Kojima vs. Konami: 30 años de conflictos a costa del ‘Metal Gear’

Llegaron a protagonizar una ruptura histórica en la industria del videojuego, marcada por tensiones creativas, juegos cancelados y un legado dividido.
·
Actualizado: 23:55 23/3/2025

Hideo Kojima, creador de Metal Gear Solid, y Konami, la empresa que lo albergó durante décadas, protagonizaron una de las rupturas más sonadas de la industria del videojuego. Estas desavenencias tuvieron eventos clave como la cancelación de Silent Hills y la salida del creador, el destino de las propiedades intelectuales tras la separación, y el camino que ambos han seguido desde entonces.

PUBLICIDAD

Orígenes del conflicto: creatividad vs. negocio en Konami

Las fricciones entre Kojima y Konami comenzaron a gestarse años antes de la ruptura pública en 2015. Por un lado, Kojima se había ganado el prestigio internacional como autor de experiencias cinematográficas y complejas, lo que le otorgó una especie de estatus de estrella dentro de Konami. Por otro lado, la dirección de la empresa empezó a cambiar sus prioridades de negocio. Tras el éxito del juego móvil Dragon Collection en 2010, la empresa vio el potencial de los juegos de bajo coste y alta rentabilidad, iniciando un viraje hacia una estrategia de "mobile first".

En 2015, el entonces nuevo presidente de Konami, Hideki Hayakawa, declaraba abiertamente: "Perseguiremos agresivamente los juegos para móviles... Nuestra plataforma principal serán los móviles". Esta visión empresarial chocaba con los proyectos de Kojima, cuyos desarrollos para consolas implicaban grandes inversiones de tiempo y dinero.

En paralelo, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain acumulaba retrasos y un presupuesto que superó los 80 millones de dólares. Konami, ahora enfocada en operaciones más austeras, veía con preocupación cómo su estudio más famoso consumía tantos recursos. La compositora Rika Muranaka, colaboradora de la saga Metal Gear, describió así el desencuentro: Kojima buscaba crear "la mejor experiencia posible" para los fans, mientras que "Konami... es un negocio enfocado en el presupuesto y el beneficio... La creatividad es importante, pero también lo es mantener tu negocio a flote".

En otras palabras, Kojima anteponía la visión artística, y la compañía velaba por la rentabilidad. Las diferencias culturales dentro de la empresa también pesaban: Konami comenzó a recentralizar su imagen de marca por encima de las figuras individuales. La existencia de "Kojima Productions" como unidad semi-independiente pudo haber causado roces con una cúpula directiva que prefería resaltar el nombre Konami antes que el de cualquier desarrollador.

Cabe destacar que hubo ciertas fricciones anteriores ya en los 80. Aunque la ruptura se consumó en 2015, las tensiones entre el creativo y la empresa no fueron exclusivas de esa etapa. De hecho, las primeras desavenencias se remontan a los años 80, antes incluso de que Kojima debutara con Metal Gear (1987). Según una entrevista, Kojima confesó que cuando llegó a Konami a mediados de los 80, su enfoque narrativo y experimental no encajaba con la mentalidad de los equipos técnicos y ejecutivos de la época.

Al presentar ideas innovadoras como Lost Warld, fue rechazado y ninguneado hasta el punto de que él mismo se planteó dimitir. "Estuve a punto de dejar Konami. Pensé: ‘no pertenezco a este sitio’", relató. "Era un tipo extraño, no encajaba en ningún sitio... pero me dieron una oportunidad", declaró Kojima años después

Tensiones internas en Kojima Productions dentro de Konami

Mientras públicamente todo parecía marchar en la producción de Metal Gear Solid V, internamente la situación era tensa. A inicios de 2015, Konami llevó a cabo una reestructuración empresarial que degradó a Kojima Productions de su estatus especial: el estudio pasó a llamarse simplemente "Departamento de Producción Nº8" dentro de Konami.

Según un reporte de Nikkei publicado en agosto de 2015, la compañía impuso medidas extraordinariamente estrictas sobre el equipo de Kojima. Incluso los ordenadores de esa sección fueron desconectados de internet para impedir comunicaciones con el exterior. La mayoría de empleados recibía direcciones de email aleatorias que se renovaban cada pocos meses, una táctica para evitar filtraciones o que otras empresas los "cazaran" laboralmente.

