La película The Brutalist, protagonizada por Adrien Brody y Felicity Jones, ha recibido elogios de la crítica y múltiples nominaciones en festivales de cine. Sin embargo, este fin de semana ha generado controversia por haberse revelado el uso de inteligencia artificial para mejorar la pronunciación del húngaro en una escena clave. La decisión ha abierto un debate sobre el uso de esta tecnología en la industria cinematográfica y sus implicaciones en la autenticidad de las interpretaciones actorales.
El reto del idioma: la razón detrás del uso de IA
Según explicó el editor de la película, Dávid Jancsó, en una entrevista con Red Shark News, el equipo se enfrentó a un desafío lingüístico debido a la complejidad del idioma húngaro, conocido por su dificultad para los hablantes anglosajones. Aunque inicialmente se intentó resolver el problema mediante regrabaciones con los propios actores y posteriormente con doblajes de otros intérpretes, ninguna de estas opciones logró los resultados esperados. Fue entonces cuando recurrieron a la tecnología de Respeecher para optimizar la pronunciación sin comprometer las actuaciones originales. “Soy hablante nativo de húngaro y sé que es uno de los idiomas más difíciles de aprender a pronunciar. Es un idioma extremadamente único”, afirmó.
El segmento en cuestión es una escena de aproximadamente dos minutos donde el personaje de Brody lee en voz alta una carta dirigida a su esposa. Jancsó aclaró que el uso de inteligencia artificial se limitó a pequeñas correcciones en la pronunciación, como la sustitución de algunas letras y sonidos. “Se puede hacer manualmente en programas como ProTools, pero la cantidad de diálogo en húngaro nos llevó a buscar una solución más eficiente”, afirmó el editor. El equipo utilizó Respeecher para grabar las voces de los actores y luego agregar palabras de inteligencia artificial en húngaro.

Un enfoque pragmático ante la controversia
A pesar de la polémica que ha suscitado el uso de IA en la producción cinematográfica, Jancsó defendió la decisión argumentando que se trata de una herramienta más en el proceso creativo. “Debemos tener discusiones abiertas sobre cómo la IA puede ayudarnos”, comentó. Además, subrayó que este tipo de retoques no son nuevos en la industria, pero la tecnología ha permitido acelerar significativamente el proceso de postproducción.

Además de su aplicación en la mejora del diálogo en húngaro, el equipo de The Brutalist también recurrió a la inteligencia artificial para afinar detalles visuales en la recreación de edificios y escenarios.En concreto se usó GenAI justo al final de la película, en una secuencia de la Bienal de Venecia, para crear una serie de dibujos arquitectónicos y edificios terminados al estilo del arquitecto ficticio. "Simplemente hace que el proceso sea mucho más rápido. Usamos IA para crear esos pequeños detalles que no teníamos el dinero o el tiempo para filmar", añadió el editor.