Fue el gran logro de la NASA. El rover Perseverance aterrizó en Marte hace unas semanas, demostrándonos hasta qué punto la tecnología y la ciencia pueden llevarnos lejos. Para muchos, el amartizaje ejemplificaba el triunfo de la electrónica y la ingeniería en nuestros días, permitiéndonos conocer más detalles sobre el planeta rojo gracias a un buen diseño y una elección de componentes de alto nivel. Pero lo curioso es que la NASA ha elegido un procesador para alimentar a su rover de exploración que tiene más de 20 años.
El rover que usaba el procesador de un iMac G3 del año 1998
Como informan en Gizmodo, la revista NewScientist ha podido confirmar que el rover Perseverance funciona con un procesador PowerPC 750, el mismo que montó Apple en la primera versión del ordenador de sobremesa iMac G3 en 1998, una de las versiones más icónicas y conocidas de la computadora de Cupertino gracias a sus colores y diseños atrevidos.
La tecnología de procesadores PowerPC fue una constante en la manzana, ya que Apple la montaba a diestro y siniestro antes de pasarse a Intel -y ahora ha vuelto al redil de las CPU RISC al diseñar sus propios chips M1-. Curiosamente, el PowerPC 750 tiene un solo núcleo a una velocidad de reloj de 233 MHz una cantidad irrisoria si la comparamos con las velocidades modernas y los multinúcleos actuales en la tecnología y la electrónica de consumo.
Pero no todo es velocidad, y en la NASA no se piensa únicamente en una carrera de números. El procesador 750 fue el primero en incorporar la predicción dinámica de ramas, un sistema y una arquitectura de confianza que permite a la CPU predecir qué instrucciones recibirá en un momento determinado, siempre buscando mejorar la eficiencia y el tráfico de los datos y las órdenes que recibe. De esta manera, cuanta más información se procesa, el chip se vuelve más completo e inteligente, siendo capaz de predecir con bastante exactitud lo que debe hacer a continuación. La NASA ha confiado en este sistema por su robustez y fiabilidad, pero lo ha mejorado. BAE Systems, encargados de la fabricación de esta versión, ha diseñado un procesador muy mejorado, denominado RAD750, que puede soportar de 200.000 a 1.000.000 Rads y temperaturas entre -55 y 125 grados Celsius. Hay que tener en cuenta que Marte tiene una atmósfera muy distinta de la Tierra, no goza de protección de los rayos del sol y tiene una serie de tormentas que de vez en cuando barren su superficie. Diseñar una CPU sencilla, de buen rendimiento y que sea capaz de resistir las inclemencias del planeta rojo, es vital. No obstante, fabricar cada procesador de este modelo cuesta más de 200.000 dólares.
"Es difícil de creer, pero una partícula cargada que corre a través de la galaxia puede atravesar un dispositivo y causar estragos. Literalmente puede hacer que los electrones se suelten; puede causar ruido electrónico y picos de señal dentro del circuito", explica James LaRosa de BAE Systems a NewScientist. Usar un procesador con 20 años a sus espaldas no tiene nada que ver con ahorrar costes, ni mucho menos: es una cuestión de usar aquello que está probado y da menos fallos. "Comparado con el Intel Core i5 que tienes en un portátil, es mucho más lento, sí, y tampoco debe ser más rápido que tu smartphone", explicó en su día Matt Lemke, subdirector de aviónica de Orion de la NASA, a The Space Review en 2014, una sonda que usaba la misma circuitería que este rover. "Pero no se trata de la velocidad sino más bien de la robustez y la fiabilidad. Necesito asegurarme de que siempre funcionará", concluía. La fiabilidad del RAD750 es tal, que la gran mayoría de satélites, telescopios y sistemas de posicionamiento GPS que tenemos alrededor de la Tierra, lo usa. Quizás sea bueno saberlo antes de quejarnos de lo lento que es nuestro viejo ordenador o de lo obsoleto que parece nuestro teléfono móvil.