Los fenómenos meteorológicos y geológicos producidos por la madre naturaleza pueden tener efectos devastadores, cuya peligrosidad aumentará a medida que el cambio climático gane fuerza con el paso de los años. Desde hace unas semanas, la erupción volcánica de la isla de La Palma ha llenado multitud de titulares en todo tipo de medios, aunque eso no significa que este sea el único fenómeno natural impactante que está ocurriendo actualmente. Según informan desde Gizmodo, un equipo de científicos mandó un dron autónomo para estudiar en profundidad el funcionamiento del huracán Sam, que está azotando en estos momentos las costas de América Central.
El huracán Sam es considerado como la mayor tormenta de la temporada de huracanes de 2021, por lo que estamos hablando de un fenómeno para nada despreciable. Es por ello que, durante el periodo de más actividad, desde la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) han decidido lanzar en el ojo de la tormenta un dron de alta tecnología capaz de recopilar datos para entender la formación de estas tormentas y estudiar su evolución.
Los datos recopilados ayudarán a realizar predicciones más precisas y crear nuevos protocolos de acción para aminorar los daños humanos y materiales que causan estas tormentas cada año.
Un dron a prueba de vientos huracanados y olas gigantescas
El Saildrone Explorer SD 1045 es un vehículo naval autónomo capaz de tomar imágenes tan espectaculares como las que habéis podido ver en el vídeo adjunto. En aquel momento, el dron se encontraba navegando por las aguas del Pacífico y logró captar vientos de más de 190 kilómetros por hora y hasta olas de 15 metros de altura. Por supuesto, el dron está preparado para navegar sin problemas en condiciones de lo más adversas gracias a un sistema de sensores que captan la altura de las olas y la dirección y velocidad del viento. "Con los datos recopilados por los Saildrones, esperamos mejorar los modelos que predicen la rápida intensificación de los huracanes", declaró Greg Foltz, científico de la NOAA.