La lucha contra el cambio climático ha llevado a los científicos a buscar nuevas maneras de hacer más sostenible la estancia en la Tierra de los seres humanos. Si ayer os hablábamos del equilibrio como inteligencia colectiva del planeta -sí, la reformulación de la hipótesis de Gaia-, y os hemos alertado del cambio de la industria alimentaria, hoy os devolvemos el debate sobre la carne y la proteína del futuro. Tras la presión de figuras como Bill Gates, la Unión Europea y las Naciones Unidas han dado el visto bueno a los gusanos, saltamontes o grillos de cara al consumo masivo en países como España (vía El País).
Saltamontes, grillos o los gusanos podrán comenzar a aparecer en la lista de la compra muy pronto
Hace unos meses nos parecía una locura. Pero la posibilidad de que los españoles comencemos a ver en los supermercados productos como saltamontes especiados, grillos fritos y demás, es cada vez más real y cercana.
Según ha informado El País, las harinas y barritas energéticas hechas a partir de estos invertebrados están empezando a aumentar su valor entre los consumidores por su alto contenido en proteínas y por ser muy sostenibles, un aspecto vital para luchar contra el cambio climático. Curiosamente, algunas grandes cadenas han comenzado a distribuir productos similares basados en estos insectos, y las tendencias de compra están ahí: el consumidor las acepta.
No obstante, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha comenzado a recomendar su consumo de forma constante de cara a luchar contra el cambio climático. Como informan desde la FAO, al menos 2000 millones de personas los consumen ya, pero sigue siendo un alimento que en Europa no agrada y que se trata de una barrera cultural demasiado grande. Solo un 19% de los españoles aseguran que se atreverían a probarlos y, de estos, el 35,9% lo haría si estuvieran camuflados y no se notasen, según datos del VIII Observarotio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilo de vida de las Familias.
En pos de hacer que sean más atractivas estas alternativas de alimentación, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ya ha aprobado el cuarto insecto apto para ser consumido por humanos, aumentando la variedad disponible en el mercado. A finales de 2022 se esperan que sean una docena. "El ser humano tiene la tecnología necesaria para luchar contra el cambio climático y podemos evitar un desastre", afirma Bill Gates, que ha invertido en la carne sintética y en otros productos sostenibles.
Mientras tanto, diferentes países europeos han comenzado a presionar a organismos como la EFSA para que sigan aprobándose más especies y tipos de alimento. Hasta la fecha, el grillo doméstico, la langosta migratoria y dos tipos de gusano de harina ya pueden comerse en los países europeos y se espera que otras especies, como el escarabajo de la harina, langosta del desierto, abeja europea, mosca soldado negra y grillo indio se sumen en breve.
¿Son los insectos buenos para la salud?
La ciencia dice que sí. Es algo que se lleva estudiando desde hace años, y según Diana Martín, profesora de la Universidad Autónoma, son una fuente de proteínas increíble. "Estos invertebrados tienen un alto contenido proteico, incluso más que carne, los lácteos y los huevos, y la calidad de esa proteína es muy buena. Pero además tienen un contenido lipídico —grasas— beneficioso para la salud, así como micronutrientes, vitaminas y minerales", asegura la experta a El País. Además, el CSIC ha diseñado un informe que remarca otras propiedades beneficiosas como características antioxidantes, antiinflamatorias y como regulador de la microbiota intestinal.
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