Es difícil acudir a un cine y no acabar asfixiado ante la oferta de superhéroes y películas basadas en cómics. Si bien muchas de ellas presentan una factura espectacular y una calidad incuestionable en el sentido más formal y estricto de la palabra, a veces es normal sentirse agotado, exhausto, como el héroe que está a punto de desfallecer ante el empuje del villano de turno. En un panorama en el que Marvel y Disney marcan los tempos y el ritmo de planes casi quinquenales, el anuncio por parte de Sony de realizar una cinta de animación basada en el trepamuros más famoso de la Casa de las Ideas resultó sorprendente. Muchos tomaron con recelo su propuesta, arrojando más de un comentario hiriente sobre la futura calidad del film o su necesidad. ¿Por qué hacer una película de Spider-Man cuando tiene su propia saga y está más que presente en las producciones de la factoría Marvel? ¿Por qué sigue Sony empeñada en extender sus redes, y nunca mejor dicho, sobre el arácnido?
Spider-Man: Un nuevo universo se nos presenta como una obra atípica, especial y única, así como encarna la mejor adaptación jamás hecha de las historias y cómics del héroe. Sony Pictures, que ya consiguió devolver a las viñetas al lugar que correspondía con Spider-Man (2002, Sam Raimi), se suma una nueva medalla a su historial y firman de nuevo la cuadratura del círculo del cine de género con una película casi perfecta, que reúne y solapa todos los aciertos vistos en las anteriores encarnaciones del personaje, que fusiona ideas y universos poco o nada explorados y que supone todo un homenaje al cómic como medio para relatar grandes historias.
La carrera de Phil Lord y Chris Miller parecía tocada de muerte tras su expulsión del Olimpo de Star Wars. La salida de ambos directores y guionistas de Han Solo: Una historia de Star Wars (2018, Ron Howard) era una mancha en el historial de dos irreverentes creativos que parecía que jamás llegaría a borrarse ni olvidarse. Sin embargo, las mentes que se esconden detrás de La LEGO Película tenían un último as en la manga.
Fue la propia Sony la que se acercó a ellos pidiéndole exactamente aquello por lo que fueron contratados -y luego despedidos- en su malograda aventura con Lucasfilm y Disney: irreverencia y respeto por el material original. Sobre esos dos grandes pilares, ambos construyen el guion de la excelente Spider-Man: Un nuevo universo, algo que unido al talento en la dirección de la dupla formada por Bob Persichetti (El gato con botas) y Peter Ramsey (El origen de los guardianes) nos acaba por brindar la combinación perfecta entre humor, drama y acción.
Uno de sus principales aciertos -y tiene tantos como realidades y universos paralelos trata en su metraje-, radica en la decisión de contarnos los orígenes del personaje a través de la piel de Miles Morales, un adolescente de 16 años que vive en Brooklyn. Inteligente y sensible, Morales comienza su nueva etapa de estudiante en un prestigioso instituto en el que se siente perdido y abrumado. Pese a las reticencias de su padre -un policía de Nueva York-, Morales busca refugio en su tío Aaron, una figura más anárquica y completamente distinta de la férrea disciplina moral de su progenitor. Compartiendo aficiones y su pasión por el arte, un día el joven acabará siendo mordido por una extraña araña, cambiando por completo su percepción del mundo y su destino.
Podríamos hablar de la enésima película de superhéroes y sus orígenes, con los habituales tics de las obras fundacionales -que parecen ya no solo seguir un patrón clásico en las viñetas, también en sus adaptaciones cinematográficas-, pero Spider-Man: Un nuevo universo no cae en en ese lugar común. La elección de Miles Morales como Spider-Man es muy inteligente, y los primeros pasos del mismo como trepamuros, divertidos, frescos y distintos, pues cuando parecía que todo iba a seguir la consabida estructura de la génesis marvelita, irrumpe en escena la existencia de los mundos paralelos, las distintas versiones de uno mismo y los Spider-Man de las más variadas dimensiones. Estando el mal en esta ocasión encarnado por Kingpin y su obsesión por salvar a su amada Vanessa de la muerte, las distintas encarnaciones de Spidey se verán cooperando y uniéndose para evitar que la propia ciudad de Nueva York colapse bajo un agujero negro por sus experimentos.
Héroes como el Peter Parker clásico -que desempeñará las labores de tutor y mentor de Morales en sus tareas como Spider-Man-, el Spider-Man Noir, Spider-Ham, Peni Parker o Gwen, formarán un equipo imposible a la hora de combatir a algunos de los villanos más clásicos de la mitología del trepamuros, manteniendo cada uno de ello su cuota en pantalla y ración de marcada y bien delineada personalidad. Hablamos de un ejercicio de adaptación casi perfecto, tanto a nivel de discurso narrativo -cada uno es hijo de su realidad, y habla, se comporta y actúa en base a ella- como artístico, demostrando y cristalizando la ansiada ambrosía para los millones de lectores de los cómics del personaje. Detrás de todo esto hay un trabajo titánico, exquisitamente medido y planificado, algo que queda más que patente en las tensiones y las dicotomías entre algunos de ellos en forma de diálogos, gags y frases lapidarias. Pero tras las excelentes secuencias de acción y las impresionantes coreografías -jamás habíamos visto moverse a Spider-Man así en el cine-, encontramos un armazón notable que es capaz de armonizar el humor, lo dramático y la propia autoreferencia, siempre con equilibrio loable.
Las conversaciones entre Parker y Morales -lo viejo y lo nuevo- son el epítome perfecto del choque de dos etapas distintas del personaje. Hijos de sus respectivos tiempos y contextos, la dupla formada por estos dos héroes nos ofrece algunos de los momentos más potentes y bonitos jamás vistos en el cine de género, algo que encima está potenciado por un estilo artístico que nada a medio camino entre la animación tradicional y las tres dimensiones y que a su vez es muestra del perfecto fruto en clave de sinergía visual de lo que quiere conseguir -y consigue- la cinta. Spider-Man: Un nuevo universo es un relato que recoge lo mejor de la obra original de Stan Lee y Steve Ditko, devolviéndonos a los lectores y espectadores una idea sobre la que la propia Marvel ha construido su imperio y legado: cualquiera puede ser un héroe.
Spider-Man: Un nuevo universo se estrenará el 21 de diciembre en cines.