Los grandes autores siempre han tenido trucos para llevar a cabo sus obras, además de grandísimo talento, por supuesto. Hay un tema en particular que siempre suele girar alrededor de las obras de artes (sean de arquitectura, escultura o pintura), y es el cómo se han conseguido conservar durante tantísimos años. No son pocos los que se preguntan cómo el coliseo romano se mantiene en pie después de todo. O cómo la Capilla Sixtina consigue mostrar con tanto frescor la obra de Miguel Ángel. Y otro de los temas recurrentes es; ¿cómo es posible que La Gioconda se mantenga en tan buen estado? Un nuevo estudio publicado en Nature ha dado respuesta a ello, agrupando también a otras obras del Renacimiento realizadas por autores como Sandro Botticelli.
Leonardo da Vinci era un adelantado a su época y dio con el ingrediente secreto para conservar sus obras
"Hay muy pocas fuentes escritas sobre esto, y ningún trabajo científico se ha realizado antes para investigar el tema con tanta profundidad. Nuestros resultados muestran que incluso con una cantidad muy pequeña de yema de huevo, se puede lograr un cambio sorprendente de propiedades en la pintura al óleo, lo que demuestra cómo podría haber sido beneficioso para los artistas". Los grandes autores habrían añadido huevo al óleo para que estas pudieran perdurar más a lo largo de los años, manteniendo bien definidos sus colores y evitando así que la pintura se degrade o que afectada por la humedad, se pongan amarillas o hasta se lleguen a arrugar. La mayoría de las obras de este calibre se suelen conservar en excelentes condiciones para evitar que pierdan valor, pero ese huevo es el ingrediente secreto que ha ayudado a su conservación.
Las proteínas de la yema del huevo son esenciales para absorber el agua que puede generarse en entornos húmedos. Leonardo da Vinci se adelantó a ese problema dando con una solución que perdura hasta día de hoy y que incluso resulta sorprendente, puesto que el autor probablemente tuvo que probar mil y un materiales antes de ponerse manos a la obra con sus pinturas "definitivas" para que estas no se degradasen a los pocos años de haberse realizado.
