Ravensburger, conocido por su amplia variedad de juegos de mesa como Lorcana, lanza al mercado Oh My Pigeons!, un party game en el que la misión es clara: acumular el mayor número de palomas en tu banco para alzarte con la victoria. Pero no debemos confiarnos, porque nuestros amigos y familiares harán todo lo posible por sabotear nuestra estrategia en unas sesiones de juego que nos han encantado. En Vandal hemos probado el juego y os contamos qué nos ha parecido.
Un juego para todos: Oh My Pigeons! es un party game muy divertido, frenético e imprevisible
Es un juego sencillo. Oh My Pigeons! combina cartas y dados para ofrecer una experiencia rápida y dinámica, perfecto para aquellos jugadores que buscan un juego de mesa rápido y que no necesita de complicadas reglas. La premisa es muy sencilla, pues los jugadores deben tentar a las palomas con comida, robarlas a sus compañeros o usar el dado para sustraerlas de la bandada y los bancos de cada jugador.
Cada turno presenta oportunidades y riesgos, obligando a los participantes a pensar rápidamente y a adaptarse a las estrategias de los demás. O te adaptas rápidamente y aceptas el ritmo del juego o acabas sin palomas.
Las cartas son el principal motor de acción y ofrecen diversas opciones, desde recoger palomas de la bandada a intercambiar bancos con el jugador de al lado. Por si fuera poco, podemos obligar a otros jugadores a devolver sus palomas a la bandada, así como lanzar el dado para hacer que vuelen las palomas de tus oponentes. El objetivo es simplemente acumular más palomas.
Por otro lado, el dado de Oh My Pigeons! introduce un elemento de azar, permitiendo robar palomas o desbaratar los planes de los contrincantes. Este equilibrio entre estrategia y suerte convierte cada partida en una experiencia impredecible y emocionante, sobre todo en aquellos jugadores que no tengan demasiada experiencia en el género. Con reglas sencillas y un enfoque en la interacción entre jugadores, lo cierto es que Oh My Pigeons! es ideal para reuniones familiares o de amigos. Su estilo de juego invita tanto a principiantes como a expertos a sumergirse en partidas donde la estrategia y el caos conviven perfectamente, y crean una suerte de comunión ideal.
Además, la combinación de cartas y dados asegura que ningún turno sea igual al anterior, manteniendo la tensión y las risas durante toda la sesión. En nuestras partidas -más de una veintena para dos jugadores y unas cuantas para 5-, hemos descubierto que cada sesión es diferente, y si decidimos arriesgarnos con el dado o planear una jugada maestra con nuestras cartas, todo dependerá de nuestra habilidad para anticiparte a las trampas de los demás. Todo ello en partidas que no superan los 15 o 20 minutos.
Oh My Pigeons! no solo es un juego divertido, sino también un ejemplo perfecto de cómo los party games pueden ofrecer una experiencia equilibrada entre estrategia y entretenimiento ligero, más y cuando el mercado parece saturado de opciones muy complejas y profundas. Su temática desenfadada, basada en las simpáticas palomas, lo hace accesible para todas las edades y garantiza momentos memorables. Ravensburger demuestra una vez más su maestría en crear juegos que unen a las personas alrededor de la mesa.
