Arschmallows no es solo un nombre divertido: es una experiencia que sorprende por lo sencilla y entretenida que resulta. Publicado por SD Games, este juego de cartas se aleja de las complejidades de los grandes títulos de mesa para centrarse en partidas rápidas, risas aseguradas y un toque de estrategia que engancha sin abrumar.
Arschmallows es el juego del año: un juego de cartas que combina humor y estrategia ligera
El objetivo es claro: terminar la partida con la menor cantidad de puntos posibles, representados por malvaviscos “demasiado asados”. Cada jugador comienza con seis cartas boca abajo, puede mirar dos y, a partir de ahí, se suceden intercambios, robos y acciones especiales que permiten dar la vuelta a la partida en un instante. La mecánica es simple, pero la memoria y la anticipación de los movimientos del rival son clave: no se trata solo de suerte, sino de saber cuándo arriesgar y cuándo proteger y asegurar tus cartas.
Visualmente, Arschmallows destaca por sus ilustraciones simpáticas y coloridas, que acompañan perfectamente el tono ligero del juego. No hay pretensiones de buscar rocambolescos naipes que puedan acabar siendo considerados como una “gran obra de arte” en la mesa: el diseño del juego cumple una función clara y directa: comunica humor, diversión y accesibilidad. Es muy fácil identificar con el esquema de color qué cartas son las buenas -aquellas que tienen puntuación más baja- y cuáles las que presentan un mayor peaje al jugador, así como las que permiten acciones de espiar, intercambiar o jugar un turno extra.
Además del valor de las cartas y los naipes de acción, existen dos cartas que restan puntuación al finalizar la ronda, un aspecto que, ya os adelantamos, tiene mucho juego y genera divertidas fricciones entre los jugadores. Bien empleadas, pueden cambiar el resultado de la partida, sobre todo si nos adelantamos al rival y afirmamos -gritando Arschmallows- que tenemos menos puntuación que nuestro contrincante.
El juego brilla en reuniones de amigos, familiares o como acompañante de un viaje. Soporta de 2 a 6 jugadores y cada partida se resuelve en menos de media hora, lo que invita a encadenar varias rondas sin perder el ritmo. La combinación de partidas cortas, mecánicas sencillas y cartas con efectos tácticos asegura que cada juego tenga sus momentos de tensión y sorpresa, siempre con una buena dosis de carcajadas.
Diseñado con un gusto exquisito por Denis Görz y Ricardo Barreto, Arschmallows es un título que demuestra que no hace falta complicarse para ofrecer diversión. Es un juego divertido y robusto, que funciona tanto como “party game” para animar la noche como para jugadores que disfrutan de pequeñas decisiones estratégicas sin entrar en complejidades excesivas. Si buscamos un juego de mesa ligero, ágil y con humor descarado, Arschmallows cumple con creces: rápido de aprender, fácil de jugar y difícil de olvidar.















