Tesla vuelve a tropezar con la misma piedra. En uno de los peores trimestres de su historia reciente, la compañía ha registrado una caída del 16 % en sus beneficios netos durante el segundo trimestre de 2025, hasta situarse en 1172 millones de dólares. El dato, demoledor por sí solo, llega acompañado de un descenso paralelo en sus ingresos del sector automovilístico —también del 16 %—, confirmando que la firma de Elon Musk atraviesa uno de sus momentos más delicados mientras el ruido mediático y político que envuelve a su CEO amenaza con devorar todo el relato corporativo.
Entre abril y junio, Tesla ingresó 16.661 millones de dólares por venta de vehículos. Sumando sus negocios secundarios —almacenamiento de energía y otros servicios—, la cifra total se quedó en 22.496 millones, lo que supone un retroceso del 12 %. Tampoco fue un buen trimestre en términos operativos: su EBITDA ajustado cayó un 7 %, hasta los 3401 millones, y el margen de beneficios descendió al 15,1 %. Solo los gastos operativos lograron contener la hemorragia, con una leve bajada del 1 %, hasta 2.955 millones. La empresa, una vez más, en problemas.
Tesla se hunde un 16 % en bolsa en pleno terremoto interno y todas las miradas vuelven a posarse sobre Elon Musk
La compañía había anticipado en julio una bajada del 13 % en ventas, con 384.122 vehículos entregados y una producción que, aunque mejor de lo esperado (410.244 unidades), no bastó para calmar a los inversores. Los analistas, eso sí, han señalado que la verdadera factura no la está pasando el mercado, sino el perfil público de su líder.
Musk, que hasta mayo dirigía el polémico Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) bajo el ala de Donald Trump, terminó enfrentado públicamente al expresidente en una ruptura tan dramática como televisada. A eso hay que sumar sus constantes declaraciones incendiarias, su apoyo a movimientos de ultraderecha en Europa y los boicots que ha enfrentado Tesla en mercados clave como Estados Unidos y Alemania. Todo ello ha desgastado seriamente la imagen de la marca. No son pocos los que piensan que esto ha destrozado la marca.
A pesar del desplome, Tesla sigue presentándose como una empresa en transformación. En sus resultados, la firma asegura que este trimestre marca el inicio de su “nueva era”, en la que buscan liderar también el desarrollo de inteligencia artificial, robótica y movilidad autónoma. Una promesa ambiciosa que contrasta con la creciente competencia internacional y con la eterna deuda pendiente: el coche eléctrico asequible que Musk prometió hace años y que todavía no se ha materializado.
Mientras tanto, la empresa sigue apostando por expandir su red de robotaxis —el último desembarco ha sido en Austin (Texas)— y por mantener un fuerte ritmo de inversión en I+D, aunque con la sombra de una desaceleración global, las tensiones comerciales y la desafección política cada vez más presentes en el horizonte.