Además, cámaras de seguridad vigilaban los pasillos para monitorear al personal, y se llegaba al extremo de avergonzar públicamente a quienes se ausentaban demasiado tiempo en la hora de la comida. Konami incluso reasignaba a trabajadores "no útiles" en desarrollo de juegos a labores de limpieza, vigilancia o a las fábricas de máquinas de pachinko. Este ambiente opresivo refleja un profundo quiebre en la confianza entre la dirigencia de Konami y el equipo de Kojima.

se dice que altos cargos de Konami resentían el estatus de autor-rockstar de Kojima

Las restricciones no eran solo laborales sino también creativas. Varios indicios sugieren que Konami impuso límites al alcance de los proyectos de Kojima hacia el final. The Phantom Pain, por ejemplo, se lanzó sin ciertos contenidos planeados, lo que muchos atribuyen a una finalización apresurada por órdenes de la empresa. Episodios como la necesidad de dividir el juego en un prólogo (Ground Zeroes, lanzado en 2014) y el título principal en 2015 se interpretaron como decisiones de negocio para rentabilizar un desarrollo prolongado. Mientras tanto, los habituales programas online de Kojima Productions (como el webcast "Kojima Station") fueron abruptamente cancelados en marzo de 2015 por "diversas circunstancias" según Konami, señal de que la comunicación del estudio con el público estaba siendo silenciada.

También se habla de conflictos ejecutivos: se dice que altos cargos de Konami estaban molestos con el estatus de autor-rockstar de Kojima y su equipo. Aunque estas fricciones personales son difíciles de documentar, la drástica vigilancia y aislamiento impuestos a Kojima Productions evidencian la pérdida de confianza. Con un estudio costoso que actuaba casi como "empresa dentro de la empresa" y un director cuyo nombre eclipsaba al de Konami, la situación se volvió insostenible para la directiva. La mesa estaba servida para una ruptura que pronto dejaría de ser secreta.

Del rumor a la confirmación: filtraciones, Silent Hills cancelado y la salida de Kojima

A comienzos de 2015, las tensiones internas trascendieron las paredes de Konami. El 19 de marzo, fans notaron algo extraño: el nombre de Hideo Kojima y el logo de Kojima Productions estaban siendo retirados de materiales promocionales y sitios web oficiales de Metal Gear Solid V. Konami emitió entonces un primer comunicado reconociendo una "reorganización" interna y el cambio de nombre del estudio de Kojima a Konami Digital Entertainment, buscando enfatizar la marca corporativa.

Kojima pasó de ser la cara visible de sus juegos a un nombre casi prohibido en la empresa

Casi simultáneamente, fuentes anónimas filtraron a la prensa que Kojima y parte de su equipo senior planeaban dejar Konami tras finalizar The Phantom Pain. Se supo que Kojima y estos colaboradores habían pasado a un estatus de contratistas, con contratos vigentes solo hasta diciembre de 2015. En otras palabras, la salida ya tenía fecha fijada en secreto. La situación escaló rápidamente. El 20 de marzo, apenas un día después, Konami publicó ofertas de empleo buscando personal para "un nuevo juego de Metal Gear", dejando claro que la franquicia continuaría sin Kojima.

Ese mismo día, Konami y el propio Kojima difundieron un comunicado conjunto para calmar las aguas: aseguraron que Kojima seguiría involucrado al 100% en MGSV hasta completarlo y que la compañía planeaba más entregas de Metal Gear a futuro, intentando disipar el temor de los fans. No obstante, el daño ya estaba hecho a nivel público. En cuestión de días, Kojima pasó de ser la cara visible de sus juegos a un nombre casi prohibido en la empresa. El golpe más duro para los jugadores llegó un mes después.

