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Hemos visto 'Vidas perfectas', el drama con Anne Hathaway y Jessica Chastain, y es perfecto para los amantes de Hitchcock

La película se sostiene más por la increíble interpretación de sus protagonistas que por su narrativa.
Hemos visto 'Vidas perfectas', el drama con Anne Hathaway y Jessica Chastain, y es perfecto para los amantes de Hitchcock
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No hay nada más reconfortante que disfrutar de un buen drama ambientado en la época de mayor bonanza en Estados Unidos (cuando mejor se vestía la gente, todo hay que decirlo) y ver a dos grandes divas del cine, Anne Hathaway y Jessica Chastain, haciendo lo que mejor se les da, actuar. Su registro en Vidas perfectas es tan bestia que logran romper los marcos de la pantalla y hacerte creer que estas con ellas en el salón de su casa, tomando una limonada. De hecho, son lo mejor de la película con creces, ya que la historia a nivel narrativo es similar a los multicine que ponen en la televisión después de comer, pero ellas logran hacerlo grande.

Ellas y el director, por supuesto, porque estéticamente y en ejecución, la película luce cara y bonita gracias a la dirección de Benoît Delhomme. Este filme se ambienta en los suburbios de los años 60 (no lo que entendemos por suburbios en España sino los bonitos de chalet con porche y barbacoa, estilo Fallout) y está repleto de referencias a Hitchcock tan frecuentes como las bandejas de canapés servidas con pasivo agresividad entre las amas de casa Céline (Anne Hathaway) y Alice (Jessica Chastain). Desde la partitura evocadora de Bernard Herrmann, hasta el peinado platino y perfecto de Alice, el filme no solo rinde homenaje al Maestro del Suspense, sino que a veces roza la parodia, a pesar de que no sea el registro que quiere mostrar.

Queriendo ser cine negro, llega a rozar la comedia involuntaria en algunos momentos

El guion tiene algún momento en el que tropieza, a pesar de que Chastain y Hathaway se adaptan perfectamente al registro melodramático y superan, con creces, sus líneas del guion. Interpretan a vecinas y mejores amigas cuya relación se desmorona tras un trágico accidente. La película intenta ser una exploración de dos mujeres manipulándose hasta la locura, pero en algún momento se acerca tanto a la parodia que puede romper el clímax dramático que requiere la situación. Aunque desde el punto de vista de la atribulada vida de estas dos amas de casa, cuyas preocupaciones antes del incidente eran que subiera la masa del pastel y no quedarse sin laca, ese puntito de comedia involuntaria puede recordar a Mujeres desesperadas e incluso a las películas de Pedro Almodóvar, con mucha lejanía.

El guion uega con las percepciones del espectador, alternando entre momentos de paranoia y manipulación emocional.

Estéticamente correcta y visualmente atractiva

Delhomme, en su primer largometraje, no logra dominar al 100% esta historia errática que requiere de un estilista asertivo, aunque su experiencia como director de fotografía en películas como La teoría del todo se hace evidente en la calidad visual de Vidas perfectas. El resultado es una película visualmente atractiva, con una estética de primavera estadounidense de la década de los 60, totalmente ‘american way of life’ pero que no logra consolidarse en términos de tono, dejando al espectador con una sensación de desconexión en algunos momentos puntuales.

Un remake demasiado bello

La diferencia entre la película original belga Duelle y este remake es notable. Delhomme sustituye al director original, Olivier Masset-Depasse, quien manejó la trama con una precisión que falta en esta versión. Aunque Chastain y Hathaway aportan actuaciones muy interesantes y matizadas, sus personajes carecen de la intensidad y el detalle de sus predecesoras. También tiene la culpa lo bello, colorido, estético y perfecto que es todo, tan excesivo que parece irreal. La dinámica entre las protagonistas funciona, a pesar de que pueda notarse que no había material suficiente para ellos, las actrices lo sortean con su talento.

Una lucha psicológica en un campo de batalla con porche y jardín

Las diferencias entre Céline (Hathaway) y Alice (Chastain) se manifiestan inicialmente en la crianza de sus hijos. El estilo indulgente de Céline contrasta con la rigidez de Alice, lo cual es una clave para entender la evolución de sus personajes. Esta dinámica se vuelve más compleja tras el incidente y la relación de las mujeres se enreda en un juego de culpabilidad y reproches silenciosos. La película examina la delgada línea entre la amistad y la rivalidad, mientras las protagonistas luchan por mantener su cordura y sus apariencias perfectas en una sociedad que no permite fallos.

Mantiene bien la atención y juega con la percepción del espectador

El guion juega con las percepciones del espectador, alternando entre momentos de paranoia y manipulación emocional. Esta ambigüedad mantiene el interés, aunque las motivaciones de los personajes se vuelven difíciles de descifrar, creando una atmósfera de desconfianza constante. La relación entre las dos mujeres se convierte en un campo de batalla psicológico, donde cada gesto y cada palabra tiene un peso significativo.

Hathaway y Chastain entregan actuaciones comprometidas, con Hathaway destacando en sus mejores momentos, evocando a Joan Crawford en su interpretación más ácida, mientras que Chastain se desmorona como una madre americana que lucha por mantener su decencia, a lo Bette Davis, recordando por momentos a ¿Qué fue de Baby Jane? La puesta en escena de Delhomme enfatiza los contrastes visuales y emocionales, utilizando ángulos duros y sombras muy marcadas para acentuar la tensión. Sin embargo, la película carece de la astucia del cine negro, quedando atrapada en un limbo estilístico que no logra definir claramente su identidad particular.

En resumen, Vidas perfectas es un thriller psicológico centrado en el duelo y la culpa materna, que explora la inevitable búsqueda de la perfección en la crianza de unas madres que sienten estar siendo examinadas con lupa por sus maridos, amigas y vecinos. Hay una falta de desarrollo de los personajes masculinos, pero el filme en inglés se llama Mother's Instinct (instinto maternal) y ellas y sus delirios son los protagonistas, así que por ese punto es correcta. Para los amantes del cine de género puede ser una buena experiencia cinematográfica.

Hemos visto La idea de tenerte en adelanto gracias a la cortesía de Vértice 360

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