El efecto Hollow Knight Silksong: Cómo un género de nicho hace 10 años ha vuelto a conquistar el mundo

De género de culto a vender millones: diez años de mundos interconectados, secretos y juegos clave que hicieron posible este resurgimiento.
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Actualizado: 23:55 14/9/2025

Durante la última década nos descubrimos haciendo algo muy simple: volver. Volver a una sala con una llave recién conseguida, a un pasillo con una pared sospechosa, a un mapa que ya no es dibujo sino memoria muscular. En 2015 el Metroidvania parecía un guiño para nostálgicos; en 2025 es de los géneros más jugados: veinte minutos en el metro, un "solo una zona más" antes de dormir, y la certeza de que Hollow Knight nos enseñó a escuchar los silencios de un mundo subterráneo mientras Silksong avivaba la fiebre por regresar. Y esa costumbre —explorar, aprender, regresar— convirtió a un género de culto en la forma favorita de perderse para encontrarse, con cada puerta roja abierta como una pequeña victoria cotidiana.

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Orígenes y evolución del género

El término Metroidvania nace de la combinación de dos sagas clásicas: Metroid (Nintendo) y Castlevania (Konami). En los años 80 y 90, estos títulos establecieron una fórmula de exploración no lineal, mapas interconectados y habilidades que desbloquean nuevas áreas. En particular, Castlevania: Symphony of the Night (1997) sentó las bases del género al punto de "definir un nuevo género de videojuegos apodado ‘Metroidvania’". Sin embargo, tras la era dorada de esas franquicias, el género quedó semiolvidado por las grandes compañías. Durante los 2000, Metroid se enfocó más en 3D y Castlevania perdió fuerza, llevando a que muchos consideraran a este género un estilo retro destinado solo a fans acérrimos.

No obstante, a partir de 2015 se inició un renacimiento gracias a desarrolladores independientes (indies). Estudios pequeños recuperaron la fórmula clásica adaptándola a sensibilidades modernas. Un caso emblemático es Moon Studios: cuando empezaron a desarrollar Ori and the Blind Forest (2015), les advirtieron que este género "estaba muerto" comercialmente; diez años después, la saga había vendido más de 15 millones de copias en todo el mundo, demostrando lo contrario. Este resurgir indie fue progresivo pero imparable, con cada año lanzando más títulos de este género que el anterior. En la plataforma PC (Steam) se pasó de apenas 26 juegos etiquetados como Metroidvania en 2015 a cerca de 268 lanzamientos en 2024 – un aumento de diez veces en volumen que refleja el crecimiento explosivo del interés.

Los hitos de esta evolución incluyen también el rol del crowdfunding. En 2015, Koji Igarashi (productor veterano de Castlevania) financió vía Kickstarter su nuevo proyecto Bloodstained: Ritual of the Night, recaudando 5,5 millones de dólares de más de 60.000 fans ansiosos por un sucesor espiritual de Symphony of the Night. Fue la segunda campaña más grande de videojuegos en Kickstarter en su momento, una señal clara de que la demanda por Metroidvanias seguía viva entre los jugadores. El resultado fue un éxito en 2019, validando que incluso sin el apoyo de una gran distribuidora, el género podía prosperar gracias al apoyo directo de su comunidad.

Hacia finales de la década, el género ya no era solo territorio de indies: estudios mayores comenzaron a prestar atención. Nintendo, tras años sin un Metroid en 2D, lanzó Metroid Dread (2021) para Switch, alcanzando 3 millones de copias vendidas (el Metroid más exitoso hasta la fecha). Incluso esta cifra fue superada por un título independiente: Hollow Knight vendió cinco veces más, ilustrando cómo un juego creado por tres personas podía eclipsar en alcance comercial a la propia saga que dio origen al género. Este panorama hubiera sido inimaginable en 2010, pero en 2025 es una realidad: han pasado de ser un gusto minoritario a encabezar listas de ventas y generar expectativas masivas.

