Parecía que la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) parecía haber encontrado la clave para dar por concluida las huelgas que azotan Hollywood desde hace meses. La histórica huelga de guionistas terminó con buen resultado y un acuerdo importante con el Sindicato de Guionistas de América (WGA), y apenas unos días después, se reanudaron las conversaciones con el Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA). Pero no ha salido bien. Las reuniones, las mesas de redondas y los cambios en los puntos claves, no han surtido efecto. Los actores y actrices alertaron que no les serviría un copiapega del acuerdo de los guionistas y continuarían con la huelga en ese caso. Y así ha sido.
Los actores rompen sus negociaciones con los estudios de Hollywood y la huelga llega a un punto de no retorno
Las negociaciones se preveían muy complicadas y así ha sido. Ambas partes dieron por suspendas las rondas de reuniones que se estaban llevando a cabo, y apenas unos minutos después de la ruptura de la vía diplomática en Hollywood, ambas partes comenzaron a intercambiar comunicados, reproches y acusaciones.
Según explican desde Deadline, los grandes estudios y entes del entretenimiento estuvieron representados por personalidades como Bob Iger, de Disney, David Zaslav, de Warner, Ted Sarandos, de Netflix y Donna Langley, de NBC Universal, que intentaron llegar a un acuerdo con los actores.
Ante la negativa, han acusado al sindicato de no ceder en sus reclamaciones, que según ellos supondrían costes extra de unos 800 millones de dólares anuales, 2400 millones si se cuentan los tres años de contrato por los que se peleaban desde un principio. Según Warner Bros. Discovery, hablamos de un problema económico gigantesco, que podría llevar a la industria en su conjunto a un punto de no retorno a nivel financiero. Desde la SAG-AFTRA, en boca de su presidenta, Fran Drescher, y su jefe negociador, Duncan Crabtree-Ireland, no es así.
Según ellos, los estudios se negaron a atender las exigencias en materia de los royalties y residuales en el mundo del streaming, algo que según sus cifras tendrían un coste aproximado de 52 centavos anuales por suscriptor. La SAG-AFTRA cree que hay margen para cumplir sus requisitos, pero no han querido escucharlos. Más complicado es lo relativo a la inteligencia artificial, pues los estudios siguen manteniendo la defensa del uso de este tipo de herramientas para la creación de figuras virtuales a perpetuidad, pero siempre "bajo consentimiento del artista". El sindicato indica que "ese consentimiento se exige el primer día para poder trabajar", y que los estudios están cegados por la idea poseer los derechos de imagen de grandes figuras de Hollywood de cara al futuro.
Desde SAG-AFTRA acusan a los estudios de "usar tácticas de intimidación" de cara a crear un mal ambiente en la negociación, intentando manipular las negociaciones y llevarlas a sus escenarios y terrenos, algo que no estaban dispuestos a ceder. Parece que la situación se complica considerablemente, y mientras los guionistas vuelven al trabajo, parece que los actores y actrices seguirán luchando por sus derechos durante varias semanas más. Netflix ya ha anunciado que los precios subirán en sus servicios como consecuencia.