Lo que pudo haber sido 'Silent Hills'

Kojima no solo estaba ligado a Metal Gear; en 2014 había sorprendido al mundo con P.T., un demo de terror que resultó ser el anuncio encubierto de Silent Hills, proyecto en el que colaboraba con el cineasta Guillermo del Toro y el actor Norman Reedus. El 1 de abril de 2015 (en pleno apogeo de la controversia interna), el sitio oficial de Silent Hills apareció súbitamente sin el logo de Kojima Productions.

Los rumores de cancelación se intensificaron cuando Del Toro mencionó públicamente que Silent Hills "no sucederá", durante un evento a finales de abril. Finalmente, el 27 de abril Konami confirmó la noticia que nadie quería escuchar: el esperadísimo juego estaba oficialmente cancelado. Ese mismo día, la empresa retiró P.T. de la PlayStation Store, haciendo inaccesible incluso la demo que había entusiasmado a millones de fans.

Podrás borrar las marcas, pero los recuerdos nunca desaparecerán"

Esta cancelación evidenció la magnitud de la ruptura: Konami estaba dispuesta a sacrificar un proyecto prometedor con tal de cortar lazos con Kojima. A partir de ahí, los hechos se precipitaron. Metal Gear Solid V: The Phantom Pain se lanzó el 1 de septiembre de 2015 con aclamación crítica, pero muchos detectaron huecos argumentales y contenido que no estaba, posiblemente consecuencia de su desarrollo turbulento. Un detalle curioso sugería que Kojima había anticipado simbólicamente su adiós: en Metal Gear Solid V: Ground Zeroes (el prólogo lanzado un año antes) incluyó una misión en la que Snake borra los logos de Kojima de entregas anteriores, con un mensaje oculto que reza "Podrás borrar las marcas, pero los recuerdos nunca desaparecerán".

Era casi una despedida críptica del propio autor hacia su legado en la empresa. El 9 de octubre de 2015, Hideo Kojima abandonó las oficinas de Konami por última vez tras celebrar una aparente fiesta de despedida, según reportó The New Yorker y otros medios. Sin embargo, Konami mantuvo oficialmente que Kojima seguía siendo un empleado "de vacaciones" hasta fin de año. Este extraño manejo culminó en un incidente público durante The Game Awards 2015, en diciembre: Metal Gear Solid V ganó el premio a mejor juego de acción, pero Kojima no asistió. El presentador Geoff Keighley explicó en directo que Kojima había sido vetado por abogados de Konami y no se le permitió viajar a la ceremonia.

En la sala llovieron abucheos dirigidos a Konami, evidenciando el rechazo de la comunidad ante la situación. La empresa negó públicamente que impidiera a Kojima asistir, pero la imagen negativa ya era irreversible. Finalmente, el 15 de diciembre de 2015 se anunció oficialmente la salida del autor de la empresa. Con su contrato expirado, terminaba una relación de casi 30 años. Konami, por su parte, se apresuró a afirmar a los fans que las franquicias estrella Metal Gear y Silent Hill seguirían adelante bajo su tutela. El divorcio era un hecho y ambos caminos se separaban: la compañía centenaria por un lado, y el célebre desarrollador por otro.

El destino de las sagas: propiedad intelectual tras la ruptura

Tras la marcha de Kojima, surgió una pregunta inmediata: ¿quién se quedaría con los derechos de las sagas? Legalmente, la respuesta favorecía a Konami. Las franquicias creadas bajo el paraguas de la empresa son propiedad de la misma, por lo que Kojima no podía llevarse consigo títulos ni personajes existentes. La empresa no tardó en reafirmar su control. En marzo de 2015, en plena tormenta mediática, la compañía había abierto contratación para un "nuevo juego de Metal Gear", demostrando que planeaba continuar la serie sin su creador.

Un comunicado conjunto publicado en aquellas fechas reiteró que Metal Gear Solid V se terminaría bajo la supervisión de Kojima, pero subrayaba que Konami ya estaba buscando desarrollar más juegos de la saga en el futuro. Era la manera diplomática de decir: Metal Gear pertenece a Konami y seguirá vivo, pase lo que pase. Lo mismo ocurría con Silent Hill y cualquier otra IP clásica asociada a Kojima. Konami retuvo absolutamente todos los derechos sobre estas propiedades.

