Amouranth está habituándose a su nueva vida. La estrella de Twitch, poseedora de una enorme fortuna gracias al streaming y OnlyFans, anunció el mes pasado que que estaba casada y sufría abusos por parte de su marido, que controlaba sus cuentas y sus emisiones online. Kaitlyn Siragusa, nombre real de esta celebridad del mundo de los stream, explicó cómo vivía acosada por fans y stalkers, luchando por salir a flote. Tras la crisis regresó a Twitch y confirmó que había buscado ayuda y parece que ha dado sus frutos: Siragusa ha dejado el hot tube atrás y se ha centrado en retransmitir videojuegos como Overwatch 2 y eso se nota en sus estadísticas.
Amouranth es más feliz y ahora retransmite lo que quiere sin presiones: de las piscinas a Overwatch
Una de las streamers más populares del planeta, y en este momento la única mujer en la lista de los 100 más relevantes de Twitch, dejó planchados a todos sus seguidores y espectadores el pasado octubre. Amouranth explicó a su audiencia que estaba casada, que había sufrido abusos y que necesitaba romper con una relación tóxica que la controlaba física y financieramente.
La celebridad logró el divorcio y, tras unos días en busca de la salud mental, ha explicado cómo ha cambiado su forma de aproximarse a Twitch. De hecho, se nota, ya que las estadísticas de sus contenidos son distintas a las que mostraba cuando estaba con su pareja y le obligaba a salir semidesnuda o en bikini para conseguir más dinero, suscriptores y permanencia por emisión. Ha pasado de salir en los jacazzi a jugar a videojuegos y charlar con su audiencia de otras formas más imaginativas.
Weird L take that my content hasn’t changed
— Kaitlyn (@wildkait) November 27, 2022
90 days ago I was doing 50%+ or more hot tub, now it’s like sub 10%? pic.twitter.com/L76ZvosVt7
"Antes de mi separación habría pasado más de un 50% haciendo hot tube. Ahora es alrededor de un 10%", explica la streamer. La propia Amouranth explicó que, uno de los elementos que la llevaron a separarse de su pareja era el control de este tipo de emisiones, que se convirtieron en una tortura para ella a nivel creativo y físico. "Su marido le coaccionaba en relación a este tipo de contenido porque era financieramente interesante", explicaron fuentes a Kotaku hace unas semanas. De esta manera, Amouranth se vio en una espiral de vídeos en los que salía, en actitud sugerente, hablando en una piscina ante sus espectadores de diferentes temas en bañadores y bikinis de todo tipo.
Estos vídeos de hot tub eran vez eran más atrevidos, largos y absurdos, apoyados en ASRM eróticos y cosplays de los videojuegos que tuvieran más tirón ese momento. A través de amenazas, la streamer se vio en un círculo vicioso: sus retransmisiones eran muy largas, se ganaba mucho dinero y sus fans la tenían cada vez más encumbrada. Reconoció que, si bien ha llegado a la fama gracias a ello, se sentía usada por su marido como un instrumento con el que obtener miles de dólares cada jornada.
Tras la separación, este tipo de contenidos ha disminuido varios enteros y Amouranth se encuentra más libre. Pese a que salud mental y física ha mejorado, algunos espectadores la critican de intentar cambiar su imagen pública. "Ahora hago lo que quiero, no es un cambio de imagen. Hago lo que me da la gana y sigo ganando 7 cifras al mes. Mi vida es mejor", concluía la streamer. Queda por ver cómo afrontará la creadora de contenido los próximos meses y si decide emprender algún nuevo negocio. Más allá de Twitch, Amouranth es una buena empresaria y en el pasado ha sabido financiarse con inversiones en gasolineras, juguetes sexuales y piscinas de plástico.