God of War seguramente no sería lo mismo sin la figura de Kratos como gran protagonista. El dios de la guerra, el fantasma de Esparta, el hombre que juró cobrar venganza... Es difícil a día de hoy imaginar a otro personaje más icónico que este para capitanear una de las franquicias insignia de PlayStation. Diseñado por Sony Santa Monica Studios para el primer título de la saga allá por el año 2005, Kratos es un antihéroe que ha cargado sobre sus hombros con todo un arco narrativo espectacular, lleno de dramatismo y épica.
Los jugadores lo conocen muy bien, pero...
¿qué hay del Kratos original? ¿Cómo fue Kratos y cuál es su historia en la mitología griega de la que toma inspiración el protagonista de God of War? En este artículo vamos a repasar la historia original de Kratos para ver quién fue realmente y compararlo con los cambios que se introdujeron en el videojuego.
El origen de Kratos en la mitología griega
El Kratos que todos los jugadores de God of War conocemos nació en 2005 para el primer título de la saga, en PlayStation 2. Sin embargo, este personaje ya llevaba tiempo escrito en la historia de la mitología griega, aunque no como pudimos ver en el juego. La primera entrega estuvo dirigida por David Jaffe, y tanto él como su equipo afirmaron en más de una ocasión que la elección del nombre del protagonista fue tardía; buscaban una referencia en la mitología que aludiese al poder, así que decidieron inspirarse vagamente en Cratus.
El personaje de Cratos, también llamado Crato o Kratos (nombre que procede del latín, Cratus), es la personificación masculina de la fuerza, el poder y el dominio en la mitología griega. A diferencia del juego, Cratus no era hijo del dios Zeus, todo lo contrario. Cratus fue hijo del titán Palas y de Estigia, y además tenía hasta tres hermanos mayores:
- Zelo: dios del fervor.
- Bía: diosa de la violencia.
- Niké: diosa de la victoria.
Finalmente Cratus, el hermano menor, llegó a ser el dios del poder. ¿Cómo? Cuando la madre de Cratus, Estigia, se unió a la guerra contra los titanes, decidió decantarse por apoyar a Zeus de tal manera que el dios del Olimpo respondió otorgándole a los hijos de la oceánide los diferentes poderes que hemos listado. Así se convirtieron en parte de su séquito para participar y finalmente ganar en la lucha contra los gigantes (la conocida Gigantomaquia) y también en la lucha contra los titantes (la Titanomaquia).
Un pasaje de Hesíodo en la mitología griega cuenta lo siguiente sobre la concepción de Cratus:
El papel de Kratos en el mito de Prometeo
Kratos, o más bien Cratus, fue un personaje que más allá de participar en las dos mencionadas guerras de gigantes y titanes, cobró un importante protagonismo durante el conocido mito de Prometeo. Aunque este relato es bastante extenso, resumiremos aquí sus ideas centrales para entender mejor la influencia de Cratus en la historia.
Como algunos ya sabrán, el mito de Prometeo cuenta la historia de este titán amigo de los humanos que estaba destinado a robar el fuego de los dioses para entregárselo a las personas. Según la versión más extendida del personaje, cuando Prometeo robó el fuego de Hefesto, Zeus planeó una venganza para su primo: le prometió a su hermano Epimeteo que si aceptaba un regalo de los dioses entonces Prometeo sería encadenado y torturado hasta el fin de los tiempos.
Para urdir su plan, Zeus ordenó a Hefesto crear una mujer de arcilla llamada Pandora, la cual cobró vida gracias a Atenea y una belleza inigualable debido a las artes de Afrodita. Luego de esto, Pandora fue enviada con Epimeteo para casarse con él.
Una vez en su hogar, Pandora hallaría una caja que tenía prohibido abrir y que contenía en su interior todas las desgracias del mundo: las plagas, la vejez, la enfermedad, el dolor, la pobreza... Impulsada por la curiosidad que Hermes le había concedido al nacer, Pandora abrió la caja y condenó a la humanidad al mismo tiempo que al hermano mayor de Epimeteo, el titán Prometeo.
Es entonces cuando Hefesto, con la ayuda de Cratus y su hermana Bría, encadenaron a Prometeo a una roca en el Cáucaso bajo la orden de que un águila se comiese todos los días su hígado. Dado que Prometeo era inmortal, todas las noches su hígado volvía a crecer y la tortura no cesaba jamás ya que el águila regresaba cada mañana. Para velar de que este castigo se cumpliese como era debido, Cratus juró cumplir la orden de Zeus. Cabe señalar que Hefesto también tenía dicho encargo, pero este renegaba de hacerle sufrir tal dolor al titán Prometeo. No obstante, Cratus se mantenía férreo y se mofaba del dios de la forja por su debilidad, reconociendo que el cumplimiento de la ley de Zeus a veces también puede ir ligado con la idea de infundir miedo.
Sin duda, todo un ejemplo de la figura imponente e implacable que era Cratus.
Las similitudes entre Cratus y Heracles
A lo largo del tiempo algunos estudiosos han comparado y especulado acerca del parentesco entre Cratus y Heracles (o Hércules en la mitología romana), algo que no está de más repasar rápidamente a modo de curiosidad. El popular héroe, paradigma de la virilidad y el adalid del orden olímpico, se asemeja a Cratus en muchos de sus conceptos.
- Se ha llegado a teorizar sobre que Heracles fue concebido como un prototipo de Cratus, ya que este aludía a la figura de autoridad y justiciero por excelencia.
- La extraordinaria fuerza, el coraje o el orgullo de Heracles son solo algunos de los atributos que comparte con Cratus.
- Hay más coincidencias entre ambos personajes, como el hecho de que Heracles también ayudó a prevenir el derrocamiento de los olímpicos durante la gigantomaquia, al igual que Cratus.
Ahora ya conoces mucho mejor al Kratos original, ese de la mitología griega del que nuestro protagonista de God of War recogió su nombre y parte de su arquetipo central.
Si bien, el Cratus de la mitología fue un dios pragmático, un feroz combatiente, paladín de la ley y el orden que representaba el poder, es bastante llamativo que además fuese buen amigo de Zeus. El Kratos de los videojuegos, por su parte, tuvo un origen bien distinto, se mostró caótico y vengativo y no dejó títere con cabeza en su paso por el Olimpo. Un relato épico que ha trascendido para instaurarse en el imaginario colectivo, tal y como ocurre con los mitos más notorios.