El mundo de los videojuegos está lleno de periféricos raros. No todo son mandos ergonómicos, teclados, ratones y accesorios para la diversidad funcional de las personas. Algunos han tenido más éxito que otros, y compañías como Nintendo han sido capaces de hacer de sus mandos y periféricos un éxito tras otro. Pero si hay un periférico reconocible, que sabemos cómo usar casi nada más cogerlo, que produce gran satisfacción por lo directo de su manejo y te hace sentir un malote, son las pistolas de luz, grandes protagonistas de los arcades hace un par de décadas, que siguen en nuestros hogares y forman parte del futuro de la realidad virtual.
De Duck Hunt a Virtua Cop: pistoleros y otra fauna de los arcades
Duck Hunt, en 1984, causó furor en Nintendo con el popular Zapper, un periférico en forma de pistola que nos permitía cazar patos. El juego ocultaba algún que otro secreto, pero en esencia, era disparar y odiar al perro. Pero no sería hasta diez años después cuando Virtua Cop llegaría a los salones de arcade.
Ya hubo otros juegos de uso doméstico de este formato, pero las únicas opciones que había era jugarlos con un joystick o algún periférico extraño y, generalmente, caro. Virtua Cop permitía usar una pistola para disparar a los malos (y evitar a los rehenes) en un juego sobre raíles, incluyendo mecánicas de recarga que irían cambiando entre disparar fuera de la pantalla o bajar el arma. En otros formatos se incluía un pedal para cubrirse de los disparos, pero todo bajo un tiempo límite.
Y ahí empiezan las leyendas de los pistoleros de arcade. Aún quedan muchos salones con estos juegos (que más adelante sumarían leyendas como las sagas Time Crisis o House of the Dead), pero el venenoso encanto de los 90, lógicamente, ya no está. Por suerte. Entrabas y siempre veías a los que fumaban junto al billar, los ruidosos del futbolín y no faltaba el pistolero virtual.
Este ser se caracterizaba, igual que el que siempre rondaba la máquina de Street Fighter II o el juego de lucha del salón, porque su hábitat natural era estar junto a la máquina de disparos que permitiera juego en equipo con dos pistolas. En algunos casos, tuvo descendencia que heredó la habilidad de sus progenitores para salir de la nada y darte consejos por encima del hombro, para terminar ofreciendo su ayuda, sin pagar su partida por supuesto.
A veces no sabías si pegarle un tiro al ser o al monstruo de la pantalla, las cosas como son. La criatura se caracterizaba por tener un amplio rango de edad, aunque por norma general desaparecía al alcanzar la mayoría de edad. El espécimen adolescente podía ser bastante amenazador (esto incluía desde un cigarrillo colgando de la boca a coletilla con la nuca rapada) y su demografía era, fundamentalmente, masculina. Estés donde estés, molesta criatura, esperamos que sigas ofreciendo tu ayuda con la misma intensidad.
Con el futuro llegaron muchas variantes de estos juegos, que incluyen desde rifle de francotirador a ametralladoras, en función del juego. ¿Quién no recuerda la cabina de Jurassic Park o el rifle de Silent Scope?
Por razones obvias, el cambio de siglo afectó a la vida de estas máquinas. Periféricos domésticos algo más asequibles, pero una irónica falta de títulos para consolas que pudieran aprovecharlos, así como la propia llegada de las consolas a los hogares, hicieron que los salones de arcade perdieran parte de su atractivo. Aunque aún existen y son un gran atractivo de estos lugares. Incluso quedan seres de los que mencionábamos habitando sus inmediaciones...
La pistola de luz: casi un siglo de disparos
La pistola de luz es muy anterior a los videojuegos. Aunque parezca increíble, este aparato apareció en 1936, nada menos. Faltaban 48 años para Duck Hunt, pero las galerías de tiro eran parte de las ferias en ciertos países desde finales del SXIX. Un arma, generalmente fija, permitía apuntar y derribar objetivos disparando pequeños balines. La cosa evolucionó hasta la llegada de la Seeburg Ray-O-Lite, la primera máquina de pistola de luz.
Lógicamente esto era un avance tecnológico increíble en cuanto al ocio se refiere y la cosa siguió avanzando. Namco y Sega ya lanzaban juegos de este tipo en los 60, como Periscope.
Como ya decíamos arriba, sin ninguna duda el punto de inflexión fue Duck Hunt en 1984. Nintendo había creado algo ligero y que no requería mucho espacio para usarse, aunque lógicamente no tenía una jugabilidad muy complicada. Después ya llegaron las distintas cabinas de arcade, cada una con un gimmick diferente, pero todas centradas en un arma de fuego y abatir objetivos con tiempo límite.
Hubo otros intentos de lanzar periféricos domésticos de arma de luz, como el aparatoso Super Scope de Super Nintendo, por supuesto, pero la cosa no terminaba de cuajar en los hogares.
El periférico más característico y representativo de la familia de las pistolas de luz, fue, sin lugar a dudas, la G-Con o GunCon.
La pistola de Namco, creada a la sombra de Time Crisis, de la misma casa, era más compleja de lo que parece. Incluso incluía botones en el cañón del arma que podían utilizarse para sustituir a un mando tradicional en los juegos compatibles. El problema es que el catálogo no era tan amplio como podría parecer y los juegos no eran, por lo general, nada del otro mundo. Un minuto de silencio por la serie Resident Evil Survivor, todo el mundo.
Por supuesto ha habido otros periféricos que intentaron llenar el hueco, pero la tecnología de realidad virtual ha querido que el género evolucione para necesitar cada vez menos periféricos, sino que baste con los sensores para simular armas en distintos juegos que siguen las mismas mecánicas de antes... Esperemos que esto no cambie, porque se perdería el encanto de empuñar un trozo de plástico y apuntar fuera de la pantalla para recargar. Sin duda, se perdería la sensación de ser uno de esos pistoleros de arcade que conocen desde los más jóvenes hasta los que ya peinan canas o directamente, no peinan nada.