Juegos clave del resurgimiento (2015–2025)

El caballero protagonista de Hollow Knight se ha convertido en un icono del género Metroidvania moderno. Este juego indie de 2017 sorprendió por su hermosa dirección de arte y profundidad, conquistando a millones de jugadores en todo el mundo. Varios títulos fueron fundamentales para disparar la popularidad del género durante esta década.

Ori and the Blind Forest (2015)

Este título, distribuido por Xbox Game Studios, combinó el estilo Metroidvania con una presentación artística y narrativa sobresaliente. Su éxito crítico y comercial (junto a su secuela Ori and the Will of the Wisps) demostró que había un amplio público para aventuras 2D de exploración. En 2025, el director Thomas Mahler reveló que la serie Ori acumuló más de 15 millones de copias vendidas en conjunto. "No está nada mal para un Metroidvania y un género que nos decían que estaba muerto cuando empezamos" comentaba Mahler irónicamente, reflejando cómo superaron el escepticismo inicial.

Axiom Verge (2015)

Desarrollado por una sola persona (Thomas Happ), este juego rinde homenaje directo a Metroid con pixel art retro. Fue uno de los primeros indies de la época en revitalizar la fórmula clásica, ganando seguidores de culto y muy buenas reseñas. Su lanzamiento puso de moda de nuevo el término "Metroidvania" entre la prensa y jugadores veteranos, allanando el terreno para los éxitos posteriores.

Hollow Knight (2017)

Quizá el estandarte del boom Metroidvania indie. Creado por Team Cherry, un pequeño equipo australiano, Hollow Knight cautivó con su vasto mundo subterráneo dibujado a mano, su atmósfera melancólica y un nivel de dificultad desafiante. El boca a boca hizo que las ventas iniciales en PC (más de 500.000 copias en pocos meses) se dispararan cuando llegó a consolas. En Nintendo Switch tuvo un estreno extraordinario, vendiendo 250.000 copias en dos semanas, algo sorprendente para un título 2D independiente. Con los años, la base de fans creció de forma exponencial: para 2025, superó 15 millones de copias acumuladas en todas las plataformas.

Este número lo coloca entre los juegos independientes más exitosos de la historia – a la par en ventas con Pokémon Legends: Arceus por ejemplo – y muy por encima de cualquier entrega de la saga Metroid original. Su esperada secuela, Silksong, generó tal furor que el día de lanzamiento (septiembre de 2025) colapsó temporalmente los servidores de Steam y de la eShop de Nintendo por la cantidad de jugadores intentando descargarla al mismo tiempo. Pocas veces un juego indie había causado un impacto de ese calibre en la infraestructura de distribución digital, señal del estatus mainstream que alcanzó el género.

Dead Cells (2018)

Desarrollado por Motion Twin (Francia), Dead Cells es un caso especial por mezclar el ADN Metroidvania con el subgénero roguelite. Sus niveles se reorganizan en cada partida, pero mantienen una estructura de mundo interconectado y habilidades desbloqueables (los propios creadores lo bautizaron "RogueVania"). Esta fusión innovadora, sumada a una jugabilidad ágil de acción 2D estilo Souls, enganchó a millones. Para 2023, había vendido más de 10 millones de copias, consolidándose como otro fenómeno global surgido del ámbito indie. Los desarrolladores atribuyen su éxito a un flujo constante de actualizaciones gratuitas (34 hasta 2023) y expansiones de pago que mantuvieron a la comunidad activa. Incluso lograron una colaboración oficial con Konami para lanzar DLC de Castlevania, un guiño que cerró el círculo entre el clásico inspirador y el nuevo referente moderno.

Bloodstained: Ritual of the Night (2019)

Mención obligada por su significado histórico. Diseñado por Koji Igarashi (pilar de los Castlevania durante años), Bloodstained fue visto como la "resurrección" del estilo Castlevania: SotN en la era moderna. Tras su exitoso Kickstarter, el juego finalmente salió en 2019 con gráficos renovados pero mecánicas clásicas. Los fans de la vieja escuela respondieron positivamente y el juego vendió más de un millón de copias en su primer año, un logro importante para un proyecto independiente de este calibre. Bloodstained validó que incluso sin la marca Castlevania, el diseño "Igavania" (como se apoda en honor a Igarashi) seguía vigente y comercialmente sólido.