La empresa aseguró a los aficionados que no abandonaría sus sagas estrella: "Hemos cuidado de ellas durante muchos años... y continuaremos produciendo títulos para ambas franquicias", dijo en referencia a estas dos IP, aunque admitiendo que en ese momento no podían anunciar aún la dirección que tomarían dichos proyectos. En otras palabras, la empresa nipona pedía paciencia: controlarían el destino de esas marcas sin la participación de Hideo.

Konami se quedó las IP vinculadas a Kojima y el motor FOX Engine

Por su parte, este quedó libre para emprender nuevos proyectos, pero desligado de su antiguo catálogo. No podía legalmente hacer secuelas de Metal Gear ni concluir Silent Hills. Incluso el nombre "Kojima Productions" tuvo que renacer como una nueva compañía independiente, ya que el estudio original pertenecía a Konami (aunque afortunadamente Kojima pudo reutilizar la marca). También el motor gráfico FOX Engine —creado bajo Konami y utilizado en MGSV— permaneció en la empresa, que continuó empleándolo en otros títulos.

Kojima tuvo que arrancar de cero en lo tecnológico y creativo, llevando consigo únicamente a parte de su talentoso equipo y, claro, su reputación e ingenio. En síntesis, la ruptura dejó a Konami con todas las cartas en cuanto a franquicias establecidas, mientras Kojima optó por jugar una mano nueva, creando propiedades intelectuales originales. La custodia de estas IP icónicas y demás sagas clásicas quedó enteramente en Konami, estableciéndose una división clara: la compañía mantendría vivos esos nombres (en la medida de sus intereses), y Kojima se centraría en crear nuevos mundos fuera del control corporativo que había sofocado su libertad creativa.

Después del divorcio: Konami y Kojima en la actualidad

La empresa, tras perder a su director estrella, reinventó sus estrategias con resultados variados. Kojima, liberado del yugo corporativo, fundó de inmediato una nueva encarnación de Kojima Productions y se embarcó en proyectos originales. En los primeros años tras la marcha de Hideo, Konami pareció distanciarse del desarrollo tradicional de grandes producciones para consola.

La compañía, que siempre había diversificado sus negocios (casinos, máquinas pachinko, videojuegos móviles, gimnasios, etc.), puso el foco en áreas más rentables y de menor riesgo. Esto se notó en el limbo en que quedaron varias de sus franquicias históricas. Por ejemplo, la saga Metal Gear no recibió nuevas entregas principales. Konami lanzó Metal Gear Survive (2018), un spin-off de supervivencia zombi realizado sin involucrar a Kojima, que aprovechaba el motor y activos de MGSV.

Durante mucho tiempo, la única manera de ver a Big Boss con gráficos modernos fue aquel tráiler de pachinko

La recepción no fue la esperada y las ventas decepcionantes, confirmando las dificultades de continuar la saga sin su creador: la crítica lo describió como un intento mal encaminado de explotar el legado de la serie, con "reseñas mediocres" y un interés del público que se evaporó rápidamente tras el lanzamiento. El hecho de que se tratara de un juego menor, sin el carácter narrativo ni innovador de entregas previas, reforzó la sensación de que Metal Gear había quedado en pausa.

Durante varios años, la franquicia permaneció esencialmente congelada, salvo por iniciativas ajenas a los videojuegos tradicionales. En 2016, Konami suscitó la ira de los fans al anunciar una máquina de pachinko (tragamonedas) basada en Metal Gear Solid 3: Snake Eater. Lo que indignó especialmente fue que Konami llegó a recrear escenas de Snake Eater con el Fox Engine de MGSV exclusivamente para esta máquina de apuestas, lo que se percibió como echar "sal en la herida" para quienes hubieran preferido un remake jugable en lugar de un producto de casino

Durante mucho tiempo, la única manera de ver a Big Boss con gráficos modernos fue aquel tráiler de pachinko, lo que simbólicamente representó el rumbo que tomó Konami: rentabilizar sus IP clásicas por vías alternativas (móviles, pachinko, colecciones retro) en lugar de invertir en grandes nuevas entregas. Lo mismo ocurrió con Silent Hill, saga que permaneció enterrada tras la cancelación del juego de Kojima.

