Donald Trump está inmerso en un proceso de reconstrucción económica y política tan profundo como amenazador. El mandatario estadounidense, que está viendo cómo su industria interna se desploma, ha comenzado una guerra comercial, una ofensiva de aranceles que amenaza con desestructurar las dinámicas económicas globales mientras Washington, en su afán proteccionista, se resguarda bajo la bandera de las barras y estrellas.
Su decisión puede afectar a la industria del automóvil, puede dejar en jaque a las grandes cadenas de restauración y alimentación, y algunas de las exportaciones más importantes están en el aire.
Mientras la propia Nintendo paraliza las reservas de Nintendo Switch 2, lo cierto es que los números de este movimiento proteccionista son tan dispares como inquietantes. Pero más allá de los temores a un colapso económico global, lo que nos interesa aquí es cómo el sector audiovisual, uno de los más interconectados globalmente, se ve afectado. ¿Cómo impactarán estos aranceles en un ecosistema tan dependiente de la colaboración internacional?
Hollywood en riesgo: los aranceles de Trump podrían sumergir a la industria cinematográfica global en su peor crisis
Para intentar responder a esta incógnita, el medio Deadline ha consultado con varios expertos, quienes se muestran, en su mayoría, sorprendidos por la falta de un impacto inmediato. Y hay opiniones diversas. John McVay, director de Pact, la asociación británica de productores, es claro: "Hasta ahora, no hemos visto ninguna indicación de que esto se aplique a nuestros servicios".
Su perspectiva es compartida por una fuente estadounidense, quien, aunque reconoce que los aranceles de Trump están enfocados en bienes tangibles como los automóviles, no prevé una gran alteración para la industria audiovisual. La clave, según esta visión, está en que las concesiones tecnológicas podrían verse afectadas, pero no hay señales de un impacto directo en la producción audiovisual.

Pero no todos comparten esa calma. Alice Enders, experta en comercio, advierte que el golpe inmediato podría sentirse en la publicidad. Aun así, lo que parece claro es que las políticas de Trump no se limitan al mero ajuste de aranceles, sino que tienen un trasfondo mucho más amplio y proteccionista.
De hecho, otro experto anónimo que forma parte de una asociación comercial resalta una preocupación que ya está ganando peso: el proteccionismo de Estados Unidos podría derivar en presiones para que las empresas productoras estadounidenses reorienten sus actividades hacia el país. "Aunque los aranceles no afecten directamente, es casi seguro que Trump presionará para que la producción regrese a EE.UU.", asegura este experto. Para los productores, este es uno de los principales riesgos, pues podría cambiar las reglas del juego.
En una línea similar se expresa Olivier Henrard, subdirector general del Centro Nacional de Cine de Francia, quien augura que Hollywood está decidido a recuperar su "edad de oro", una época en la que la industria cinematográfica estadounidense dominaba sin la competencia de producciones externas. Henrard es claro: "Debemos esperar un enfoque mucho más agresivo hacia nuestro sector audiovisual europeo".
Con todo esto, el panorama audiovisual se muestra más inestable que nunca. Y es que, como subraya Matthew Deaner, CEO de Screen Producers Australia, el sentido común dicta que la clave para resistir este asedio de políticas proteccionistas está en "asegurar un marco regulatorio sólido para las plataformas de streaming". Lo que está claro es que esta guerra comercial está lejos de haber terminado, y sus efectos en el cine global pueden ser más profundos de lo que muchos imaginan.