Blasphemous (2019)

El Metroidvania sevillano de The Game Kitchen convirtió la iconografía barroca y la imaginería de Semana Santa en un universo propio, tan bello como áspero. Blasphemous brilla por su precisión en el combate, su diseño de mapa retorcido y una identidad artística inconfundible: penitencias, reliquias, culpa y un "pixel art" que corta. El soporte post-lanzamiento (parches y expansiones gratuitas) y una secuela que afinó mecánicas consolidaron a Blasphemous como estandarte contemporáneo del "Soulsvania" en 2D: exigente, pero justo; críptico, pero generoso con quien explora y regresa. Le fue tan bien que tuvo una secuela en 2023.

Prince of Persia: The Lost Crown (2024)

Ubisoft resucitó su saga con una apuesta clara: Metroidvania de ritmo rápido, plataforma precisa y un mapa que premia la memoria visual. Prince of Persia: The Lost Crown combina habilidades encadenables, amuletos y atajos inteligentes con un "marcadores de recuerdos" que facilita el backtracking sin diluir el reto. Su diseño moderno —accesible en la superficie, profundo en la optimización— lo convirtió en puerta de entrada para recién llegados al género y en un banquete para veteranos que disfrutan exprimiendo rutas y tiempos. Una prueba de que el Metroidvania ya no es patrimonio indie: también desde el AAA se entiende, se respeta y se impulsa.

La década también vio decenas de lanzamientos notables que ampliaron la popularidad del género. Juegos como Salt and Sanctuary (2016) y Blasphemous (2019) combinaron la exploración 2D con la crudeza de los soulslike; SteamWorld Dig 2 (2017) y Guacamelee! 2 (2018) ofrecieron interpretaciones más ligeras y humorísticas del formato; Ori and the Will of the Wisps (2020) llevó la fórmula Ori a cotas aún más pulidas; Axiom Verge 2 (2021) continuó la saga de culto iniciada por Thomas Happ; Ender Lilies (2021) y Metroid Dread (2021) demostraron que tanto indies como estudios establecidos podían coexistir saciando la sed de aventuras Metroidvania. Esta diversidad de propuestas mantuvo el interés de la comunidad jugador año tras año.

Un fenómeno multiplataforma: ventas e interés en Steam, Switch, PlayStation y Xbox

La expansión global de los Metroidvania no hubiera sido posible sin la amplia difusión en todas las plataformas de juego modernas. A diferencia de los años 90, donde Metroid estaba limitado a consolas de Nintendo y Castlevania principalmente a las de Sony, en la década 2015–2025 el género floreció gracias a la distribución digital en PC y consolas por igual, llegando a audiencias de todo tipo.

La plataforma de PC más popular, Steam, se convirtió en el principal vivero de Metroidvanias. No solo facilitó que pequeños desarrolladores publicaran sus juegos a nivel mundial, sino que fomentó comunidades alrededor de ellos mediante foros, mods y reseñas. Los datos de SteamDB muestran claramente la tendencia: cada año se lanzaron más Metroidvanias en Steam que el anterior, pasando de unos 50 títulos anuales a casi 200 a partir de 2021. Además, muchos de estos juegos han logrado ventas masivas en PC.

Por ejemplo, de los aproximadamente 15 millones de copias de Hollow Knight, entre 7 y 11 millones provienen solo de Steam, y el pico de jugadores simultáneos en PC rompió récords en 2025 con más de 71.000 personas jugando al mismo tiempo (justo antes de Silksong). Dead Cells también gozó de gran popularidad entre jugadores de PC, manteniéndose en la lista de "Overwhelmingly Positive" con más de 170.000 reseñas de usuarios. El ecosistema de PC, con su tradición en juegos retro y de nicho, abrazó a los Metroidvania y les dio un espacio privilegiado para prosperar.

