La industria del cine sigue capeando la tormenta desatada por la pandemia de coronavirus. Si bien AMC, la principal cadena de salas en Estados Unidos, llamaba a la calma ante los posibles cierres, empresas de la competencia han optado por el cese de actividad hasta tiempos mejores. La gran mayoría de estrenos se han aplazado a 2021 y el público sigue reacio a encerrarse en una sala a oscuras con un montón de extraños. En este ambiente derrotista, IMAX ha decidido despedir a 150 personas según informa Variety.
La falta de estrenos ha llevado a la cadena a prescindir de personal
Los cambios de fecha de Sin tiempo para morir y Dune, así como el cambio de Soul de Pixar a un estreno en Disney+ en Navidad, han sido los últimos clavos de un ataúd llamado cine. Se trata de la peor crisis en la industria de la exhibición, un escenario catastrófico, que según la propia Hollywood ha llevado a hacerles perder más de 20.000 millones de dólares y cientos de miles de puestos de trabajo. Es por eso que una de las grandes cadenas, IMAX Corporation, responsables de las salas IMAX, ha decidido despedir de forma temporal a un centenar de empleados.
Al menos 150 trabajadores de estos cines serán sometidos a una suerte de fórmula laboral al estilo ERTE (un expediente de regulación temporal de empleo) de unos cuantos meses, intentando capear el temporal suscitado por la falta de películas en las próximas semanas.
Al parecer, afectará a Estados Unidos y Canadá, ligeramente en Europa y ni China ni Japón sufrirán. "En aquellos mercados, las películas locales siguen atrayendo gente y los cines están completamente abiertos", remarca el portavoz de la compañía.
"Este movimiento permitirá a la compañía reducir gastos, conservar recursos y amoldar sus operaciones a la escasez de estrenos de Hollywood en 2020, y al cierre de salas de cine en mercados clave", matiza. Sin ir más lejos, IMAX está sufriendo pérdidas de hace unos años, llevándolos a acumular 300 millones de dólares en este ámbito. Si bien esperaban que Tenet consiguiese revitalizar el interés del público en el cine, y que lograse una buena taquilla, el mercado doméstico norteamericano no ha respondido, habiéndose salvado la papeleta gracias a lo conseguido en taquillas internacionales.