Elon Musk ha sido especialmente contundente en su rechazo al trabajo remoto o teletrabajo, llegando a calificarlo de “mierda” y acusando a quienes lo promueven de promocionar una práctica laboral "moralmente incorrecta". Sus comentarios no son únicos; otros altos ejecutivos, como Reed Hastings de Netflix y Jamie Dimon de JPMorgan Chase, también han expresado opiniones similares.
Según Musk, las personas son más productivas cuando trabajan en persona y en la oficina, y ha criticado duramente el teletrabajo en diversas ocasiones.
Durante la conferencia de resultados financieros del tercer trimestre de Tesla, Musk afirmó que trabajar desde casa es estar "alejado de la realidad" y lo comparó con la famosa cita atribuida a María Antonieta, "que coman pastel". Argumenta que es inmoral permitir el trabajo remoto cuando muchos trabajadores esenciales no tienen esa opción.
Dormir en el trabajo para echar más horas
Incluso en una entrevista reciente con CNBC, Musk expresó que trabajar desde casa es una falta de conexión con la realidad, citando sus propias experiencias de dormir en la fábrica como un ejemplo de compromiso necesario para el éxito. Según él, los empleados que trabajan remotamente no comprenden las dificultades que enfrentan aquellos que no tienen esa opción, como los obreros de fábrica y los repartidores.
Elon Musk se equivoca, lo dice la Ciencia
En su opinión, la productividad y el éxito empresarial dependen del trabajo presencial. De hecho ha implementado políticas estrictas en Tesla y X (Twitter), exigiendo que los empleados trabajen al menos 40 horas semanales en la oficina. A pesar de sus fuertes declaraciones, los datos y estudios recientes cuestionan la efectividad de los mandatos de retorno a la oficina. Investigaciones de la Universidad de Pittsburgh muestran que estas políticas no mejoran el desempeño financiero ni la satisfacción de los empleados. De hecho, aumentan la insatisfacción laboral, lo que sugiere que estos mandatos podrían estar más motivados por el control que por beneficios reales. Las presiones económicas también juegan un papel en este debate. Muchas empresas enfrentan la necesidad de mantener la ocupación de sus espacios de oficina para evitar pérdidas financieras. Además, utilizar mandatos de regreso a la oficina puede ser una estrategia para reducir personal sin recurrir a despidos directos.