Los agujeros negros, como ya hemos visto en Vandal, son los grandes misterios de la astronomía moderna. Hace unas semanas se descubrió uno de ellos muy cerca de la Tierra y la NASA publicó qué sonido pueden llegar a emitir. Cada vez que se descubre algo nuevo alrededor de su existencia, las astronomía está más cerca de desentrañar una parte de las grandes incógnitas del universo y de la física moderna. Ahora, gracias un grupo de científicos, se ha logrado crear un horizonte de sucesos en un agujero negro sintético, un hecho insólito el cual ha comenzado a comportarse como uno real, emitiendo radiación. Como se relata en Nature se trata de un paso enorme en la ciencia actual.
No es la primera vez que se recrea un agujero negro en miniatura pero sí la primera vez que se hace de una manera completamente nueva
A día de hoy sabemos que los agujeros negros emiten un tipo de radiación cuántica, la cual se desconoce de qué manera debe medirse. Es un concepto teórico propuesto por Stephen Hawking, un hecho que ha logrado que este tipo de radiación acabe bautizándose como el fallecido científico y que se convierta en uno de los misterios más recurrentes del estudio de estos cuerpos cósmicos. Pues bien, gracias a la simulación en miniatura de este agujero negro, se ha logrado medir dicha radiación, confirmándose que la teoría propuesta por Hawking es más cierta de lo que se podría prever en un principio.
Sí, no es la primera vez en la que se logra crea algo parecido a un agujero negro en un laboratorio. En 1981, el físico de la Universidad de la Columbia Británica Bill Unruh propuso por primera vez la posibilidad de crear un agujero negro y en 2014, en Israel, se logró crear una versión mediante un flujo supersónico de 100.000 átomos de rubidio en lo que se conoce como un condensado de Bose-Einstein.
En aquella época ya se obtuvieron los primeros indicios de la radiación descrita por Hawking, y en 2016, cuando se volvió a hacer en el Instituto Tecnológico de Israel (Technion) se logró recrear un agujero negro basado en la ausencia de sonido en lugar de la luz. Ahora, un equipo de físicos de la Universidad de Amsterdam, coordinado por Lotte Mertens, ha creado uno de estos agujeros negros de laboratorio siguiendo unos procedimientos completamente nuevos ajenos al sonido, y creando una cadena de átomos en hilera de forma undimensional. Una vez ordenados, se ha hecho pasar una corriente de electrones por esa cadena y se han alterado las propiedades para ver cómo afecta dicho movimiento a los citados electrones.
Suena simple, pero ha resultado comportarse como un horizonte de sucesos de un agujero negro en el sentido de que ha comenzado a emitir radiación térmica de una manera análoga a como lo haría el horizonte de sucesos de un agujero negro real. Casi nada. Ahora sabemos que el entrelazamiento cuántico de los átomos juega un papel fundamental en la emisión de radiación de Hawking y que, de confirmarse, tendríamos un puente entre dos ramas de la física que hasta ahora han estado reñidas entre sí, la Teoría General de la Relatividad, y la física cuántica. Se trata de un avance de vital importancia y que, tranquilos, no acabará engullendo la Tierra bajo ningún concepto.