El universo sigue desconcertándonos. Pese a que poco a poco nuestra comprensión de los agujeros negros avanza, sobre todo gracias al desarrollo de mejores herramientas de estudio, aún no somos capaces de desvelar todos sus secretos. Durante décadas, los cosmólogos han ido revelando gradualmente algunos de los enigmas que encierran, indagando en sus inquietantes cualidades y características, conscientes de la vasta cantidad de información que aún nos elude acerca de estos fascinantes objetos que pueblan el cosmos. Tras una serie de aterradoras simulaciones y de la recreación de un agujero negro en miniatura, un grupo de científicos descubren un método aún más preciso para observar estos objetos y describir con precisión las particularidades de su relación con el espacio-tiempo.
El misterio de los agujeros negros: la ciencia busca recrearlos en la Tierra para comprender mejor sus características
Es difícil calificar a un agujero negro, aunque se podría concebir a uno como una región del espacio que concentra en su núcleo suficiente masa como para generar un campo gravitatorio tan intenso que ninguna partícula puede escapar de él, ni siquiera los fotones, las partículas elementales que transportan la luz.
Los agujeros negros más familiares para los astrofísicos son los cósmicos, originados por el colapso de estrellas masivas, pero también existen otros tipos, como los agujeros negros supermasivos que residen en el centro de algunas galaxias y de los que os hemos hablado en Vandal. El estudio de estos agujeros es esencial, sí, pero es muy complicado, ya que su observación no es precisamente fácil.
Por eso se han desarrollado herramientas que permiten a los científicos comprenderlos mejor sin necesidad de abandonar sus laboratorios ni la seguridad de la Tierra. Así pues, con los instrumentos que modifican y simulan la gravedad, se pueden construir pequeñas perturbaciones, como las llamadas ondas sonoras, que funcionan y se comportan como campos que se propagan a través de una geometría de espacio-tiempo curvado. Y no, no engulliría la Tierra. Los físicos experimentales tienen la capacidad de simular la gravedad utilizando estos fluidos, pero hay ciertas pegas. Hay que usar superfluidos que tengan una gran viscosidad, como el helio líquido o nubes de átomos ultrafríos, por lo que no es precisamente sencillo.
A través de un nuevo estudio científico, los investigadores han logrado verificar con bastante éxito algunas de las predicciones realizadas por la teoría cuántica de campos en el contexto del espacio-tiempo curvado, descubriéndose que para simular con precisión un agujero negro es muy efectivo generar un vórtice empleando un superfluido. Este equipo de físicos de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, ha logrado generar por primera vez un vórtice en helio superfluido, un gas que en este estado posee una viscosidad extremadamente baja. Su objetivo era recrear en el laboratorio, con la máxima precisión posible a día de hoy, el entorno gravitacional de un agujero negro para investigar cómo deforma el continuo espacio-tiempo a su alrededor y verificar la validez de las predicciones teóricas realizadas en el pasado.
Como explican en Nature, este logro representa la recreación más precisa de un agujero negro realizada hasta la fecha en un entorno de laboratorio y ayuda a comprender mejor estos objetos cósmicos y su influencia en el cosmos. Teniendo en cuenta que son difíciles de estudiar -la radiación detestable de estos agujeros es muy complicada de percibir-, este experimento nos puede ayudar a predecir el comportamiento de los campos cuánticos en el espacio-tiempo curvado cerca de un agujero negro.