Los expertos advierten que la humanidad enfrenta una amenaza inminente: una erupción volcánica masiva podría ocurrir este siglo, con una probabilidad de una en seis, según Markus Stoffel, profesor de clima en la Universidad de Ginebra. Este tipo de evento, cuya devastación ha sido documentada históricamente, tendría un impacto sin precedentes en un mundo mucho más poblado y vulnerable debido al cambio climático. Aunque la fecha y el lugar de la próxima gran erupción son impredecibles, la comunidad científica insta a la preparación inmediata para mitigar sus efectos.
Lecciones del Monte Tambora: un precedente de catástrofe global
La erupción del Monte Tambora en 1815, la mayor registrada en la historia, ofrece un sombrío precedente. Este evento no solo devastó Indonesia, sino que desencadenó el "año sin verano", una crisis climática global que redujo las temperaturas, destruyó cosechas y exacerbó las hambrunas y enfermedades. Incluso se le atribuyen impactos culturales como la inspiración para Frankenstein de Mary Shelley. Un evento similar en el siglo XXI podría ser aún más catastrófico debido a la densidad poblacional y la dependencia global de sistemas agrícolas vulnerables.
Impactos climáticos y sociales de una erupción masiva
Un evento comparable al de Tambora podría enfriar el planeta hasta un grado Celsius al arrojar dióxido de azufre a la estratosfera, creando partículas que reflejan la luz solar. Aunque este enfriamiento podría parecer un alivio temporal frente al calentamiento global, sus consecuencias serían devastadoras. Monzones críticos en África y Asia podrían desaparecer, y la productividad agrícola global caería drásticamente. Además, el cambio climático podría amplificar estos efectos, aumentando la dispersión de aerosoles que intensificarían el enfriamiento.
Vulnerabilidad humana: 800 millones en zonas de riesgo
Más de 800 millones de personas viven cerca de volcanes activos, lo que eleva el riesgo de pérdidas humanas y económicas directas en caso de una gran erupción. Pero el impacto no se limitaría a estas regiones. La inseguridad alimentaria, el colapso económico y la inestabilidad política global serían inevitables. Las conexiones entre los sistemas económicos y sociales actuales harían que las repercusiones de un evento de esta magnitud se sintieran en todos los rincones del mundo.
Un mundo desprevenido ante lo inevitable
A pesar de las lecciones del pasado, el mundo sigue sin estrategias concretas para enfrentar una erupción volcánica masiva. Los científicos instan a desarrollar planes de evacuación, garantizar suministros de alimentos y diseñar esfuerzos de socorro globales. Sin embargo, la preparación es limitada, y las simulaciones de escenarios extremos apenas están en su fase inicial.
La urgencia de actuar antes de la próxima gran erupción
Con zonas volcánicas como Yellowstone y Indonesia bajo vigilancia constante, los expertos subrayan que el momento para actuar es ahora. Las consecuencias de no estar preparados podrían superar todo lo que hemos conocido. En un planeta cada vez más afectado por desastres naturales, la humanidad debe priorizar la planificación y la resiliencia para enfrentar este tipo de amenazas.