en décadas.
La comparativa con 1929 no es inadecuada. Aunque el sistema financiero de hoy es distinto, las señales son similares: volatilidad extrema, caída del consumo y pérdida de valor en activos estratégicos. En el caso de las grandes empresas, el impacto es directo: Dell, Delta y Constellation han visto perder casi la mitad de su valor en cuestión de días, lo que terminará afectando el empleo y el bienestar económico de millones.
Lo que parecía una maniobra para asegurar el dominio económico de Estados Unidos ha resultado ser un factor de desestabilización que podría costarle caro a la economía global. Hasta el mismo Elon Musk ha decidido apartarse de Trump tras perder buena parte de su fortuna.
La incertidumbre reina en Wall Street, y las expectativas de una recesión no son solo una especulación, sino una realidad creciente, con Goldman Sachs elevando la probabilidad de recesión en Estados Unidos al 45%. Mientras tanto, los mercados bursátiles reaccionan a un escenario que parece no tener rumbo, y el costo de esta guerra económica podría ser mucho mayor que las ganancias prometidas. Este no es un simple tropiezo del mercado; es una sacudida que podría cambiar el rumbo económico de las próximas décadas.
El caos creado por los aranceles ha sumido a los mercados en un estado de shock. Trump ha elegido una estrategia arriesgada que está redefiniendo la economía global, pero lo que parecía ser una forma de corregir los desequilibrios comerciales puede estar conduciendo a un precipicio de consecuencias imprevisibles. Los próximos días, y posiblemente años, determinarán si esta estrategia agresiva resultó en un éxito momentáneo o si será recordada como el inicio de una nueva era de incertidumbre económica global que afecta incluso a Hollywood y los pingüinos de las más remotas islas de nuestro planeta.
