Tesla atraviesa una de las etapas más críticas de su historia reciente. Durante el primer semestre de 2025, la compañía ha registrado una caída del 33 % en sus matriculaciones a nivel global, con apenas 110.000 vehículos vendidos frente a los 165.000 del mismo periodo del año anterior. Este retroceso, advertido por los analistas, ha llevado a Elon Musk a reconocer que la empresa se enfrenta a “unos cuantos trimestres difíciles”, tal y como recoge Reuters.
Elon Musk lanza una dura advertencia sobre el futuro de Tesla: 'Se avecinan años difíciles'
El descenso ha sido especialmente pronunciado en Europa, donde las cifras reflejan una contracción preocupante: las entregas cayeron un 40 % en junio y un 44 % en la primera mitad del año. Ni siquiera la renovación del Model Y, el modelo más exitoso de la marca, ha logrado revertir la tendencia. Solo el Reino Unido ha logrado contener el impacto, con una ligera bajada del 1,3 %, según datos de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles (SMMT).
A la caída en ventas se suma un contexto político desfavorable. Las crecientes tensiones entre Elon Musk y el presidente estadounidense, Donald Trump, han añadido presión a la situación de Tesla. El recorte de incentivos fiscales y las nuevas limitaciones a la comercialización de créditos de emisiones —una fuente crucial de ingresos para la firma— han mermado su margen de maniobra. Aunque Trump ha intentado matizar sus posturas asegurando que “no quiere destruir las empresas de Elon”, sus medidas regulatorias pintan un escenario muy distinto.
En Europa, el desgaste reputacional también pasa factura. Las polémicas declaraciones de Musk y su alineamiento con partidos de extrema derecha han generado rechazo en varios países del continente -para el temor de la junta ejecutiva-, donde este tipo de posturas encuentran escasa simpatía. Esta erosión de imagen podría estar detrás de la pérdida de cuota de mercado: Tesla ha pasado del 2,4 % al 1,6 % en tan solo doce meses.
Los resultados financieros del segundo trimestre confirman el deterioro. Tesla ha ingresado 22.500 millones de dólares, un 12 % menos que en el mismo periodo de 2024, quedándose por debajo de las previsiones de los analistas. El beneficio operativo se ha desplomado un 42 %, hasta los 900 millones de dólares. Como respuesta inmediata, las acciones de la compañía cayeron un 8 % al inicio de la jornada bursátil del pasado jueves.
Pese a este entorno adverso, Tesla continúa apostando por la innovación. Elon Musk ha reafirmado su compromiso con el desarrollo de tecnologías basadas en inteligencia artificial, especialmente en el ámbito de la conducción autónoma. El programa piloto de taxis robotizados, ya activo en Austin, representa su gran apuesta para transformar el transporte urbano. Y no ha ido como debería.
Sin embargo, la fe en el futuro no basta para todos. Varios analistas empiezan a cuestionar si el relato tecnológico de Musk sigue siendo suficiente. “El potencial de crecimiento existe, pero los números actuales no lo reflejan”, afirmó Matt Britzman, experto de Hargreaves Lansdown, en declaraciones recogidas por *The Guardian*. Para él, los resultados son “objetivamente pobres” y la confianza del mercado comienza a depender demasiado de promesas a largo plazo.















