El gran apagón que dejó sin electricidad a la península ibérica esta semana ha servido como recordatorio de la importancia de adoptar medidas preventivas ante cortes de suministro.
Uno de los consejos más relevantes proviene de la experiencia práctica de electricistas como Wilfredo Villegas, quien subraya la necesidad de actuar con rapidez para proteger los dispositivos eléctricos del hogar: “Por lógica, lo primero que hay que hacer ante un apagón es bajar todos los térmicos del cuadro eléctrico”, explica a la revista Clara.
Lo primero es bajar todos los térmicos del cuadro
El motivo de esta recomendación técnica radica en las características del restablecimiento de la energía. Según Villegas, cuando la corriente vuelve, suele hacerlo acompañada de una sobretensión inicial que puede dañar gravemente electrodomésticos sensibles como frigoríficos, televisores o sistemas de calefacción. Aunque algunas instalaciones modernas incluyen protección contra sobretensiones, muchas viviendas carecen de esta defensa o disponen de sistemas poco eficaces, de modo que la medida más segura sigue siendo desconectar manualmente el suministro interno.
En aquellas situaciones donde no se pueda acceder con facilidad al cuadro eléctrico —por ejemplo, en edificios antiguos o instalaciones comunitarias—, una alternativa es desenchufar manualmente los dispositivos principales. Sin embargo, los expertos insisten en que esta medida es menos eficaz, ya que puede dejar sin protección ciertos elementos fijos como aires acondicionados o sistemas de alarma. Por ello, la bajada de los automáticos continúa siendo la estrategia preferente recomendada por los profesionales.
Hay que proteger físicamente los aparatos
Además de proteger físicamente los aparatos, Wilfredo Villegas recuerda la importancia de revisar las condiciones de las pólizas de seguro de hogar. No todas las compañías incluyen en su cobertura los daños derivados de sobrecargas eléctricas asociadas a apagones masivos, lo que podría suponer una desagradable sorpresa si tras un incidente se intenta reclamar. Una lectura atenta del contrato y, si es necesario, una ampliación de coberturas específicas, son pasos prudentes en tiempos de creciente vulnerabilidad energética.

Finalmente, los expertos coinciden en que el gesto aparentemente simple de cortar el suministro eléctrico interno no solo ayuda a evitar pérdidas económicas significativas, sino que también reduce riesgos de seguridad, como incendios provocados por cortocircuitos.