Gabe Newell, cofundador y director general de Valve, ha concedido una entrevista al medio neozelandés 1 NEWS en la que ha hablado acerca de las interfaces cerebro-ordenador, más conocidas como BCIs por sus siglas en inglés. Newell explica que su compañía está trabajando en esta innovadora tecnología aprovechando que los motores de videojuegos son ideales para enviar y recibir grandes cantidades de información.
Durante la entrevista, Gabe Newell habla de que los BCIs estarán entre nosotros en un futuro cercano y que los desarrolladores de videojuegos "cometerían un error muy tonto" si para 2022 no tienen uno de estos en su laboratorio de pruebas. Tanto apoya Newell esta tecnología que asegura que en Valve están trabajando en un prototipo open source para que "todo el mundo pueda obtener señales cerebrales de alta resolución" a través de sus cascos de realidad virtual.
Posibles aplicaciones de los BCIs en el futuro
Pero, ¿para qué sirven las interfaces cerebro-ordenador? Gabe Newell explica en la entrevista que las posibilidades son "indistinguibles de la ciencia ficción" y que, aunque tradicionalmente se han utilizado para enviar señales al ordenador, el futuro está en que el ordenador envíe estímulos al cerebro: "El mundo real parecerá plano, sin color y borroso comparado con las experiencias que seremos capaz de crear en el cerebro de la gente", asegura.
Tras llamar a los ojos y orejas "periféricos de carne", el cofundador de Valve pone ejemplos prácticos de lo que se podrá hacer con los BCIs en el futuro: "Una de las primeras aplicaciones que espero ver mejoradas es el sueño. El sueño se convertirá en una app que ejecutarás cuando quieras. ‘Oh, necesito tanta cantidad de sueño, necesito tanta cantidad de REM’", dice en la entrevista.
Además de en esta innovadora tecnología, Valve también está poniendo sus potentes motores de videojuegos al servicio de la investigación de prótesis corporales controlables, aunque no pretenden entrar de lleno en ese mercado a nivel comercial, sino que están colaborando en la investigación. Es decir, no veremos brazos o "tentáculos" protésicos vendidos por Valve.
Evidentemente Newell también está al tanto de la problemática que puede llegar a tener la aplicación de estas tecnologías en el futuro y, aunque asegura que nadie obligará a nadie a utilizar estos aparatos, también reconoce que se pueden dar circunstancias complicadas porque "puedes hacer a la gente creer que están sintiendo dolor sólo por dañar su dispositivo" o recibir hackeos peligrosos.