Lo que acaba de captar la instalación del Observatorio Gemini para el hemisferio sur en Chile es increíble y realmente transmite escalofríos, puesto que puede que eso mismo ocurra en nuestra galaxia dentro de mucho tiempo. Se ha captado, y registrado, las consecuencias de una colisión de galaxias espirales hace mil millones de años. La galaxia en cuestión que ha servido como base del estudio es de NGC 7727, ubicada en la constelación de Acuario, a 90 millones de años luz de la Vía Láctea y sin duda adelanta lo que podría ocurrirnos a nosotros con Andrómeda.
La NGC 7727 quedó totalmente destruida y los científicos estudian las causas y consecuencias de la catástrofe: ¿Ocurrirá lo mismo en la Vía Láctea en el futuro?
"Gemini Sur, la mitad austral del Observatorio Internacional Gemini que opera NOIRLab de NSF y AURA, capturó las consecuencias de una colisión de galaxias espirales que tuvo lugar hace mil millones de años. En el corazón de esta caótica interacción, atrapados en medio del caos, hay un par de agujeros negros supermasivos, que corresponden a los más cercanos registrados desde la Tierra.", informan desde NoirLab.
Gracias al Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral se ha podido entrar en mayor detalle sobre lo acaecido con NGC 7727 y se ha determinado que la galaxia en cuestión posee dos núcleos gemelos que guardan en su interior dos agujeros negros masivos.
La galaxia en cuestión, según los expertos, se habría formado a raíz de una espiral cósmica hace unos mil millones de años provocando que un grupo de estrellas permaneciera a su alrededor gracias a la fuerza gravitacional que terminó desembocando unos nudos irregulares. Esos agujeros negros habrían terminado uniéndose hace unos 250 millones de años provocando graves problemas a NGC 7727 mediante fuertes ondas gravitacionales. Lo que queda alrededor de esta caótica fusión cósmica solo es polvo y gas interestelar, junto con un puñado de objetos encontrados que, en principio, serían cúmulos estelares más jóvenes.