La serie de Disney+ Agatha ¿Quién si no?, derivada del universo de WandaVision, se ha convertido en una apuesta moderna por explorar el mundo de la magia y las brujas en clave de entretenimiento. En este caso, Kathryn Hahn da vida a Agatha Harkness, una bruja ambigua y poderosa, que se adentra en temas como la búsqueda de poder, la tradición mágica y la ética de los seres sobrenaturales. La popularidad de esta serie demuestra el interés renovado por el imaginario de las brujas y sus misterios, retomando un tema con profundas raíces en el folclore occidental, pero también explorando el misticismo moderno de la Wicca. Lo cierto es que este tipo de culto en el mundo, real, que cuenta con millones de bruja alrededor de todo el mundo, ha sido explorado en multitud de filmes, el más famoso, El Hombre de Mimbre, disponible en Prime Video, donde la relación entre lo pagano y lo humano es un eje fundamental.
Un clásico del cine de horror: El Hombre de Mimbre
Esta película británica de 1973, dirigida por Robin Hardy, se considera un hito en el cine de terror psicológico, no solo por su enfoque perturbador, sino también por su representación de una comunidad pagana en conflicto con la ortodoxia cristiana.
La historia sigue al sargento Neil Howie, un devoto policía que viaja a una isla escocesa para investigar la desaparición de una niña. Su llegada a Summerisle lo enfrenta a una cultura completamente ajena y amenazante, en la que los residentes practican ritos paganos y creen en fuerzas místicas vinculadas a la naturaleza.
La visión de lo pagano en El Hombre de Mimbre
El Hombre de Mimbre es célebre por su representación de prácticas paganas que desafían la moral convencional. En Summerisle, los habitantes realizan rituales, sacrificios y celebraciones en honor a la naturaleza y a dioses antiguos, buscando garantizar la fertilidad de sus tierras. La película usa estos elementos para contrastar con la cosmovisión cristiana del protagonista, quien ve con horror el sincretismo religioso de los isleños. Este contraste marca el tono de la película, resaltando cómo las tradiciones paganas no son simplemente superstición, sino sistemas de creencias profundamente enraizados en el respeto por la naturaleza, lo que los hace especialmente relevantes para un público en busca de nuevas perspectivas espirituales.
La influencia de la Wicca y el renacer pagano en el siglo XX
Durante los años 70, la popularidad de la Wicca y otros movimientos neopaganos influyó en la cultura pop, explorando las creencias en dioses y rituales inspirados en antiguas religiones de la naturaleza. La Wicca, un sistema espiritual que se autodefine como pagano, tuvo un renacer en la segunda mitad del siglo XX, especialmente en el Reino Unido y Estados Unidos, donde practicantes buscaban formas de espiritualidad menos dogmáticas y más conectadas con el entorno. Uno de los temas centrales de la cinta es el sacrificio, un acto que en el contexto de la película se convierte en el clímax de la tensión entre el cristianismo y las creencias paganas.
La película fue una precursora del llamado "folk horror", un subgénero en el que lo rural y las prácticas ancestrales se convierten en el motor de la narrativa. Desde la película Midsommar hasta La Bruja, el interés por las creencias antiguas y los rituales paganos se ha revitalizado en los últimos años.