"Tú peleas como una vaca". Esa es una de las joyas que nos regaló The Secret of Monkey Island, un videojuego que este año cumple 30 años y que ocupa un lugar en el corazón de los amantes de las aventuras gráficas y del humor al más puro estilo de Terry Pratchett. Para soplar las velas no sólo vamos a recordar al personaje principal, el mítico Guybrush Threepwood, sino que también podremos hacerlo disfrutando de un documental que pone la lupa en el proceso de creación de este videojuego: The Making of Monkey Island, que ha publicado el usuario onaretrotip en su canal de YouTube y que nos arrastra hasta los orígenes de la isla Mêlée. De una hora de duración aproximadamente, podéis echarle un vistazo a continuación:
Me llamo Guybrush Threepwood y quiero ser un pirata
Los deseos de Guybrush Threepwood parecían sencillos a simple vista pero lo cierto es que Lucasarts, con su original diseño de puzles y acertijos, nos demostró que convertirnos en piratas era más difícil - y absurdo - de lo que pensábamos.
El videojuego nació de la mente de un empleado de Lucasfilm en el año 1988, un tal Ron Gilbert que unió fuerzas con otros dos desconocidos por completo para la industria: Tim Schafer y Dave Grossman.
Gilbert estaba por aquel entonces frustrado con el enfoque que se les aplicaba a los juegos de aventuras en esos años, lo que le incitó a idear un videojuego que se basara más bien en la exploración y no en la muerte de los personajes de los jugadores. La atmósfera del juego se basó en la atracción de los parques Disney Piratas del Caribe, aportándole además grandes dosis de humor a una ambientación que de por sí se prestaba esa colorida y divertida fórmula.
Una jugabilidad tan divertida como satisfactoria
La versión original de este videojuego vio la luz en Estados Unidos en el mes de octubre de 1990, momento en el que los jugadores conocieron por primera vez a Guybrush Threepwood: nuestro protagonista es un joven que quiere convertirse en pirata, y que llega a las costas de la ficticia isla caribeña Mêlée. Para alcanzar su objetivo, tendrá que buscar a los líderes piratas de la isla, quienes le proponen tres pruebas que deberá completar para convertirse en pirata.
Creado con el motor SCUMM, la jugabilidad se basa en las mecánicas de las aventuras gráficas de point-and-click: esta propuesta quedaba aderezada con las divertidas combinaciones de los objetos que necesitábamos encontrar para resolver los puzles. Además, fue uno de los primeros juegos en incluir opciones de diálogo: una característica que sirvió para dar a luz a las curiosas peleas verbales de los piratas. Estos curiosos duelos se basaron en las películas de capa y espada protagonizadas por Errol Flynn, que Gilbert, Schafer y Grossman solían ver para buscar inspiración.
The Secret of Monkey Island disfrutó de la calidez de la crítica, que llegó a apuntar lo siguiente: "Por fin, un juego de aventuras más divertido que frustrante". Gilbert había conseguido lo que se proponía: dar un giro de tuerca al género. Sin embargo, no sólo había conseguido eso: había concebido un verdadero tesoro dentro de la historia de los videojuegos. La revista Computer and Video Games apuntó: "Los personajes y situaciones divertidas, y la presentación similar a una película... hacen que jugar a esto sea más como participar en una película de comedia".
Según Gilbert el juego "se vendió bien" pero "nunca fue un gran éxito". Grossman apuntaría más tarde que las ventas del juego estaban "al norte de 100.000, al sur de 1 millón". Según anotó en su momento Next Generation, The Secret of Monkey Island fue un "éxito relativamente menor" en los Estados Unidos, pero el juego y su secuela se convirtieron en "éxitos de taquilla" tanto en PC y el sistema Amiga en toda Europa. El título generó hasta cuatro secuelas más: Monkey Island 2: LeChuck's Revenge (1991), The Curse of Monkey Island (1997), Escape from Monkey Island (2000) y Tales of Monkey Island (2009). Además, también recibió un remake bautizado como The Secret of Monkey Island Special Edition.