En la necrópolis de Alcubillas, en Ciudad Real, España, se ha realizado un descubrimiento arqueológico excepcional: un escarabeo egipcio fabricado entre los siglos VII y VI a.C. Este hallazgo destaca por ser un colgante de pasta vítrea que representa un escarabajo sagrado, con inscripciones jeroglíficas en su base que podrían vincularse a faraones de la dinastía XXVI. Este tipo de objeto no es común fuera de Egipto, lo que hace que su presencia en una tumba íbera sea notablemente intrigante.
El escarabeo fue encontrado en una urna que contenía los restos de una mujer, dentro de una sencilla tumba colectiva junto a otras dos urnas. Los análisis sugieren que la pieza fue depositada hacia mediados o finales del siglo VI a.C. La mujer enterrada podría haber sido una egipcia o una íbera con suficiente poder adquisitivo para adquirir un objeto de prestigio como este, aunque su identidad exacta sigue siendo incierta.
El descubrimiento subraya la importancia de la necrópolis del Toro de Alcubillas como un sitio de gran relevancia histórica. La región, durante los siglos VI y V a.C., estaba habitada por un conjunto significativo de oppida íberos y era un centro de intercambio cultural y económico. Esto explica la presencia de otros objetos importados como cerámicas griegas y orfebrería fenicia, que también han sido hallados en el área.
Una red de importación muy antigua
Este hallazgo pone de manifiesto la amplia red comercial de la época, que facilitaba el intercambio de bienes entre culturas distantes. La presencia del escarabeo en una necrópolis íbera indica una conexión directa con Egipto, posiblemente a través de comerciantes fenicios y griegos. Este movimiento de bienes no solo refleja el comercio, sino también la influencia cultural y el prestigio asociado a ciertos objetos.
A pesar de la importancia del lugar, la necrópolis de Alcubillas ha enfrentado desafíos significativos en términos de protección y conservación. La actividad agrícola continuó en la zona hasta que Luis Benítez de Lugo, codirector del estudio, arrendó el terreno con sus propios recursos para protegerlo, según recoge ElDiario. Gracias a estos esfuerzos, se pudieron realizar excavaciones y estudios detallados que revelaron la riqueza arqueológica del sitio.
La investigación sobre el escarabeo ha sido publicada en la revista científica Pyrenae, destacando su relevancia y la calidad del trabajo realizado. Los estudios han sido financiados por consultoras de arqueología y empresas privadas, sin apoyo de las administraciones públicas. Los objetos encontrados, tras ser catalogados y restaurados, se exhiben en el Museo de Ciudad Real, ofreciendo al público una ventana al pasado de la región.