Carmen Santana, arquitecta chilena radicada en España y ganadora del Premio Nacional de Urbanismo 2021, cuestiona la viabilidad del modelo de concentración de oficinas en torres, especialmente aquellas en Madrid Nuevo Norte, una de las apuestas de la capital que busca sorprender con grandes megarascacielos.
"Las intenciones son buenas, pero el modelo de concentración de oficinas en torres ya no es viable. La gente no quiere volver masivamente a estos centros", afirma, citando el rechazo post-pandemia evidenciado en distritos como La Défense en París o Canary Wharf en Londres, donde las vacancias superan el 15%. Santana insiste en romper con la lógica del distrito financiero tradicional, apostando por un urbanismo flexible y resiliente que integre viviendas, equipamientos y espacios mixtos.
Carmen Santana (64), arquitecta, alerta sobre los megarascacielos de Madrid Norte: "Son edificios duros, sin verdadero confort térmico"
Santana enfatiza que la sostenibilidad no se reduce a materiales eficientes o eficiencia energética, sino que debe priorizar infraestructuras "invisibles" como sombra, ventilación natural y confort térmico. Los espacios del proyecto son "excesivamente abiertos y duros", poco preparados para olas de calor intensas en Madrid, donde las torres altas acumulan radiación y generan entornos hostiles. "No se trata solo de plazas o parques, sino de calles que ofrezcan ventilación natural y confort térmico", subraya, criticando la obsolescencia de moles de cemento inflexibles ante cambios sociales o tecnológicos.
Para Santana, proyectos como Madrid Nuevo Norte contradicen el urbanismo del siglo XXI: "humanista, inclusivo y construido entre administraciones, empresarios, vecinos y trabajadores". Advierte sobre externalidades como el tráfico saturado en el norte de Madrid y la expulsión de residentes por encarecimiento.
Propone diseños adaptables en el "vector tiempo", permitiendo transformaciones futuras sin etiquetar rígidamente usos como oficinas o espacios públicos. Su visión, forjada en proyectos parisinos con Archikubik, aboga por ciudades de proximidad, verdes y habitables, lejos del "ecoblanqueo" especulativo. Este análisis de Santana resalta riesgos en un desarrollo de 3,4 millones de m² y 25.200 millones de euros, urgiendo revisiones para alinearlo con tendencias globales.
