La invasión a Ucrania tiene muchas implicaciones, no solo las humanitarias, el éxodo de millones de personas y las bajas civiles. También la industria del videojuego se ha volcado para apoyar a los estudios de Kiev o los desarrolladores en otras zonas del país. Ahora los fabricantes alertan sobre otra amenaza que no hará más que complicar la fabricación de chips necesarios para tarjetas gráficas, consolas y cualquier dispositivo electrónico: Ucrania suministra la mitad del gas neón al mundo, necesario para este proceso.
El neón se utiliza en la litografía donde el láser se utiliza para grabar en obleas de silicio. Dos de los principales suministradores de neón del planeta -entre el 45 y el 54 %- se encuentran en Ucrania, concretamente en Mariúpol y Odesa, y con el conflicto actual han tenido que cerrar sus puertas.
La compañía taiwanesa TSMC ha anunciado que tiene almacenamiento suficiente para el corto plazo y por tanto no se prevé un impacto en la cadena de fabricación, pero Intel alerta de la potencial interrupción que podríamos ver en los próximos meses.
"Los grandes fabricantes de chips como Intel, Samsung y TSMC tienen gran poder adquisitivo para acceder a inventarios que cubran mayores periodos de tiempo, dos meses o más", dice la firma de investigación Techcet. "Sin embargo, muchos fabricantes pequeños no tienen este tipo de recursos".
Dudas sobre un conflicto que podría durar meses
La pregunta es qué sucederá si la guerra continúa durante más de esos dos meses. Según Reuters la fábrica en Cryoin -Odesa- podría soportar hasta tres meses de cierre, pero si el equipo queda dañado será más difícil comenzar de nuevo con la producción de manera inmediata. Es posible que otras regiones compensen esta escasez de neón, por ejemplo China también exporta el gas, pero se estima que se tardaría unos dos años en aumentar la producción para cubrir una escasez. En definitiva, los precios a corto plazo no dejarán de subir y una invasión prolongada en el tiempo no ayudará a la producción de chips.
Con una industria que no planea cubrir la demanda de chips hasta mínimo 2023, ahora esta guerra retrasará aún más la recuperación.
