La irrupción de Elon Musk en la política estadounidense con su recién anunciado America Party ha generado reacciones inmediatas, y la más estridente proviene del propio presidente Donald Trump. En declaraciones a la prensa este domingo, el líder republicano se burló abiertamente del proyecto político del magnate sudafricano, tachándolo de “ridículo” y vaticinando su fracaso inminente.
“Estados Unidos siempre ha sido un sistema bipartidista. Los terceros partidos nunca han funcionado”, afirmó Trump, en un momento marcado por tensiones con el empresario.
El experimento de Elon Musk
El desencuentro entre ambos se remonta a la reciente aprobación del paquete fiscal y presupuestario impulsado por Trump, una legislación que Musk ha calificado de “abominación repugnante”. El texto incluye recortes a los incentivos para vehículos eléctricos y favorece a los combustibles fósiles, afectando directamente a los intereses económicos de Tesla. Musk, en respuesta, abandonó su puesto como jefe de eficiencia del Gobierno y activó su maquinaria digital para fundar el America Party, una iniciativa que asegura nace “para devolver la libertad a los ciudadanos”.
A través de su red social X, Musk presentó los principios básicos de su partido: recorte de deuda, desregulación del sector energético, libertad de expresión, modernización militar con IA, y políticas centristas. Su estrategia, inspirada en la táctica de Epaminondas en Leuctra, busca concentrar esfuerzos en pocos distritos clave para romper el equilibrio legislativo en Washington. “Con dos o tres escaños en el Senado y entre ocho y diez en la Cámara de Representantes podríamos tener la llave del poder”, afirmó.
Sin embargo, el impacto real de un tercer partido en el sistema político estadounidense es, históricamente, marginal. Casos como el de Ross Perot en los 90 ilustran cómo estos movimientos terminan, en la práctica, desestabilizando al partido ideológicamente más cercano. Varios analistas consideran que la irrupción de Musk podría dividir la base republicana del movimiento MAGA, favoreciendo indirectamente al Partido Demócrata en un año electoral clave. Aun así, el respaldo empresarial que rodea a Musk —como Mark Cuban o Anthony Scaramucci— podría conferirle una visibilidad inédita para este tipo de formaciones.
Trump, por su parte, ha elevado el tono. En su plataforma Truth Social aseguró que Musk “se ha descarrilado completamente” y que “los terceros partidos solo sirven para crear un caos total”. Incluso llegó a ironizar con la posibilidad de que las juntas directivas de Tesla y SpaceX estén deseando que Musk regrese a sus empresas. Mientras tanto, la Comisión Electoral Federal aún no ha confirmado el registro formal del partido, lo que deja en el aire si la ambición política del hombre más rico del mundo cristalizará o quedará como un órdago digital en plena pugna con el actual presidente.