La consola híbrida de Nintendo (lanzada en 2017) fue un factor sorpresa en el auge del género. Pese a que Nintendo tenía su propia saga Metroid, fueron los juegos indie los que brillaron en Switch desde el inicio. Gracias a la portabilidad y a una eShop que destacó títulos independientes, éxitos como Celeste, Stardew Valley y Hollow Knight encontraron en Switch su público ideal. Nintendo reportó que muchas de las descargas más vendidas en la consola eran indies de estilo clásico, impulsadas en parte por la nostalgia de los jugadores por experiencias similares a las de la era SNES/PS1.

En este contexto, Hollow Knight tuvo un lanzamiento estelar (250k en dos semanas, como mencionamos) y se mantuvo largo tiempo en el top de ventas digitales de Switch en 2018. Ori and the Blind Forest y su secuela también llegaron a Switch posteriormente, ampliando su audiencia. En 2021, durante la gala de Indie World, Nintendo destacaba cómo los fans de Switch realmente conectan con juegos que comparten inspiración con franquicias clásicas con las que crecieron. Esto explica por qué los Metroidvania – con su estilo de aventura tradicional – tuvieron tanto éxito en la consola.

Además, la cómoda opción de jugar en modo portátil encajó perfectamente con la naturaleza "explora un poco más del mapa y luego suspende" de estos juegos. Para Nintendo, el boom de indies supuso incluso un hito económico: en 2017-2018 las ventas de juegos de terceros en digital superaron por primera vez a las ventas físicas en sus plataformas, indicio de cuánto aportaron estos títulos descargables al ecosistema Switch.

Las consolas de Sony y Microsoft también vivieron la fiebre Metroidvania, aunque de manera quizás menos comentada que PC o Switch. PlayStation 4/5 se benefició de tener en su catálogo prácticamente todos los éxitos independientes mencionados, a menudo en ediciones mejoradas o packs completos. Sony apoyó a los indies con iniciativas como PS Plus (varios Metroidvanias han estado disponibles como juegos mensuales, aumentando su alcance) y ediciones físicas limitadas para coleccionistas.

Por su parte, Xbox tuvo en Ori su buque insignia del género, siendo un título first-party que impulsó su servicio Game Pass en PC y consola. Millones de jugadores lo probaron a través de Game Pass, generando un efecto de boca en boca muy positivo. Xbox también fue la primera en conseguir Hollow Knight para sus suscriptores de Game Pass, ampliando la base de jugadores de ese título. Asimismo, Microsoft lanzó actualizaciones para Xbox Series X|S de juegos como Dead Cells o Blasphemous, asegurándose de que el público de nueva generación no se los perdiera.

Factores que impulsaron la expansión del género

Varios elementos confluyeron para que los Metroidvania pasaran de ser un gusto de unos pocos a una moda mundial en la última década. Entre los factores principales destacan:

Apoyo de desarrolladores indie: Los estudios independientes fueron el alma del resurgimiento. Al no depender de enormes inversiones ni comités corporativos, pudieron arriesgarse con proyectos 2D de exploración en una época en que nadie más los hacía. Títulos como Hollow Knight comenzaron modestamente pero, gracias a la pasión invertida y a la libertad creativa, alcanzaron altos estándares de calidad. Los indies revitalizaron el género introduciendo innovaciones (historia profunda, fusiones de mecánicas, estilos artísticos únicos) que atrajeron tanto a veteranos nostálgicos como a nuevos jugadores.

Plataformas de distribución digital: La década de 2010 consolidó las tiendas digitales (Steam, PlayStation Store, Microsoft Store, Nintendo eShop) como canales principales de venta, lo cual fue vital para la difusión de juegos de nicho. Sin la necesidad de producir cartuchos o discos caros ni de competir por espacio en tiendas físicas, un pequeño juego descargable podía alcanzar a millones con costos reducidos. Steam en particular, con su visibilidad a juegos bien reseñados y su tagging por géneros, permitió que los Metroidvania encontraran a su audiencia fácilmente. En consolas, Nintendo abrió sus puertas a los "Nindies" (indie en Nintendo) y Microsoft/Sony facilitaron kits de desarrollo accesibles.