Por años solo hubo rumores, hasta que en octubre de 2022 Konami finalmente anunció múltiples proyectos para revivir la IP: un remake de Silent Hill 2 a cargo del estudio Bloober Team, nuevas entregas como Silent Hill f y Silent Hill: Townfall desarrolladas por estudios externos, e incluso una nueva película en camino. Esta jugada mostró la estrategia de la empresa para sus sagas clásicas: en lugar de desarrollarlas internamente (como hubiera sucedido en la era Kojima), las subcontrata a terceros especializados manteniendo ella el control comercial.

De manera similar, la compañía ha explorado resucitar Castlevania (otra de sus series emblemáticas) mediante colaboraciones externas y colecciones de juegos antiguos, más que con desarrollos propios. A finales de 2023 e inicios de 2024, Konami puso en marcha la Metal Gear Solid: Master Collection, relanzando clásicos de la saga, y anunció por fin un proyecto largamente rumoreado: un remake de Metal Gear Solid 3: Snake Eater titulado Metal Gear Solid Δ: Snake Eater, producido en conjunto con un estudio externo.

Esto marcó el principio de lo que puede considerarse una "revitalización retro" de sus franquicias: aprovechar la nostalgia y los reconocidos nombres de sus IP, mitigando el riesgo al apoyarse en otros desarrolladores y enfoques (remakes, remasterizaciones) en vez de títulos completamente nuevos. Actualmente, la empresa equilibra varias facetas: sigue generando ingresos sustanciales en móviles (títulos como Yu-Gi-Oh! Duel Links o eFootball PES), en el mercado de las recreativas y el pachinko, pero muestra intenciones de reconciliarse con el mercado de los jugadores tradicionales.

Paradójicamente, la ausencia de Kojima dejó a la compañía sin algunos de sus juegos más prestigiosos durante años, pero a la vez permitió a la empresa explotarlos comercialmente de maneras que quizás no habrían ocurrido con él presente (como el mencionado pachinko, o juegos derivados de menor escala). Durante casi una década Konami batalló para sacar adelante un nuevo Metal Gear de relevancia, dejando la saga prácticamente en limbo, pero por fin se disponía a continuarla con el remake de Snake Eater, mientras que Silent Hill también salía de aquel Tártaro.

Qué fue de Hideo Kojima

Apenas salió de Konami, Kojima anunció la formación de un nuevo estudio con el nombre Kojima Productions (como una entidad autónoma) el 16 de diciembre de 2015. Selló rápidamente una alianza con Sony para la creación de su primer juego original. "Hoy marca un nuevo comienzo para mí. Estoy comprometido a involucrarme en actividades creativas el tiempo que viva", escribió Kojima al hacerse efectiva su desvinculación contractual.

Ese nuevo comienzo tomó forma en Death Stranding, una ambiciosa y extraña aventura de mundo abierto lanzada en 2019 para PlayStation 4 (y más tarde PC). Con este juego, el autor demostró que podía seguir innovando: presentó un concepto de juego centrado en la conexión entre comunidades aisladas en un paisaje postapocalíptico, mezclando reparto de cargamentos, elementos sociales asíncronos y una narrativa críptica con estrellas de Hollywood como Norman Reedus, Mads Mikkelsen y Léa Seydoux.

El título obtuvo buenas críticas por su originalidad y alcance cinematográfico, consolidando a Kojima Productions como un estudio creativo de primer nivel al margen de Konami. Desde entonces, Hideo ha mantenido un perfil alto en la industria. En 2020 lanzó una versión ampliada (Death Stranding: Director’s Cut en 2021) y también otros proyectos. Entre ellos, confirmó una colaboración con Microsoft para un futuro juego que explotará tecnologías en la nube, demostrando que su estudio mantiene independencia multiplataforma pese a la cercana relación con Sony.

Pero el proyecto más tangible es Death Stranding 2, secuela de su nueva franquicia insignia, anunciada oficialmente a finales de 2022. Kojima Productions ha crecido y hasta incursionado en otros medios: el propio Kojima produce un pódcast, planea abrir una división de cine/TV, y frecuentemente aparece en eventos (como The Game Awards, donde ahora es tratado con honores luego de la afrenta de 2015). En resumen, supo reinventarse tras su salida: fundó una empresa independiente, se asoció con grandes corporaciones sin perder el control creativo, y entregó al mercado una IP completamente nueva en un tiempo relativamente corto.

Mientras Konami dejaba a Metal Gear en reposo, Kojima levantaba Death Stranding. Donde Konami enterró Silent Hills, Kojima exploró nuevas formas de terror y ciencia ficción bajo su propio sello. Hoy por hoy, ambas partes parecen haber encontrado su camino.

Ecos de Metal Gear en 'Death Stranding 2'

A pesar de haberse separado, Kojima no ha olvidado la saga que lo hizo famoso. De hecho, el último tráiler de Death Stranding 2 (título provisional DS2: On the Beach) han dejado a los aficionados de Metal Gear entusiasmados al detectar numerosos guiños y referencias temáticas a la obra cumbre de Kojima. El propio creador parece estar rindiendo homenaje a su pasado de forma sutil pero evidente en esta secuela. El más llamativo de estos guiños ocurrió en una de las secuencias, aparece un nuevo personaje llamado Neil (interpretado por el actor italiano Luca Marinelli) que se prepara para el combate poniéndose una bandana en la cabeza.

Esa imagen de Neil con el pañuelo ceñido en la frente es instantáneamente reconocible para cualquier fan: evoca a Solid Snake, el héroe de Metal Gear Solid. La semejanza no es casual. Kojima eligió a Marinelli en parte porque físicamente le recordaba a Snake; años atrás comentó en redes que el actor sería la "viva imagen" de Snake si usaba la bandana, y ahora lo ha convertido en realidad en DS2.

Para DS2, Kojima ha contado con el mismo diseñador que se encargó de los mechas de la saga Metal Gear

Marinelli, emocionado por el paralelo, llegó a contarle al propio Kojima que "crecí con Metal Gear. Soy un gran fan tuyo" en el primer mensaje que le envió, mostrándose honrado de participar en su juego. Otro guiño potente en el tráiler viene en forma de máquina. En ciertas escenas vemos al personaje de Heartman pilotar un vehículo submarino llamado DHV "Magellan" que se fusiona con una colosal criatura surgida del 'chapapote'. El resultado es una especie de mecha titánico que combate contra otros monstruos.

Los seguidores más atentos notaron de inmediato el parecido de esa máquina con un Metal Gear: la silueta y concepto recuerdan mucho al Metal Gear REX, el robot bípedo nuclear de MGS1. No es coincidencia que el director de arte de Death Stranding 2 sea Yoji Shinkawa, el mismo que diseñó los mechas de la saga Metal Gear. Shinkawa ha dejado su sello, y la prensa destaca esos "retrocesos visuales" intencionales en el diseño del Magellan.

También, en una toma se ve una caja de carga de Fragile Express rotulada con la frase "Handle with Love" ("Tratar con amor"), que curiosamente es la misma expresión que Solid Snake le dice a Raiden sobre el cuidado del equipamiento en Metal Gear Solid 2. También se aprecia cómo el protagonista Sam Porter Bridges aparece con el pelo canoso y semblante avejentado, un vistazo que ha llevado a teorizar que Death Stranding 2 podría explorar el tema del envejecimiento acelerado, un motivo central de Metal Gear Solid 4 con el personaje de Old Snake.

Es como si tras casi una década, se sintiera libre de rendir tributo a su propia creación sin temor a temas legales o malentendidos. En Death Stranding 2, Kojima incorpora esas referencias como parte orgánica de su nueva historia, demostrando que aunque Metal Gear ya no le pertenezca jurídicamente, siempre será parte de su ADN creativo. Para los fans, estos easter eggs y alusiones son un regalo; y para Kojima, posiblemente, representan una declaración simbólica: los recuerdos nunca desaparecen, tal como escribió en Ground Zeroes.

Imágenes:

Otras noticias sobre:

En forosComentar en nuestros foros

En forosComentar en nuestros foros

Flecha subir