Para 2020, los jugadores ya estaban habituados a descubrir joyas independientes en las tiendas digitales. Esta democratización de la distribución derribó las barreras de entrada que antes hacían inviable comercialmente un juego 2D de exploración extenso. También abarató los precios: la mayoría de Metroidvanias indies lanzaron a precios entre 10 y 20 dólares, haciendo que los jugadores los compraran casi por impulso – Hollow Knight costaba solo $15 al lanzarse, lo que "ayudó ciertamente" a que más gente se animara a probarlo.

Nostalgia y nuevas audiencias: Como mencionó Nintendo en GDC 2018, muchos fans de Switch y PC "conectan con juegos que les recuerdan a franquicias de su infancia". Los Metroidvania explotan esa nostalgia de la era 2D de 16 y 32 bits, pero con la accesibilidad y pulido de los juegos modernos. Jugadores veteranos, ahora en sus 30-40 años, se volcaron a estos títulos por evocarlos a Super Metroid o Symphony of the Night. Al mismo tiempo, una generación joven descubrió el género por primera vez a través de Ori, Hollow Knight, etc., sin bagaje previo pero apreciando la frescura de su propuesta frente a tantos juegos lineales actuales.

Comunidades online y difusión boca a boca: La explosión de plataformas de streaming y redes sociales de gaming entre 2015 y 2025 jugó un papel catalizador. Juegos como Hollow Knight se popularizaron en Twitch y YouTube; los streamers mostraban secretos, speedruns y desafíos (ej: completar todo el mapa al 112%). Esto exponía el juego a miles de espectadores que podían convertirse en nuevos jugadores. Asimismo, la escena de speedrunning en eventos como GDQ incorporó Metroidvanias, manteniendo su relevancia comunitaria. En Reddit, foros y Discord surgieron fervientes comunidades compartiendo mapas, teorías de lore y consejos (famoso es el subreddit de r/metroidvania donde se recomiendan nuevos juegos constantemente).

Este boca a boca digital fue crucial para títulos indie sin presupuesto de marketing: la recomendación de jugador a jugador hizo despegar ventas de Dead Cells o Blasphemous tras su lanzamiento. Incluso las reseñas de usuarios en Steam ("Overwhelmingly Positive" en muchos casos) dieron confianza a más compradores. En resumen, la pasión de la comunidad amplificó la visibilidad del género a coste cero.

Innovación dentro del género: Lejos de estancarse en copiar a los clásicos, los nuevos desarrolladores aportaron ideas frescas que mantuvieron el género relevante. La fusión de elementos roguelike (como en Dead Cells), la incorporación de narrativa profunda y mundos open world (como en Hollow Knight), la inspiración en la filosofía de diseño de Dark Souls (backtracking inteligente, alta dificultad) o experimentos visuales y sonoros únicos (Ori con su arte pictórico y música orquestal, Blasphemous con estética de arte sacro tenebroso) ampliaron el atractivo. También se mejoró la accesibilidad: muchos juegos añadieron mapas internos u opciones de dificultad.

En el lapso de diez años, el género Metroidvania pasó de ser un recuerdo nostálgico a un pilar de la industria del videojuego. Desde la perspectiva de los jugadores, esto ha significado una época dorada de descubrimientos: mundos 2D repletos de misterios por desvelar, desafíos que recompensan la perseverancia y la sensación única de dominar un mapa intrincado atando cabos sueltos. Para la industria en general, el fenómeno ha servido de recordatorio de que las buenas ideas trascienden modas tecnológicas – una jugabilidad enfocada en la exploración y la progresión inteligente puede apasionar tanto o más que los gráficos hiperrealistas o las producciones millonarias.

Los números hablan por sí solos: millones de copias vendidas, comunidades entregadas, servidores colapsando por la demanda y un mercado en crecimiento constante. Pero detrás de las cifras, lo más importante es cómo los Metroidvania han impactado en la experiencia de juego de toda una generación. Han enseñado a nuevos jugadores el placer de perderse en un laberinto digital y encontrar su propia ruta. Han demostrado que un diseño artesanal del mapa puede ser tan protagonista como el héroe mismo. Y han influenciado a múltiples géneros, asegurando que su legado perdure en multitud de formas.

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